Crónica de la segunda jornada del Rock Imperium: cuando Europe “se convirtieron” en Whitesnake

La segunda jornada del Rock Imperium estuvo marcada por una prominente ausencia
@RockImperium

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Ha terminado el Rock Imperium y mucha gente no está contenta, lo entiendo. Ayer pasó una de esas cosas que te duelen en lo más profundo del corazón si eres fan, pero que, si la versión oficial es cierta, no es culpa de nadie. A pocas horas de su concierto de despedida en España, Whitesnake anunciaban que no iban a tocar, pese a tenerlo ya todo montado, porque Tommy Aldridge, su batería, estaba “gravemente enfermo”.

A alguno se le quitarían las ganas de ver nada, pero lo cierto es que el evento estaba repleto de grupos que todavía podían levantar la noche sin despeinarse. Hay tres que, desde el humilde punto de vista del que escribe estas líneas, sobresalieron en la segunda jornada del Rock Imperium. Hablamos de Doro, Europe y, por supuesto, Scorpions.

En un recinto hasta la bandera - ¡y hasta con “Freddie” presente! - Doro salía al escenario con dos cosas claras: que ama España y que tenía un día difícil por delante. Pero eso, para la Reina del Metal, no es un problema. Siempre digo que la alemana representa todo lo que es bueno del heavy metal: la inclusión, el empoderamiento, el respeto, la camaradería y -sí, también la hay en el metal- la positividad.



Y es que Doro salió al escenario como un huracán y no perdió la sonrisa en todo su set. Por fin nos contagiamos de algo que nos apetece. Con el paso de los años y su veteranía, la cantante no ha perdido ni un ápice de su voz, parece que cada vez cantase mejor, la verdad. ¿Y qué decir de sus canciones? No hay ni una que no se pueda corear, incluso aunque no te la sepas. “Burning Witches”, “I Rule The Ruins” o “Fight For Rock” son algunos de los clásicos de Warlock que nos regaló para que cantásemos, pero el mejor momento vino, como siempre, al final, cuando la alemana sacó a relucir sus ases bajo la manga: “All We Are” y “All For Metal”. Como para que el público no estallase de júbilo.



El sonido, una vez más, estaba siendo -y se mantuvo- de una calidad altísima. Ya les gustaría a muchos famosos recintos sonar como sonó el Rock Imperium, sinceramente. De nuevo, daba gusto poder escuchar a estas bandas así de bien. Verlas ya fue otra película. Para aquellos que pagaran la zona VIP, puede que no fuera agradable intentar disfrutar de sus bandas favoritas y pasarse la noche escuchando a Scorpions pero viendo, única y exclusivamente, cogotes de otras personas.

Pero no nos adelantemos. Acababa Doro y, en las pantallas, se nos recordaba que Whitesnake no iban a tocar. En su lugar, Europe iban a ofrecer un show completo, el mismo que dan cuando son cabezas de cartel.

Allá por 2018, en el Hellfest de Francia, ya había visto a los de Joey Tempest y, para ser sinceros, no me habían convencido mucho. Cuando me enteré de que iban a ofrecer hora y media de concierto me temí lo peor, pero los suecos me callaron la boca.

La voz de Joey Tempest estuvo impoluta y aquello fue una traca de hits que sonaron de uno en uno haciendo las delicias de los allí presentes: “Carrie” y “Rock the Night”, sobre todo, ayudaron a levantar la moral en los primeros compases del show.

Lo más curioso fue cuando, en mitad de otro gran tema, “Supersticious”, los suecos decidieron tocar un “snippet” de “Here I Go Again”. Sí, por uno momento Joey Tempest era David Coverdale y Europe se convertía en Whitesnake. “Qué buen detalle”, pensarán algunos teniendo en cuenta la situación. Lo cierto es que, según setlist.fm, la banda ya hizo esto mismo en el festival Tons of Rock de Oslo, en el que habían estado hace algunos días. Lo que parecía un guiño único y un detalle para hacer feliz a un decepcionado público fue, siento decirlo, tan solo una casualidad. Aún con todo, nos cantamos aquel fragmento como el que se quita una espinita. Necesitábamos a Whitesnake y, más o menos, durante algunos segundos, los tuvimos.

¿Y qué decir de “The Final Countdown”? Estará manida, sí, pero escúchala en directo y coincidirás con nosotros en que es un himno que es imposible no cantar y bailar.



Y tras un breve descanso llegaba el turno de Scorpions. Los alemanes nunca generan dudas, siempre cumplen y hoy no iba a ser una excepción. Frente a su público -a destacar que la disposición del escenario permitía a los fans de las primeras filas estar más cerca de sus ídolos-, los de Klaus Meine nos regalaron una gigantesca batería de temazos.

Su escenario “ochentero”, su sonido impecable y su show bien aprendido no fallaron. Sonaron algunos de los temas de 'Rock Believer', su nuevo álbum, y lo cierto es que están hechos para el directo. “Peacemaker”, “Seventh Sun” o el tema que le da nombre al álbum están aquí para quedarse.

Los clásicos como “The Zoo” sonaron como siempre, aunque hay otros, como “Wind of Change”, que no. ¿Por qué? Porque la banda le ha cambiado la letra a raíz de la situación de Rusia y Ucrania. Estuvo bien poder escuchar, en vivo y en directo, este himno actualizado.

A todo esto, Mikkey Dee es una verdadera bestia y no me canso de decirlo. Me gustaba con Motörhead y me gusta ahora. Es un privilegio poder disfrutar de un batería con esa presencia. Se hace enorme, pero sin impostar nada, de forma sincera. Su solo, por cierto, fue exquisito. Rudolf Schenker y Matthias Jabs, por cierto, también estuvieron espectaculares.

Y sí, también sonaron las que todos esperábamos “Send Me An Angel”, “Blackout”, “Tease Me, Please Me” y, por supuesto, “Big City Nights” fueron algunos de los himnos que Meine, que se mueve lo justo sin necesitar tampoco mucho más para dar un gran show nos hizo corear a lo largo de la velada.



Y, cómo no, había que acabar con los bises: “Still Loving You” y “Rock You Like a Hurricane”. De estas dos no hay mucho más que contar que lo obvio: todo el mundo las cantó a pleno pulmón y sonaron como tenían que hacerlo para culminar un gran concierto.

Hubo más bandas, más escenarios -creo que no ayuda tener el tercero tan alejado de los dos principales- y quedaban cosas, como Saurom o Eric Martin, por venir, pero el festival eligió la clausura de los cabezas de cartel para hacer un gran anuncio: Rock Imperium regresará en 2023 con Deep Purple como cabeza de cartel. Yo, desde luego, pienso volver a Cartagena a disfrutar de este gran descubrimiento repleto de grandes conocidos. Eso sí, esperemos que, si todo va bien, Whitesnake recuerde que nos debe un concierto.





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