Gene Simmons (Kiss) desvela la única vez en su vida que se ha colocado: “La historia del brownie”

El bajista y vocalista de Kiss odia el alcohol y las drogas, pero adora el chocolate... pero no estaba preparado para este dulce
September 25, 2021, Chula Vista, California, USA: Gene Simmons of the band Kiss performs live onstage during their End of the Road World Tour. (Credit Image: © K.C. Alfred/ZUMA Press Wire)

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Gene Simmons, bajista y vocalista de Kiss, ha contado la historia de la única vez en su vida que consumió drogas... y, por supuesto, lo hizo sin querer y sin darse cuenta. (vía Loudwire)

En un nuevo capítulo de “Your Mom's House”, Gene le ha contado a su hijo la historia de cómo, sin querer, se comió varios brownies cannábicos después de un concierto de Kiss en Detroit a medidados de los '70. El bajista y cantante no tenía ni idea de lo que se estaba metiendo al cuerpo así que, como puedes imaginar, la historia salió mal.

Nunca me he emborrachado ni drogado en mi vida", dice Gene en el podcast. Su hijo interviene: "Bueno, hay una historia accidental. ¿Podemos contar la historia del brownie?".

Nick continúa, preparando la historia: "Mi padre está tan alejado de la cultura de las drogas que no sabía que se puede meter cannabis en productos horneados. No tenía ni idea. Así que antes de que yo naciera, antes de que conociera a mamá [la mujer de Gene, Shannon Tweed], él estaba entre bastidores y alguien había horneado una cantidad considerable de brownies 'especiales'. Y él no tenía ni idea de que eso existía, así que no dudó en comerse seis, se los zampó. Papá, describe lo que alucinaste. Me lo has contado un par de veces. Es mi historia favorita".

"¿Quién hace eso? Arruinan el chocolate", bromea Gene antes de relatar su experiencia al completo. De hecho, "los dulces son su droga preferida", dice Nick.

Un mal viaje

Entonces, Gene comienza a contar la historia de cómo, no habiendo consumido cannabis en su vida, se metió al cuerpo una cantidad suficiente de brownies mágicos como para matar a un animal pequeño:

"Nunca antes ni después me había pasado algo así. No estaba preparado para ello. Había una sala llena de gente celebrando que habíamos batido un récord en Detroit... Eso fue en el '76. Toda la sala estaba llena y yo veía los brownies amontonados. Toda la habitación está llena, y estoy viendo los brownies apilados bien alto. Y me eso me encanta. Todo el mundo estaba como: 'Vamos a fumar, vamos a meternos cosas por el culo'. Y yo les contesto: 'No, dame pastel'".

"No estaba de más que no fuera fea", dice Gene de la mujer que dispensaba los brownies. "Se acercó y le dije: 'Dame otro de esos'. Entonces empecé a seguirla como un perro con un hueso. ¿Me das otro? ¿Quieres otro? Y seguí así hasta que me comí seis".

Entonces, Gene se dio cuenta de que aquellos brownies de chocolate no eran lo que parecían: “La habitación empezó a hacerse más grande, y mi cabeza empezó a hacerse más pequeña... hasta el tamaño de una aceituna", explica. "Recuerdo esto: Empecé a abrir los ojos mucho para que la gente pensara que yo era normal. Y a medida que me movía, mis manos se hacían -a medida que se alejan, suelen parecer más pequeñas- pues no, mis manos se hinchaban como los dibujos animados. Se volvieron enormes".

Por suerte, ahí había una chica”, dice Simmons en referencia a Jaan Uhelszki, la co-fundadora de Creem, que ya habló sobre el accidente de los brownies en 2019, aunque afirmando que esto pasó en 1974 -no en el 76- y que fueron sólo tres piezas de bizchoco, no seis.

"También ha escrito sobre ello", continúa Gene. "Era la editora de la revista Creem. Me sacó de allí y me llevó a la limusina. Y mientras caminaba, a cada paso que daba, me veía los pies gigantes. Y hablaba alto porque no creía que ella puediera oírme, porque mi voz me parecía pequeña pequeña".

El viaje siguió... y no dejó de hacerse más raro

"Subimos a la limusina y tenía miedo de moverme", dice Gene. "Y tenía sed. Así que paran a dos o tres manzanas en un gueto de Detroit, y ella me lleva a tomar algo. Y todo estaba lleno de gente del barrio que estaba allí por la noche comiéndose una hamburguesa y esas cosas después del concierto. Y yo estaba vestido de cuero, en serio, y todos se dieron la vuelta. Y pensé: 'Todos me miran porque mi cabeza es pequeña'. Así que traté de hacerme más grande. Me acerco y un tipo me dice: '¿Qué quieres?'. Y yo le digo -gritando-: '¿Me das un vaso de leche?'".

"Así que cuando volvíamos al hotel, sacó mi llave, yo intenté meterla en la cerradura, que era enorme, por el ojo de la cerradura. No funcionó. Ahora que mi hijo no está aquí”, dice haciendo una insinuación sexual, “diré que nunca he sido tan 'grande' en mi vida".

Por suerte, ahí acabó la aventura para Simmons, que seguro que no volvió a comerse un brownie sin preguntar nunca más.

RockFM