Corey Taylor afirma que Slipknot es "una máquina" y que ya "no disfruta" grabando con la banda

El vocalista de Slipknot, que está cada vez más enfocado en su carrera en solitario, habla sobre la banda

Tiempo de lectura: 3’

En una nueva aparición en el podcast Let There Be Talk, el cantante de Slipknot, Corey Taylor, ha explicado que ya no disfruta de tocar con Slipknot, banda a la que ha calificado de ser "una máquina". Cabe destacar que, el próximo 2 de octubre, el vocalista publicará 'CMFT', su primer disco en solitario, que se podría convertir en el primero de muchos si su relación con el conjunto sigue empeorando.

"Cuando comienzas a tocar en una banda y pasan 20 o 25 años, la gente en la banda acaba por ser totalmente distinta. Al principio sois chiquillos que quieren ir adelante, aunque tengáis opiniones políticas distintas o toméis diferentes drogas. Sin embargo, pasa el tiempo y te das cuenta de que no conoces a esas personas, pero que estáis haciendo negocios juntos", le dice el entrevistador a Taylor.

"Exacto", contesta el cantante. "Es difícil porque a veces lo que más quieres es volver a ese punto en el que todos estábamos en el mismo momento de nuestras vidas, cuando todo lo hacíamos por la música y lo pasábamos genial".

"Mira, tío, las vidas de algunas personas ya no son así y no puedes forzarles para que lo sea. Ellos no pueden obligarme a grabar de la manera en la que ellos quieren, igual que yo no puedo obligarles a que disfruten de lo que hacemos. Así es la vida".

"Durante mucho tiempo eso fue lo más duro para mí. Fue una lucha constante, pero, al final, llegas a un punto en el que te toca aceptar las cosas como son. Todavía quiero a esas personas por quienes son, pero a veces ya no es disfrutable. La música sigue siendo buena, pero el proceso de crearla es una verdadera lucha".

Entonces, Taylor comenzó a hablar sobre la "máquina" en la que se ha convertido su banda, a la que equipara a otros grandes conjuntos de la talla de Metallica y Mastodon, que también han sufrido muchos problemas personales y creativos a lo largo de su recorrido.

"Sí, hay mucho peso adherido a este proyecto y está claro que la gente de la banda ha tenido que cargar con el mío a lo largo de los años, yo tampoco soy un santo. No intento pintarlo todo como que yo fuera el tío todopoderoso agitando su palo, eso es una estupidez".

"Todos nosotros hemos pasado por muchas cosas. Es la vida, pero, al mismo tiempo, hay algo genial que sucede cuando estamos en la carretera. Siempre hay un momento en los conciertos en los que nos miramos y volvemos a sentir lo mismo. Siempre que hay una canción o un momento en la que hacemos lo mismo, todos nos acabamos juntando y haciendo algo guay en ese instante".

"A todos nos recuerdan la conexión y la hermandad que aún tenemos. No tiene que ser el jumbaya, pero, al mismo tiempo, hemos pasado por el mismísimo infierno durante 25 años y todavía seguimos aquí. Podemos quejarnos, incluído yo, pero, quiero decir, es genial mirar atrás y ver lo que hemos logrado".

"Todavía paso un montón de tiempo lejos de mis hijos, echo de menos las partes importantes de la vida familiar, no estoy ahí para bodas, cumpleaños, funerales... Es muy duro, tío, en cierto modo, es una versión cutre de la gente que está destinada en el ejército. No te hablo de los que combaten, me refiero a los que están en bases, incluso en territorio aliado. Es algo así".

"Ahora podemos ir a casa con más frecuencia, pero todavía hay grandes periodos de tiempo en los que estamos lejos de la gente a la que queremos y eso es un asco".

RockFM