Los herederos de Joey Ramone venden su catálogo: el precio podría ser más bajo de lo que te esperas

Los propietarios del legado de la leyenda del punk pasan por caja con el legado de Ramone
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Tal y como informa Blabbermouth.net, los herederos de Joey Ramone han vendido una parte de los derechos de publicación de la música del artista. Sin embargo, el precio por estas canciones no ha sido tan alto como nos podríamos esperar teniendo en cuenta las cifras de ventas anteriores. Los herederos de Ramone sólo se llevarán 10 millones de dólares.

Los términos exactos del acuerdo no se han desvelado, pero incluyen los derechos no exclusivos para licenciar el nombre y la imagen del líder de Ramones, así como los ingresos por las canciones de todo el repertorio musical de la banda.

"Estoy feliz de dar la bienvenida a Primary Wave como socios de los intereses de mi hermano en Ramones", dijo el hermano de Joey Ramone, Mitchel Hyman, en un comunicado. "Estoy plenamente convencido de su afán por perpetuar su legado, y de su sinceridad a la hora de hacerlo de una manera que nunca comprometa su credibilidad. Tengo muchas ganas de trabajar con ellos".

"Joey Ramone fue un original: su forma de componer, su estilo y su voz son innegablemente únicos e inmediatamente reconocibles todavía hoy", dijo Lexi Todd, vicepresidenta de asuntos comerciales y legales de Primary Wave Music, en un comunicado. "Icono de la contracultura y principal impulsor del punk rock, Ramones demostró de primera mano el poder de la música para influir en la cultura y construyó una base que ha influido en décadas de músicos."

La adquisición forma parte de una asociación más amplia de 2.000 millones de dólares entre la editorial independiente Primary Wave Music y la empresa de inversiones Brookfield Asset Management.

Ramone escribió algunas de las canciones más famosas de los Ramones, como "Sheena Is A Punk Rocker" y "Beat On The Brat". El artista publicó un álbum en solitario tras la disolución de la banda en 1996.

El 15 de abril de 2001, Joey falleció en el Hospital Presbiteriano de Nueva York debido a complicaciones de un linfoma, un tipo de cáncer contra el que llevaba luchando más de seis años. Tenía 49 años.

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