Celebramos los 60 años de James Hetfield (Metallica): genuino en su sonido y sobresaliente en su ejecución

Un día como hoy, 3 de agosto, pero de 1963, llegaba al mundo James Alan Hetfield. Hijo de un camionero y de una cantante de ópera, por cuya sangre corría ascendencia alemana y británica, educado bajo las creencias del grupo religioso Ciencia Cristiana, quienes rehúsan de los fármacos para las cura de enfermedades. Algo que nuestro protagonista no pudo comprender cuando perdió a su madre en plena adolescencia.

Con estos mimbres y la pasión por la música, fue forjando una personalidad dura, que sumado a su amor por formaciones como Black Sabbath, Thin Lizzy, Kiss o Motörhead, fue desembocando en su interés en formar su propia banda, pasando por diversos proyectos hasta que su camino se cruzó con el de Lars Ulrich.

Juntos formarían a la postre la banda más importante y rentable de la historia del metal. En Metallica desarollaron su sonido desde los inicios del thrash metal, pasando por el hard rock y regresando al metal, siempre con una característica identitaria que, fuera de sus batallas legales, demonios internos y egos, les ha hecho una de las bandas más influyentes y queridas de la historia de la música. Y es, probablemente, en la figura de James Hetfield donde respira su condición más pura y esencial. Genuino en su sonido y sobresaliente en su ejecución.

SU DURA INFANCIA TRADUCIDA EN DOS CANCIONES

Como hemos comentado, el guitarrista se crió en un hogar de la Ciencia Cristina, en el que tenían como valor fundamental y primordial la oración. Hetfield afirmaba hace unos meses: "Cuando era niño, me parecía muy extraño ser educado en esta religión. Había días que no podía asistir a las clases de salud en el colegio. Por ello, sacaban sus libros de salud e inmediatamente me confesaron que no debía aprender sobre el cuerpo porque solo es una cáscara para el alma".

Por una temporada, Hetfield perdió la fe porque su madre enfermó. Tras recibir una educación tan estricta como es la de la Ciencia Cristina, te acabas creyendo lo que dicen, tal como: "Dios te cuida, te protege, quiere lo mejor para todos". A los pocos días, su madre falleció de cáncer pues había rechazado el tratamiento para su enfermedad. Después de este suceso tan horrible, James Hetfield se quedó huérfano debido a que su padre les abandonó hace muchos años.

"En 'The Unforgiven' soy yo contándole al mundo sobre mí cuando no puedo hacerlo por mí mismo. Me sumergía en la música, que era la voz que no tenía. Tenía mucho miedo de todo... miedo del mundo, miedo de hablar. Era un niño muy introvertido. En ese instante me topé con la música, que me ayudó a expresarme de otra manera", declaraba Hetfield en Guitar Center.

Mientras que "The God That Failed", traza una imagen del sufrimiento de la madre del músico oponiéndolo a su fe en Dios. Algunos versos de la canción dicen lo siguiente: "Oigo la fe en tus gritos (...) Rota está la promesa, la traición (...) La mano sanadora retenida por el clavo profundo (...) Sigue Dios el que falló".

De esta manera, podríamos afirmar que, para James Hetfield, el 'Black Album' fue algo más que el disco con mayor repercusión de Metallica... fue un desahogo, una sanación.