El concierto que provocó que Iggy Pop se quisiera dedicar al rock: “Sonaban a mierda”

Antes de convertirse en una leyenda tanto con The Stooges como en solitario, Iggy Pop fue un adolescente amante de la música y que, además, llegó a tocar la batería en bandas como The Iguanas o Prime Movers. Sin embargo, a todo el que ama la música le llega un momento en el que la vida le cambia para siempre: el instante exacto en el que sueñas con subirte a un escenario. En el caso de la Iguana, fue gracias a un concierto de The Doors, celebrado el 20 de octubre de 1967 y que, curiosamente, salió bastante mal.

En el libro 'Please Kill Me' (vía Louder Sound), el artista habla, sin tapujos, sobre cómo descubrió su pasión por la música en aquel show: "El concierto era en un baile de fin de curso de todos esos grandullones americanos y sus chicas", recuerda Pop. "Iban a ver al grupo que hizo 'Light My Fire' [que encabezó la lista Billboard Hot 100 durante tres semanas en el verano de 1967]".

"La banda subió al escenario primero, sin Morrison, y simplemente sonaban a pura mierda... Sonaba horrible... decrépitos, asquerosos y desequilibrados - estaban tocando el riff de 'Soul Kitchen' una y otra vez, hasta que el cantante se dispuso a hacer su entrada”.

Pop recuerda cómo Jim Morrison lucía “increíble” en una chaqueta de cuero negro, pantalones del mismo material y una camisa con volantes: “Y los tipos americanos pensaban: '¿Quién es este blandengue?'”.

Morrison se pasó todo el concierto cantando con una voz en falsete que “recordaba a la de Betty Boop”, haciendo que el público se enfureciese.

"Estaba muy emocionado", recuerda. "Me encantaba el antagonismo; me encantaba que les hiciera enfadar. Sí, sí, sí... El concierto duró sólo quince o veinte minutos porque tuvieron que sacar a Morrison del escenario y sacarlo de allí rápido, porque la gente iba a atacarle. Me impresionó mucho”.

“Pensé: '¡Mira qué malos son y tienen el single número uno del país! Si este tío puede hacerlo, yo también. Y tengo que hacerlo ahora. No puedo esperar más'".

¿Por qué fue mal aquel show?

En 2010, Ray Manzarek, teclista de The Doors, recordó el motivo por el que aquel concierto salió así de mal. Y es que Morrison se enfadó porque sus compañeros de banda querían comer helado de camino al recinto donde iban a tocar.

"Todos queríamos un helado", explica Manzarek. "Pero Jim dijo: 'El helado es para los bebés. Yo quiero whisky'. Así que tuvimos que parar en una licorería y comprar una botella de alcohol".

Cuando la limusina del grupo llegó al sitio en cuestión, Morrison estaba "borracho como una cuba", según el teclista.

"Se perdía todas las indicaciones y en algún momento empezó a reñir al público. Yo pensaba: '¡Jim, no enfades a estos tíos! Son jugadores de fútbol. Mira el grosor de sus cuellos'. Pero él seguía y seguía .... Yo estaba totalmente sorprendido. Era la primera vez que estaba tan alterado en el escenario".

Irónicamente, tras la muerte de Morrison, el grupo se puso en contacto con Iggy para ver si estaba interesado en liderar la banda. Pop se negó.