La banda que los fans de Motörhead no podían soportar: “Nos hacían la peineta”

Pese a intentar impresionar a su audiencia, este grupo se encontró con unos fans hostiles de Motörhead

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Jack Blades, bajista y co-fundador de Night Ranger, ha recordado cómo se encontró en territorio hostil cuando, en su juventud, le tocó abrir para los legendarios Motörhead.

Todo esto sucedió cuando Blades era parte de la banda Rubicon, que también incluía a Kelly Keagy y Brad Gillis, ambos posteriores miembros, también, de Night Ranger.

Para que te hagas una idea, Rubicon tenía un sonido cercano al funk rock, algo lejos de lo que hacía Motörhead para los que consiguieron, sin embargo, llegar a abrir un concierto. Ahora, hablando en el podcast de Jeremy White (vía Ultimate Classic Rock), Blades ha explicado cómo esta combinación de bandas no fue, precisamente, bien recibida por sus fans.

"Ahí estábamos, una banda de funk rock, con una sección de vientos de siete piezas", recordaba Blades. "Todo el mundo improvisando y todo este tipo de cosas delante de los malditos Motörhead".

No fue muy difícil darse cuenta de que los fans de los de Lemmy no estaban precisamente contentos con los teloneros. “La gente estaba delante de nuestras narices pero no lo pillaban. No lo entendían. Sólo nos miraban”, recuerda el bajista.

Pero el látigo de la indiferencia no fue suficiente para los seguidores de Motörhead, que rápidamente comenzaron a levantar el dedo de en medio de su mano y a apuntarlo a los miembros de Rubicon. “Sólo nos hacían la peineta. Fue muy divertido”, narra con humor Blades.

No sería hasta años después cuando Lemmy y Blades hablarían sobre la historia entre risas: “Hablé con Lemmy sobre ello. Nos encontramos con él en el Rainbow, en Hollywood, en Sunset Boulevard. Nos reímos de ellos entre sus máquinas de pinball”.

Los fans de Judas Priest, no tan hostiles

Blades y sus compañeros, con el tiempo, acabarían convirtiéndose en Night Ranger, autores de éxitos como “Sister Christian” o “(You Can Still Rock) In America”. En 1981, el grupo abriría para otras leyendas del metal, Judas Priest, en Oakland.



Curiosamente, el que apostó por ellos fue Bill Graham, promotor de San Francisco que también había sido testigo y artífice del infame concierto de Rubicon abriendo para Motörhead. En esta ocasión, la jugada le salió mejor”.

"No éramos nada. No éramos nadie. Nadie se sabía las canciones ni nada", recuerda Blades sobre ser teloneros de Priest. "Estábamos ahí arriba rockeando y tocando solos y todo eso. Todo el mundo animaba. Fue genial. Bill Graham nos cuidó muy bien. Eso nos ayudó en cierto modo en la zona de la Bahía de San Francisco, y luego, una vez que conseguimos un contrato discográfico, pum, nos fuimos".

RockFM