Las primeras sensaciones del Rock Imperium antes de su “día fuerte”: cuando las cosas se hacen bien

En mitad de lo que se ha llamado burbuja de festivales, el Rock Imperium de Cartagena demostró mimo en su organización

Tiempo de lectura: 2’

No son pocos los festivales que se están organizando a lo largo de este año. Lo estábamos esperando, no hay duda. Sin embargo, solo hace falta echar un buen vistazo a las redes sociales o a algún que otro portal de noticias para darnos cuenta de que hay eventos que parecen mirar más por el bolsillo de los organizadores que por los fans: barras hasta los topes, sonido mediocre, problemas de aforo, precios abusivos. El Rock Imperium fue todo lo contrario a eso al menos en la primera de sus dos jornadas, sin contar la fiesta de presentación.

A veces, ver las intenciones de un festival es tan sencillo como mirar su lista de objetos no permitidos. ¿Qué menos que dejarte pasar con una botella de agua sin tapón y un bocadillo? Pues, aunque parezca mentira, en muchos festivales no lo permiten, seguros de que comprarás, allí dentro, después de una larga cola y a precio abusivo, lo que necesites. En nuestra primera noche en Cartagena, sin embargo, las colas no fueron muchas y los precios, a decir verdad, eran bastante populares. Aún con todo, insisto, se podía pasar con un bocadillo y una botella de agua, lo cual siempre es de agradecer, y más con la que se viene.



Pero a un festival, al menos en teoría, se va a escuchar música, y tenemos que hablar de ello. Quizás -mal- acostumbrado a ver shows en según que recintos de la capital, lo primero que me chocó al llegar a Rock Imperium -a la altura de la actuación de Black Label Society- fue la contundencia y la claridad del sonido de los escenarios principales. Disfrutar de los de Zakk Wylde o de Avantasia de esta manera es un privilegio. Nada de pastiches sonoros, los matices se podían percibir y disfrutar con claridad.



Y a todo esto, la ocasión lo merecía, porque si Rock Imperium va a suponer el último concierto de Whitesnake en España, no tanta gente habíamos reparado en el que también ha sido el primero de Avantasia, liderados por un brillante Tobias Sammet, tras la pandemia. Desde el 15 de diciembre de 2019, la banda no se había subido a un escenario, y la ilusión de los músicos, especialmente del vocalista y los múltiples invitados -qué ilusión ver a Ralf Scheepers (Primal Fear) con la banda- que trajo al escenario a lo largo de la noche, se podía notar. Hasta él mismo lo comentó: estando en el hotel estaba nervioso e incrédulo y hasta que no salió al escenario, una pequeña parte de él pensaba que el concierto no iba a tener lugar. Después de dos años de tedio, dolor y cancelaciones, no es para menos. La pesadilla ya ha terminado, Tobias.



La segunda jornada del Rock Imperium, con Europe, Doro, Whitesnake o Scorpions, entre otros, promete. Ningún festival es perfecto, y evaluar cada detalle -música, baños, condiciones de los trabajadores, comida, merchandising y demás detalles- se antoja algo complicado para una sola persona. De hecho, no me cabe duda de que un concierto es una experiencia subjetiva. Sin embargo, las primeras impresiones de este evento en Cartagena en su -valga la redundancia- primera edición, han sido de lo más esperanzadoras.



Hacen falta más festivales como este o, al menos, más ediciones de Rock Imperium de ahora en adelante.

RockFM