Crónica de Robe en el WiZink Center: un fin de gira y la “mayéutica” de las emociones

Robe finaliza su gira Ahora es Cuando con un clímax final en la capital

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La RAE define la mayéutica como el “método socrático con que el maestro, mediante preguntas, va haciendo que el discípulo descubra nociones que en él estaban latentes”. Al pensar en el último disco de Robe, precisamente 'Mayéutica', y en cómo ha sido esta gira “Ahora es Cuando”, no cabe duda de que más de uno, gracias a sus canciones, ha cambiado, crecido y madurado.

La cita del pasado 19 de noviembre en el WiZink Center de Madrid culminaba este tour, la continuación perfecta de la gira “Ahora es el Momento” de 2021. Nos quedaban algo más de tres horas de himnos de esos que te revuelven, te abren y te asoman, como el mismo Robe canta, “al fondo de ti mismo”. A las ocho y media de la tarde, puntual, el vocalista, acompañado por su excelente banda, abría el show con “Del Tiempo Perdido”.

Todo estuvo a la altura de la ocasión, en especial el sonido, que, si bien en el recinto madrileño puede variar un poco dependiendo de en qué parte estés situado, al menos desde donde se encontraba este servidor, no solo fue potente sino que también gozó de una claridad meridiana. Cada pequeño detalle se podía distinguir perfectamente. Aquí lo único “Ininteligible” que había era la canción.

Sea como fuere, después de repasar algunos grandes temas en solitario como fueron “Por encima del bien y del mal”, “Por ser un pervertido” y “La canción más triste”, Robe nos regalaba el primer gran recuerdo de Extremoduro, “Si te vas”. Después, una sorpresa: “A la orilla del río”, un tema inédito que es, como de costumbre, pura magia. Antes, el legendario vocalista nos recitaba uno de los distintos poemas con los que nos emociona entre canción y canción:

“No hay nada como el primer amor

No hay nada como el primer...

No hay nada como el...

No hay nada como...

No hay nada...

No hay...

¡No!

Y no hay nada como la primera vez que escuchas una canción”

Así fue, pero, “después de una nueva, una vieja”, como el mismo ex-vocalista de Extremoduro decía: sonaban “Buscando una luna”, “Tango suicida” y, una joya inigualable, “Segundo Movimiento: Lo de Fuera”, parte de 'La Ley Innata' (2008).

Venía un descanso, como Robe nos advertía. Eso sí, iba a tener que ser cortito porque las normas de la “ciudad de la libertad” no permitían que el show se alargará más allá de las 11 y media de la noche. Quedaban muchas canciones por sonar, ¿iba a ser esto un concierto contra el reloj?

Pasado un breve instante en el que, por cierto, sonó un pequeño adelanto de 'Los Potros del Tiempo', lo que será el nuevo disco de Marea, que verá la luz el 23 de diciembre, Robe volvía al escenario para afrontar una de las partes más jugosas del concierto: 'Mayéutica' iba a sonar, de nuevo, al completo.

No sé si a alguien que haya seguido un mínimo a Robe y/o a Extremoduro le cabe alguna duda, pero la prueba empírica de que un disco de 2021 ya puede ser histórico es que eran pocos los que no cantaban sus cuatro movimientos. Impecable, la banda fue desgranando, una a una, las canciones del álbum. Ojo al hacha de la formación, Woody Amores, tocando, en cierto momento, con un taladro al más puro estilo de Eddie Van Halen mientras el resto de la banda, Robe incluido, bailaban haciendo el molinillo con algunas camisetas. Ese pequeño interludio estuvo repleto de química.

Acababa la parte de 'Mayéutica' y el reloj marcaba, más o menos, las 11 y cuarto. Las palabras de Robe volvían a resonar en nuestras cabezas: quedaba un bis, ¿pero cómo de largo? La sorpresa fue mayúscula cuando comenzaron a sonar las primeras notas de “Jesucristo García”, que se adornó con un extenso y maravilloso solo de guitarra. El WiZink, naturalmente, de pie y botando.

El tiempo se acababa, ¿y qué más daba? Le siguió una genial “A Fuego” que ponía los pelos de punta.

Entonces, Robe cogió el micrófono una vez: “Bueno gente, esa hoy no la vamos a tocar, lo siento, no nos da tiempo, por la normativa. Aquí se acaba esta gira, amigos, esta gira tan bonita que hemos hecho. Espero que no pase demasiado tiempo hasta que nos volvamos a ver. Que seáis felices y solo recordaros, una vez más, que estéis atentos a la vida y que no os perdáis nada. Hasta siempre”.

¿Se acababa la función? No.

Cuando el bajista David Lerman empezó a dar algunos acordes ya se podía intuir. Robe comenzaba a cantar y lo confirmaba: “Tú, harta de tanta vida y yo, de preguntarle al viento...”. ¿Cómo nos íbamos a ir sin corear “Salir”? ¡No había un alma en silencio!

Y de almas fue la cosa al final. Para acabar la gira “Ahora es Cuando”, Robe nos proponía su final de fiesta favorito: “Ama, ama y ensancha el alma”. Y es que, si algo nos ha enseñado con su música, con esas preguntas en forma de verso que tantas respuestas nos han ofrecido tantas veces, es a querer y sentir sin jamás dejar de ser combativos.

Nos vemos a la próxima, Robe. ¡Que volvamos a cantar juntos muy pronto!

RockFM