El homenaje de la hija de Kurt Cobain por el 30 aniversario de su muerte

Frances Bean Cobain quiso recordar a su padre el cual murió cuando solo tenía dos años

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El viernes pasado fue un día que recordar en el mundo del rock. Y como sabes, en RockFM no hemos querido quedarnos callados y decidimos honrar a esta fecha como se merece. El pasado viernes se cumplieron 30 años desde que Kurt Cobain dejó sin voz a una generación. Si quieres saber más de lo que representó este joven artista para la música, puedes volver a escuchar el especial de RockFM por el 30 aniversario de muerte de Kurt Cobain en este enlace.

Pero, un día que nosotros lo vivimos un momento que recordar y llorar por la historia de la música, de entre todas las voces y todas las personas que el viernes pasado se acordaron de Cobain, hay una persona que lo recordó de forma muy diferente. Su hija. Frances Bean Cobain honró a su padre, Kurt Cobain, con un conmovedor homenaje en el 30 aniversario de su muerte.

"Hace 30 años la vida de mi padre terminó", escribió en Instagram, junto con una serie de fotos sinceras del líder de Nirvana. “La segunda y tercera foto capturan la última vez que estuvimos juntos mientras él aún estaba vivo. Su madre, Wendy, a menudo presionaba mis manos contra sus mejillas y decía, con una tristeza adormecedora, "tienes sus manos". Ella los inhalaba como si fuera su única oportunidad de abrazarlo un poco más, congelado en el tiempo. Espero que ella esté sosteniendo sus manos dondequiera que estén”.


Frances nació el 18 de agosto de 1992. Como hija de Cobain y la rockera de Hole Courtney Love, saltó inmediatamente a la luz pública. Kurt murió el 5 de abril de 1994. Desde entonces, la vida de Frances ha estado bajo el microscopio, algo a lo que ella aludió en su publicación.

“En los últimos 30 años, mis ideas sobre la pérdida han estado en un continuo estado de metamorfosis. La mayor lección que he aprendido a través del duelo durante casi todo el tiempo que he estado consciente es que tiene un propósito. La dualidad de vida y muerte, dolor y alegría, yin y yang, deben existir uno al lado del otro o nada de esto tendría significado alguno. Es la naturaleza impermanente de la existencia humana la que nos arroja a las profundidades de nuestras vidas más auténticas. Resulta que no hay mayor motivación para inclinarse hacia la conciencia amorosa que saber que todo termina”.

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“Ojalá hubiera conocido a mi papá”, continuó. “Me gustaría saber la cadencia de su voz, cómo le gustaba el café o cómo se sentía al estar arropado después de un cuento antes de dormir. Siempre me pregunté si habría atrapado renacuajos conmigo durante los bochornosos veranos de Washington, o si olía a Camel Lights y Nesquik de fresa (sus favoritos, según me han dicho). Pero también existe una profunda sabiduría al emprender un camino acelerado hacia la comprensión de lo preciosa que es la vida. Me regaló una lección sobre la muerte que solo puede venir a través de la experiencia VIVIDA de perder a alguien. Es el regalo de saber con certeza que cuando nos amamos a nosotros mismos y a quienes nos rodean con compasión, con apertura y con gracia, más significativo se vuelve inherentemente nuestro tiempo aquí”.

Para finalizar, Frances, quien ha forjado su propia exitosa carrera como modelo y artista, compartió parte de una carta que le dejó su famoso padre. “La última línea dice: 'Dondequiera que vayas o donde yo vaya, siempre estaré contigo. Cumplió esta promesa porque está presente de muchas maneras. Ya sea escuchando una canción o a través de las manos que compartimos, en esos momentos puedo pasar un rato con mi papá y él se siente trascendente”.

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