Los coches más bestiales de las estrellas de rock

Los grandes mitos del rock siempre han tenido a mano sus mejores bólidos para que su carrera fuera "sobre ruedas"

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El rock y el automovilismo siempre han estado unidos por muchísimos factores. No en vano, el rock puede ser tu música favorita para viajar y experimentar la sensación de libertad -y rebeldía- que la música te aporta mientras te enfrentas a una larga carretera. Canciones como "Born to Be Wild" de Steppenwolf, también se han convertido en algunos de los mejores himnos para llevar en el coche. Sin embargo, ¿qué coches conducen (o conducían) las estrellas de rock que ahora suenan en nuestra radio o reproductor de CD cuando vamos al volante? Estos son algunos de los más épicos:

  • Bruce Springsteen y su Chevrolet Corvette

Aunque ahora forma parte de un museo, Bruce Springsteen se compró este Chevrolet Corvette de 1960 tras publicar 'Born to Run' en 1975. No cabe duda de que, cuando el Boss comenzó a ganar dinero con la música, decidió que era buena idea hacerse con un coche mejor. ¿Cómo tiene que ser conducirlo? Un lujo, y si es con el Boss al lado, aún mejor. La fotografía fue tomada en 1978 en Colonial Avenue, calle de la localidad de Haddonfield, en Nueva Jersey por Frank Stefanko. Fue publicada en el libro Rock Stars Cars, publicado por la editorial Red Planet.

Bruce Springsteen en su Chevrolet Corvette

  • Brian Johnson (AC/DC) y su Rolls-Royce Phampton

El vocalista de AC/DC se ganaba la vida grabando jingles cuando hizo su espectacular entrada a la banda en 1980. Solo con 'Back in Black', su primer trabajo en el grupo, el vocalista dejó su marca en la historia del rock, y cabe suponer que también en su cartera. Debe de ser por esto que Brian Johnson tiene una espectacular colección de coches de todos los modelos posibles. Sin embargo, su joya de la corona es el Rolls-Royce Phampton. Para que te hagas una idea, el precio del coche asciende a más de 500.000 euros. ¿Cómo tiene que ser conducirlo? Lo puedes ver tu mismo en este vídeo en el que el músico se da un paseo por Sídney en su flamante bólido.

  • David Bowie y su Volvo

Para ser un tipo tan excéntrico, el coche de David Bowie era sorprendentemente discreto. Su automóvil, un Volvo 262C Bertone Coupe, fue uno de los únicos de su modelo. Según NME, solo 6.620 unidades fueron producidas en fábrica. El suyo le fue entregado en su casa de Suiza en 1981. Tras su muerte, el coche pasó a ser propiedad del sello Belway Bros y, posteriormente, fue subastado por unos 180.000 euros en 2018. Según se contó en el momento de su venta, el coche estaba en "muy buenas condiciones" y sólo tenía 53.000 kilómetros en su haber.

  • Freddie Mercury y su Studebaker Champion

El legendario vocalista de Queen tenía varios coches, pero si uno destaca es su Studebaker Champion de 1950. No está claro dónde lo compró ni de qué manera, pero se trata de una pieza muy interesante.

Este modelo de coche fue el más exitoso de la compañía Studebaker, que, casi en la bancarrota, vio salvados sus ingresos gracias a este modelo que vendieron durante 20 años, de 1938 a 1958. Diseñado por Raymond Loewy, este coche es uno de los más ligeros de su época, en parte porque la compañía no tenía muchas piezas a mano para utilizar en su construcción. Además, su gasto de combustible era tan bajo, que el coche se utilizó durante la Segunda Guerra Mundial para labores de transporte. No cabe duda de que Freddie Mercury no pudo resistirse a tener esta joya en su garaje.

Freddie Mercury en su Studebaker Champion

  • Janis Joplin y su Porsche 356C

Pocos coches imponen más que el genial Porsche 356C de 1964 que tenía Janis Joplin. Sus colores psicodélicos y su potencia, encajan a la perfección con la personalidad de una de las mujeres más influyentes de toda la historia de la música, pese a lo breve de su carrera.

Comprado en 1968, fue su amigo Dave Richards el que se encargó de modificar su pintura. En un principio, el bólido era de color blanco, pero Richards se encargó de darle este toque único y psicodélico que lo convirtió en una pieza única. ¿El único problema? Que al usarlo tanto Janis, la gente comenzó a identificarlo con ella. Allá donde estaba el coche, estaba la cantante, y eso no era bueno para una estrella que tiene a una legión de fans que la siguen.

El 4 de octubre de 1970, cuando se encontró el cuerpo de la cantante en la habitación de su hotel, este coche estaba aparcado fuera. ¿Qué fue de él? Pues, tras pasar por muchas manos, en 2015, fue subastado por más de un millón y medio de euros. Esperemos que quien se lo quedara lo esté cuidando bien.

Janis Joplin en su Porsche

RockFM