Chuck Berry nos dejaba un día como hoy hace 7 años: ¿recuerdas cuando le pegó un puñetazo a Keith Richards?

El incidente tuvo lugar en 1987 en un concierto que celebraba el 60 cumpleaños de Berry

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En el mundo de la radio hay un dicho que peca muchas veces de ser verdad como mucho de ellos. “si te gusta un locutor, no te acerques a la emisora”. Esto se remonta a los años en los que las emisoras no contaban con cámaras de vídeo y redes sociales como hoy en día, que pones cara a prácticamente todos los comunicadores de la radio; y porque muchas veces, conocer a tus estrellas se convierte en una decepción.

Seguramente es lo que pensó tal día como hoy en 1987 Keith Richards, guitarrista de The Rolling Stones. Y es que esta estrella indiscutible del rock creció escuchando a músicos de la talla de Chuck Berry, el cual tiene una clara influencia en su forma de hacer música ya que es uno de los precursores del rock and roll, al igual que artistas como Eric Clapton, John Lennon, Joe Perry o Mick Jagger.

Richards, como cualquier fan, ansiaba poder tocar con la leyenda del rock and roll como a cualquier tenista le gustaría meter un punto a Rafa Nadal o cualquier futbolista hacerle un 'caño' a Messi. Pero no todos somos Keith Richards. Cuando los Stones empezaron a coger fama y reconocimiento mundial, el guitarrista Missouri empezó a fijarse en Keith, y empezó a rondarle la cabeza la idea de poder trabajar juntos.

Oh, Carol!

Con motivo de su 60 cumpleaños, Berry vio la oportunidad perfecta para juntarse con las grandes estrellas de la guitarra de su tiempo en un concierto para celebrar su paso a sexagenario. Para ello reunió a un supergrupo de músicos; estaban Eric Clapton, Robert Cray, Etta James, Linda Ronstadt y por supuesto Keith Richards.

Si por algo a destacado Chuck Berry durante toda la vida es por encantarle que le piropeen pero no que le intenten superar. Junto a Richards, tenían pensado tocar en ese concierto su tema 'Oh, Carol'. Mientras estaban practicando la canción, apreciando el punteo de Keith al inició de del tema, Berry le paró y explicó el falló que estaba cometiendo y le pidió que lo repitiera. Cuando por fin lo hizo bien, siguieron con el tema, y Richards miro con cara de aguantarse la risa a uno de sus compañeros. La cosa sigue sin gustarle a Chuck, que se ve como poco a poco empieza a no verle la gracia al asunto.




"No me toques la guitarra Richards"

La actuación de ambas estrellas se llevo esa noche la ovación del grupo, ya que además del poder disfrutar del éxito de Berry, pudieron verle junto a la estrella del momento. Una experiencia inolvidable para el público. Chuck salió muy contento, pero por lo visto la confianza tiene una delgada línea para el guitarrista.

Keith Richards entró en el camerino de su ídolo y ahí la vio... como si de excalibur se tratase, estaba frente a él la guitarra de la estrella de los 50, su Gibson ES-335 de color rojo cereza. Richards la cogío y en ese momento hizo entrada en escena su dueño, Chuck Berry. Berry siempre fue muy celoso con sus cosas, y tras gritarle un fuerte “Nadie toca mi guitarra”, propició un puñetazo e la cara a Keith Richards.

Este hecho hizo que la relación entre ambos guitarristas se distanciará durante un tiempo, hasta que el hecho paso a convertirse en un hilarante recuerdo. Luego de la muerte de Chuck Berry, The Rolling Stones le rindieron tributó, recordándolo como la leyenda que era y es.






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