Las cinco peores locuras de las estrellas del rock

Te descubrimos los cinco actos más extravangantes que jamás ha perpetrado una estrella del rock. 

 

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1. Ace Frehley se bebe una botella de colonia

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El que fuera guitarrista de Kiss ha afirmado que, durante su estancia en la banda neoyorquina, comenzó a volverse loco al viajar todo el rato de un sitio para otro, llegando a no saber en qué ciudad se ubicaba. Esta desesperación le llevó a tener problemas con el alcohol y las drogas. Pese a ser un gran músico, la presión de las giras era demasiado para él.

Cuenta la historia que, durante un viaje en limusina junto a la banda, el guitarrista llegó a beberse una botella de perfume porque descubrió que contenía alcohol. Paul Stanley y Gene Simmons nunca han sido fans de la bebida ni de las drogas, así que una actitud así contrastaba mucho con la del resto de miembros de la banda.

2. Billy Idol obliga al ejercito tailandés a echarle de un hotel

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Muchas estrellas del rock han tenido comportamientos erráticos en hoteles donde se alojaban, desde Keith Moon hasta los miembros de Motley Crüe, pero lo de Billy Idol está a otro nivel. El cantante decidió alojarse en una de las mejores habitaciones de un lujoso hotel en Bangkok, pero su estancia, en la que no faltó ningún tipo de vicio y que reportó una buena cantidad de destrozos, se extendió durante más de tres semanas.

Cuando los trabajadores del lugar decidieron que era el momento de que la estrella fuera marchándose, este hizo oídos sordos y decidió que permanecería allí todo el tiempo que considerara necesario. Sin embargo, en Tailandia, las cosas no se hacían a la manera de Inglaterra o Estados Unidos. Para cuando Idol quiso darse cuenta, tenía al ejercito tailandés encima de él. Los militares le dispararon varios dardos tranquilizantes y le “escoltaron” en camilla fuera del hotel y, en última instancia, del país. Por suerte, nadie resultó herido y el cantante no acabó encerrado en un oscuro calabozo del país asiático.

3. Slash alucina y huye desnudo de un Predator imaginario

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El guitarrista de Guns N' Roses siempre ha sido mucho más calmado, al menos durante sus apariciones públicas, que su compañero Axl. Sin embargo, esto no significa que, en algunas ocasiones, no la haya liado. El mejor ejemplo de esto se ubica en el parón que hizo la banda entre 1989 y 1991.

El músico comenzó a experimentar con una combinación de drogas potencialmente letal, cocaína y heroína. Ese cóctel le provocó alucinaciones paranoides que acabaron con él desnudo huyendo de los aliens de Predator que aparecían en su cabeza. Esto ocurrió porque el músico se encontraba en la ducha cuando la peor parte de su viaje comenzó, lo cual le llevó a romper la mampara de cristal y a sangrar abundantemente. Al final, su recorrido terminó en un campo de golf, sólo después de haber utilizado a una empleada de limpieza del lugar como escudo humano contra los monstruos imaginarios.

4. Tony Iommi le prende fuego a Bill Ward

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El guitarrista de Black Sabbath no siempre fue el hombre tranquilo que hoy conocemos. En la primera etapa de la banda, su comportamiento era, muchas veces, tan errático o más como el de las estrellas de rock más conocidas por sembrar el caos. Uno de los momentos más peligrosos y extremos de los jóvenes Sabbath, fue cuando Iommi le prendió fuego a Bill Ward.

El hacha decidió preguntarle a su compañero si podía hacerlo, y el batería no lo vio mal. La situación fue tan absurda como arriesgada, Tony le tiró un cubo lleno de alcohol a Bill y este comenzó a arder hasta el punto de sufrir quemaduras de tercer grado en sus piernas, por suerte, esta imprudencia no le costó la vida al legendario batería.

5. Keith Richards se esnifa a su padre

Los rituales mortuorios son algo que se produce desde los albores de la historia de la humanidad. Cada cultura la ha hecho de manera diferente a lo largo de los años, fiestas, funerales, enterramientos, incineraciones... cada uno tiene su manera de despedirse de sus seres queridos -o los seres queridos de cada uno- en un triste adiós final. Sin embargo, nadie se ha despedido de un antecesor como lo hizo Keith Richards con su padre.

En una entrevista a la CBS, el Rolling Stone fue preguntado por una inquietante leyenda que llevaba rodeando a su figura durante años. Muchos decían que el guitarrista se había esnifado las cenizas de su padre, seguramente una de las cosas más absurdas que se le pueden ocurrir a una persona. Todo apuntaba a que el músico desmentiría los rumores, pero no fue así.

Con un cigarro en la mano, Richards relató lo siguiente: “Ingerí a mi antecesor, sí. Principalmente porque tuve una urna con sus cenizas durante cinco o seis años, que se encontraba en un estante. Era una pequeña caja negra con un número en ella. No podía lanzarle al aire ni nada así, el quería ser usado, no ocupar un trozo de tierra en un cementerio, donde sus huesos se pudrieran. (…) Después de tantos años decidí plantar un roble inglés en el jardín, así que decidí sacarle para ayudar al árbol a crecer firme y fuerte. Pero cuando levanté la tapa de la caja, parte de mi padre voló hacia una mesa. Así que cuando lo vi allí, no pude resistirme. Hice una pequeña línea, cogí una pajita y dije “nos vemos, papá”. El resto, sin embargo, quedó junto al árbol, que hoy es enorme”.

Keith Richards no sabía que hacer con ese resto de cenizas que se había depositado en la mesa, no podía limpiarlas sin más, así que decidió que, ya que su padre sabía que le gustaban las drogas, utilizaría un poquito de él para dar rienda suelta a su adicción. Mucha gente se tomó a mal esta locura, que, al menos, no fue del todo malintencionada.

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