"Come As You Are": lejía, heroína y la demanda a Nirvana que nunca llegó

Esta es la historia de "Come As You Are", una oda a la heroína que casi le cuesta una demanda a Nirvana

 

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Pocos álbumes han revolucionado tanto la música como el 'Nevermind' de Nirvana. La furia, el hastío y el dolor de Kurt Cobain se reflejaron en una serie de canciones que se convirtieron en el lema de una generación mucho más nihilista. En definitiva, la obra de Nirvana puso el grunge en el ojo del huracán. Sin embargo, hubo un tema que podía haberle causado más de un problema a los de Seattle, se trata de "Come As You Are"

Aunque Kurt Cobain describió la canción como un tema que habla "sobre la gente, y la manera en la que esperamos que actúen" -y de hecho, lo hace- lo cierto es que también es una oda a la heroína, droga a la que el rubio era adicto, siendo el único "bálsamo" que le ayudaba a paliar su dolor físico y psicológico. 

La reflerencia más clara, es cuando la canción dice lo siguiente: "Come doused in mud, soaked in bleach". Esta frase significaría algo así como: "Ven, cubierto de barro, empapado en lejía". Esta frase no es una metáfora casual. Justo durante aquella época, se estaba llevando a cabo una campaña para prevenir la expansión del virus del VIH entre los consumidores de heroína. En el supuesto caso  de compartir jeringuillas o de que utilizaran una que se habían encontrado en el suelo, el consejo que se les daba era que las empaparan en lejía y, de esta forma, se pudieran evitar más contagios. El lema decía algo así como "Si está cubierto de barro, empápalo con lejía".  

En cuanto a el repetitivo "I don't have a gun" que Cobain canta una y otra vez, puede referirse, también a las jeringuillas, aunque si echamos la vista atrás a la historia de su vida, podría estar acordándose de un momento que le marcó a los 15 años. Aparentemente, la madre del músico se enfadó con su padrastro por tener armas en casa y las tiró todas. Kurt pudo recuperar algunas de ellas y venderlas para comprar su primera guitarra. 

Sea como fuere, el tema tiene una característica más, una bastante problemática, de hecho. El riff de la canción es una réplica, interpretada con un tempo más lento, den "Eighties", canción de Killing Joke publicada en 1985. Al ser tan similares, Nirvana dudó de publicarla como single. Sin embargo, una vez publicado, Killing Joke consideró demandar a los de Seattle, pero la muerte de Kurt Cobain "salvó" a la banda de una ardúa batalla legal. "La vida es muy corta, colega", decía Jaz Coleman, frontman del conjunto, cuando se le preguntó sobre la similitud entre las dos canciones. 

Eso sí, Dave Grohl es la prueba de que no hay ningún rencor entre las dos bandas, ya que les "devolvió el favor" tocando la batería para ellos en su disco homónimo de 2003. 

Sea como fuere, por suerte, el himno de Nirvana siempre ha sido reconocido como una de sus mejores canciones y, hablara de lo que hablara Cobain, el track sigue siendo parte de su eterno legado. 

RockFM