James Hetfield explica qué piensan sus compañeros de Metallica de su pasión por la caza

El vocalista y guitarrista afirma, también, que le gusta compartir sus presas con sus compañeros

Tiempo de lectura: 2’

En una nueva entrevista con el podcast The Fierce Life (transcrita por Ultimate Guitar), el vocalista y guitarrista de Metallica, James Hetfield, se ha sincerado sobre su pasión por la caza, explicando cuáles son algunas de sus presas favoritas y con quién comparte la comida que sale de ellas, además de sincerarse sobre cómo le sienta a sus compañeros de banda que se dedique a esta actividad.

Sobre esto último, Hetfield ha explicado lo siguiente: “No les sienta mal, realmente no están en contra. Nos apoyamos los unos a los otros con lo que hacemos para pasarlo bien, con nuestras creencias y lo que nos hace disfrutar”.

“Un par de ellos han elegido no comer carne y esa es su elección, pero hay otro que sí come y, además, hay un montón de trabajadores en el estudio que también disfrutan de ella. Y yo tengo mi rancho aquí, así que salgo a pescar por la mañana, llevo una trucha allí y les digo que la cocinen. No hay nada más fresco que eso, es bastante pequeña”.

“Así que, sí, somos muy respetuosos con las creencias de los demás y con cualquier cosa que nos mantenga a flote”, explica.

Entonces, James Hetfield pasó a hablar, en más detalle, sobre su pasión por la caza, cuando fue preguntado sobre si prefería cazar alces o ciervos.

“Pues me gustan los dos. Son completamente distintos. Ambos son geniales. (…) He estado cazando un poco por mi cuenta últimamente, han sido tiempos algo difíciles, pero unos amigos y yo fuimos a Idaho y derribamos un buen monstruo”.

“Creo que pesaba unos 218 kilos, era un alce enorme. De hecho, el pasado fin de semana, estaba aquí, en California, grabando y, como tengo un amigo que tiene un rancho al norte del condado de Mendocino, fuimos a cazar unos jabalíes, así que pude traer algo de bacon al estudio”.

El músico explicó que, además, también despieza a los animales y que, recientemente, ha aprendido sobre casquería.

“Sí, era un jabalí joven y pesaba unos 70 kilos, una comida de lujo. Básicamente lo descuarticé, hicimos el método sin vísceras, le sacamos algunas tripas. De hecho, hay un restaurante local por ahí y el tipo que regenta se queda...”.

“Pensé que se estaba haciendo el duro, porque me dijo: 'Oh, chicos, ¿no os quedáis la cabeza del jabalí? ¡Es la mejor parte!'. Le dijimos que no, pero que si quería una cabeza, se la traeríamos. Así que, en esta última caza, fuimos hasta allí y le sacamos lo que quería. Puse la cabeza en un cubo y la llevé al restaurante. Me acerqué y les dije: 'Eh, tenemos un regalo para José'. 'Okey, déjalo aquí'. 'No, tiene que salir y meterlo en el restaurante'”.

“Así que salió, la cogió y la metió en la cocina. Estaba súper contento, supongo que les encanta el morro, la lengua, los sesos, la oreja... todo”.

“Yo ahumé una de las patas durante unas ocho horas y la llevé al estudio, donde nos hicimos bocadillos de carne mechada. ¡Fue increíble! No hay nada mejor que la carne de un animal salvaje”

RockFM