James Hetfield recuerda su concierto más especial con Metallica: “Había, al menos, medio millón de personas"

El vocalista y guitarrista de Metallica explica cuál es su mejor recuerdo en directo con la banda

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Actualizado 17:46

En una nueva entrevista con el podcast The Fierce Life (transcrita por Ultimate Guitar), el vocalista y guitarrista de Metallica, James Hetfield, ha recordado su concierto más especial junto a la banda. Se trata, ni más ni menos, de su primera actuación en Rusia, junto a bandas como AC/DC, en 1991, momento en el que los de San Francisco acababan de publicar su emblemático 'Black Album'.

“Yo diría que mi recuerdo favorito es el del show ruso que dimos cuando aparecimos en 1991 después del cambio político, una vez el país ya se había abierto y dejaba de ser comunista”.

“Fue un show en que tuvo lugar en un aeródromo al aire libre, en el que tocamos con otras cuatro bandas. Por primera vez, había un concierto totalmente gratuito ahí, al aire libre. Se dice que hubo un millón o medio millón de personas presentes, nadie puede dar una cifra exacta”.

“Fue genial poder tocar en un lugar totalmente fresco, en el que no habían escuchado nunca nada igual, y ver cómo la gente cambiaba a medida que la música les iba emocionando. Había muchos militares que se comenzaron a quitar los uniformes y a rockear. Fue algo liberador y para mí es increíble haber podido ser testigo de eso”.

Pero, ¿hubo realmente 500.000 almas presentes en aquel show?

“Más aún, sí. Fue en mitad del aeródromo, así que no llevaron la cuenta de la gente que entró, pero, tan lejos como alcanzaba mi mirada, más allá del horizonte, seguían apareciendo pequeñas cabecitas rusas que no paraban de moverse”.


Lars Ulrich y Brian Johnson también recuerdan con cariño aquel concierto

Hace ya unos años, en una entrevista para el programa Life on the Road que conduce Brian Johnson, vocalista de AC/DC, tanto Lars Ulrich como el cantante recordaron su participación en aquel histórico evento.

“Un show que siempre estará en mi memoria más que ninguno fue el que dimos en Moscú. Recuerdo que estábamos en Barcelona y nos llamó Yelsin (ndr: Boris Yelsin, presidente de Rusia entre 1991 y 1999). Bueno, no fue él en persona, pero el mensaje decía: 'Debéis venir a Moscú porque el bloqueo se ha terminado y se lo hemos prometido a los niños'. Querían rock and roll”, recordó el vocalista de AC/DC.

Ulrich, entonces, recordó su perspectiva de aquel show:

“Lo primero de todo, hay que destacar la experiencia en sí misma porque, como dices, fue un show que se organizó en tan solo un par de semanas. Hubo un cambio de régimen en Europa del Este y llegaba el turno de Rusia”.

“Por lo que me han contado, el gobierno negoció con los estudiantes, con los chavales, que, como parte del acuerdo, habría un concierto de rock. Me dijeron que, aquel día, hubo casi medio millón de personas ahí”.

Sin embargo, Johnson estimó que en el show se juntaron 1,2 millones de personas, aunque algunas fuentes afirman que llegó a haber 1,6 millones.

“Una cantidad que oscilará por ahí”, continúa Lars. “Había mucha gente. Creo que en eso todos estamos de acuerdo. Los chicos de seguridad eran todos militares rusos”.

“Así que cuando mirabas al público, había un montón de soldados. También helicópteros, aquellos grandes y viejos Sikorsky que volaban bajo sobre la gente. Literalmente, parecía que, si estiraban el brazos, los iban a poder tocar”.

“Daba miedo. Recuerdo sentarme ahí y pensar: '¡Me cago en la leche! Esto es intenso. Esto está vivo, parece que podría liarse una buena en cualquier momento'”.

Brian, después, explicó cómo, en efecto, se podría haber liado una buena:

“Recuerdo que estaba en nuestro vestuario y no me dejaban salir. 'Lo siento, aún están entrando más chavales, tienes que esperar'. Pero yo me meaba”.

“Me fui a la parte de atrás y había una gran columna de cemento con una bola antigua y oxidada. Lo único que pensé fue: 'Voy a mear aquí'. De repente, aparecieron dos soldados con un rifle, dispuestos a dispararme”.

“No me di cuenta de que era el Sputnik, algo a lo que le tienen mucha reverencia. Pero, por un instante, pude ver cómo de crueles y brutales eran aquellos tipos. Y, después, salías al escenario y veías la alegría, aquella gente se volvió loca, y eso que la mitad de ellos no podían ni oír”.