La demanda por la muerte de Prince vuelve a ser desestimada

El fallecimiento del legendario músico todavía no se aclara

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Parece que, esta vez sí, el caso de la muerte de Prince ya se puede dar por cerrado. La demanda por mala praxis contra los doctores del músico, sobre los que se alegaba que deberían haber sido capaces de ver que el cantante era un adicto y, por lo tanto, haber prevenido su muerte, ha sido desestimada. 

Este verano, las primeras demandas comenzaron a ser desestimadas, incluyendo las impuestas contra Walgreens, la cadena de farmacias que vendieron la medicación con la que el músico se causó la muerte y contra el Prince and Trinity Medical Center, lugar donde Prince trató su adicción a los opiáceos una semana antes de morir . 

También, el pasado noviembre, se desestimaron las acusaciones contra el doctor Michael Schulenberg, el médico que trató a Prince en las semanas anteriores a su muerte, así como las que se plantearon contra los superiores del facultativo. 

Según cuenta a NME el profesor de derecho Henry Blair, que imparte clases en la Mitchell Hamline School of Law de St.Paul, Minnesota, todo apunta a que los abogados de ambas partes llegaron a algún tipo de acuerdo para que se retiraran las demandas. 

Por otro lado, y aunque fue desestimada en septiembre, la demanda contra Howard Kornfeld, un especialista en adicciones que fue contratado por el entorno de Prince poco antes de su muerte, aún está pendiente de una posible apelación. La familia del difunto músico alega que Kornfeld tenía la obligación de avisar al entorno del músico de su condición y de que debía recibir tratamiento en una institución médica con la mayor rapidez posible. 

Sin embargo, el juez no encontró pruebas de que el médico se llegase a comunicar con Prince en ningún momento ni que se estableciera ningún tipo de relación entre médico y paciente. 

Prince falleció a los 57 años, cuando fue encontrado solo y sin dar respuesta en su casa el día 21 de abril de 2016. Poco después de su muerte, se confirmó que el artista había sufrido una sobredosis de fenatyl, un medicamento 50 veces más potente que la heroína. 

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