El abogado de Metallica sigue defendiendo la demanda a Napster: “¡Básicamente eran ladrones!”
Tiempo de lectura: 6’
El famoso abogado musical Peter Paterno, que trabaja con Metallica desde la década de los '80, ha vuelto a defender la demanda de la banda contra Napster en el año 2000. Como puede que recuerdes, aunque al final se alcanzó un acuerdo entre ambas partes, más de 300.000 usuarios fueron eliminados del servicio de intercambio de datos como resultado del proceso, lo cual provocó que el nombre de la banda de San Francisco fuera uno de los más infames de la industria musical en los años venideros.
Ahora, en una nueva entrevista con Variety (vía Blabbermouth.net), paterno afirma que siente que lo sucedido fue justo, incluso 23 años después: “¡Porque básicamente eran ladrones! No es una opinión popular. La opinión popular ahora es una especie de historia revisionista de que no deberíamos haber demandado a Napster, que deberíamos haber llegado a un acuerdo con ellos. Bueno, pues no, no había nada que hacer con ellos”.
“'Pero podrías haber hecho un trato'. ¿Cuál era el trato? La gente obtenía música gratis. Lo ocurrido fue realmente necesario para sentar las bases de lo que vale la música. Esos fans no son fans: los fans pagan por la música y aprecian su valor. Es como dijo Dre cuando le hablamos de Napster. 'Trabajo 24 horas al día, 7 días a la semana en el laboratorio, ¿y estos tíos lo roban sin más? Que se jodan'".
La demanda de Napster, en detalle
13 de abril del años 2000, Metallica es una de las bandas de rock más grandes de todo el mundo. El conjunto ya está reconocido como un grupo histórico. Sin embargo, su carrera está a punto de dar un giro inesperado por la agresiva batalla que están a punto de librar contra Napster, una web que permitía compartir archivos.
Todo comenzó en junio del año 1999, cuando Shawn Fanning, un joven que acababa de dejar la universidad, se unía a Sean Parker, un hacker adolescente, comienzan a trabajar juntos en Napster, sitio web que permitía "buscar archivos y hablar entre personas para construir comunidades dedicadas a diferentes tipos de música".
Eran tiempos de cambio, Internet comenzaba a desarrollarse con cada vez más velocidad y, sobre todo en las universidades, la web se convirtió en el sitio idóneo para descargarse canciones. Era sencillo buscarlas y encontrarlas, solo hacía falta teclear el nombre de la banda o de la canción y darle al botón de descargar. La web funcionaba genial, pero como recipiente de donde descargarse canciones de manera gratuita y no demasiado legal.
La industria musical no estaba contenta y buscó una manera de contratacar. En diciembre de 1999, la Recording Industry Association of America demandó a Napster. Sus motivos eran que la web "estaba facilitanto la piratería y tratando de construir un negocio a las espaldas de artistas y propietarios de copyright". Algunos ejectutivos llegaron a decir que el sitio era "la web más insidiosa que habían visto nunca". En definitiva, tenían un cabreo mayúsculo y no pensaban pasar por alto la situación.
Aquí es donde entra Metallica. Un buen día, los de San Francisco descubrieron que una versión incompleta del tema "I Disappear" que había comenzado a sonar, sin permiso, en varias radios, se había filtrado a través de Napster. "Me llamaron a nuestra oficina al día siguiente y me dijeron que el audio había salido de Napster", recordaba Lars Ulrich en 2013. No solo era eso, sino que todo el catálogo de Metallica se podía descargar gratis en la web. El pequeño batería estaba rojo de ira, le hervía la sangre como nunca antes lo había hecho. Su reacción fue simple: "Si ellos jodían con nosotros, nosotros les íbamos a joder a ellos".
"Desde un punto de vista de negocios, esto va sobre la piratería, de que nos han quitado algo que nos petenece", explicó. "Eso es moral y legalmente incorrecto. Repartir esa información, ya sea música, vídeos, fotos o lo que sea, es, en efecto, traficar con bienes robados", siguió.
Napser, por su parte, no iba a permitir que se les atacara de esta manera y preparó sus defensas contra Metallica y contra otra demanda del rapero Dr. Dre que habían recibido semanas después. Algunas universidades, por su parte, bloquearon el acceso a la web y se libraron de la demanda, otras, las más importantes, como Hardvard o el MIT, no permitieron que el acoso de los músicos les obligara a negar el acceso libre a Internet de sus estudiantes. No fueron pocos, tampoco, los músicos que se pusieron de parte de Napster, bandas como Public Enemy, Limp Bizkit o The Offspring creían en la libre distribución de la música antes que en el puro negocio.
Metallica, y más concretamente Ulrich, no paró con su estrategia de acoso y derribo, comenzando con anuncios ofensivos y degradantes pero yendo mucho, mucho más lejos. La banda consiguió más de 335.000 nombres de usuarios de las personas que habían, en teoría, descargado su música ilegalmente y pidió a Napster que les bloqueara. Los fans se volvieron locos de furia. Aquella demanda ya no parecía un asunto de negocios, se había convertido en un acto de codicia y, lo peor de todo, en un ataque personal contra los fans de Metallica. "Algunos artistas están en esto por el arte de la música, otros por el dinero", decía Wayne Chang, el encargado de los boletines online para la comunidad de Napster. "Metallica acaba de demostrar el lado en el que están".