Duff McKagan (Guns N' Roses) asumió que moriría a los 30: “No bebí agua durante 12 años”
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Nunca es tarde para dar un volantazo en tu vida, y si no, que se lo digan a Duff McKagan, bajista de Guns N' Roses, que ahora ha recordado el momento en el que dejó las drogas y el alcohol. (vía UCR)
En mayo de 1994, cuando solo tenía 30 años, McKagan tuvo que ir, de urgencia, al hospital, porque su páncreas, literalmente, explotó como consecuencia de sus hábitos poco saludables. El artista asumió, en ese momento, que su vida se había acabado. Una visita de su madre enferma, sin embargo, lo cambió todo.
"Mi cuerpo estaba fallando. Se me caía el pelo. No bebía nada de agua; sólo bebía alcohol", reconoce ahora Duff. "Literalmente, no me tomé un vaso de agua durante 12 años, y no estoy bromeando. Llegué a un punto en el que sólo pensaba: 'Bueno, supongo que voy a llegar a los 30 y eso será todo'. Pero estás bien con ello - estás en este estado de ánimo como: así son las cosas. Vive rápido, muere joven, joder".
Duff recuerda exactamente lo que pasó cuando se despertó sin poder moverse, a pensar sin poder respirar y con su páncreas infectando al resto de su cuerpo: "Y mi mejor amigo, dijo... Puedo oírlo claramente incluso a día de hoy: 'Oh, mierda, finalmente ha sucedido'. Así que me llevó a la sala de emergencias. Me tumbé en el suelo y me dieron morfina, que no hizo nada. Y ahí supe que estaba en problemas, porque sabía lo que la morfina debería hacer".
McKagan también recuerda que la cara de su médico "se puso blanca" al darse cuenta de lo cerca que estaba de perder a su paciente. "Me iban a operar y quería que me mataran, porque no podía soportar el dolor", dice el bajista.
Tuvo que ser su madre la que le hizo cambiar de opinión: "Mi madre tenía Parkinson en ese momento, y yo soy el hijo menor. Ella llegó en silla de ruedas; llorando, y mí me salían tubos del cuerpo".
“El orden de las cosas está mal, tío - yo debería estar cuidando de ella. La he jodido, y lo siento; voy a mejorarlo”, se dijo McKagan a sí mismo.
Duff recuerda que, nada más salir del hospital, le dijeron: "Te vamos un centro de rehabilitación para ti". Sin embargo, su respuesta fue contundente: "No lo entiendes. Se acabó de una vez".
"Y mi vida dio un giro 180 grados desde ese momento", finaliza el bajista. No cabe duda, nunca es tarde para cambiar a mejor.