Bruce Dickinson (Iron Maiden): “Me preocupa que no nos planteemos retos artísticos”

Bruce Dickinson afirma que a veces se pregunta si Iron Maiden se está esforzando lo suficiente.

El cantante ha explicado, en una nueva entrevista con Big Issue (vía Ultimate Classic Rock), que se suele preocupar de que la banda se mantenga dentro de unos límites creativos para mantener contentos a sus fans. Eso sí, él tiene su propia solución.

"Los fans de Iron Maiden están a otro nivel", dijo Dickinson. "Y es algo para toda la vida. Yo no apoyo a un equipo de fútbol, pero veo con asombro cómo reaccionan sus seguidores”.

"No creo que exista una palabra para describir el nivel de compromiso y devoción que la gente siente por un club de fútbol. Y la gente tiene ese mismo nivel de devoción por Iron Maiden", afirma Bruce.

Eso, sin embargo, le provoca una sensación agridulce: "Una parte de mí dice: 'Vaya, es increíble'. A mi mitad artística le preocupa que quizá no nos planteemos retos artísticos, porque tenemos unos seguidores entregados y están contentos con nuestra forma de ser".

"Una de las razones para hacer discos en solitario es ampliar los límites de lo que puedes hacer emocionalmente y salir de la línea marcada. Las líneas marcadas con Maiden son bastante amplias, pero existen".

Eso sí, Dickinson está contento con lo que ha conseguido, y su yo adolescente no se creería el punto al que ha llegado. Por otro lado, el cantante tiene claro que es lo verdaderamente relevante de esto: "A pesar de todo el potencial para convertirme en un absoluto gilipollas, sólo me he convertido parcialmente en un absoluto gilipollas”.

"Y de alguna manera, creo, me las he arreglado para ayudar a la gente en sus vidas, ya sea a través de la música o de otras cosas. Y eso significa mucho".

¿Qué día volvería a vivir Bruce?

Cuando es preguntado sobre si le gustaría volver a vivir algún día de su vida, Dickinson afimirma que volvería a vivir la experiencia de tocar con su banda en solitario en Sarajevo, ciudad que estaba bajo asedio en la Guerra de Bosnia de 1994.

"La diferencia que ese concierto supuso para la vida de la gente superó cualquier cosa que yo pudiera esperar conseguir", afirmó. "Les quedaban tres días de comida, agua y gasóleo... la gente vivía en casas que apenas existían y habían quemado sus últimos muebles para hacer leña".

“No mencionamos la guerra ni una sola vez. No hace falta que aparezca una estrella del rock diciendo: 'La guerra es algo malo'. Están en ella, tío. Simplemente toca tu música. Puede que haga feliz a la gente, y eso es lo más útil que puedes hacer".