La malsana obsesión de Dave Grohl por John Bonham (Led Zeppelin) que le "marcó" para toda la vida

El músico, literalmente, se dejó una marca permanente a raíz de su obsesión con el batería

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Tal y como informa Ultimate Classic Rock, Dave Grohl (Foo Fighters, Nirvana) ha recordado la malsana obsesión con John Bonham, batería de Led Zeppelin, que definió su adolescencia y que le dejaría, literalmente, marcado para toda la vida.

El líder de Foo Fighters también acabó hablando sobre otra de las grandes figuras en su vida, su madre, que, pese a ser profesora, nunca consiguió enderezarle. Aún con todo, mamá Grohl siempre apoyó los sueños de Dave, que acabaría haciendo historia.

"Con 13 o 14 años, tenía una visión muy cuadriculada de la música, en la que todo tenía que ser punk rock todo el rato", explica el músico a the Guardian. "Revolvía todas las estanterías de las tiendas de discos buscando cualquier cosa disonante y subversiva -death metal, música industrial- cualquier cosa que estuviera en la radio y pareciera rebelde. Para el momento en el que cumplí 15 o 16 años, ya había aprendido a tocar la batería poniendo cojines en el suelo y en mi cama, formando una batería para tocar junto a los Bad Brains".

"Descubrí a Led Zeppelin justo cuando comencé a progresar como batería y me obsesioné con John Bonham: quería saber lo que tocaba y por qué. Es difícil de explicar, pero su aura y su sonido eran inconfundibles e indefinibles. Cualquiera puede intentar tocar lo mismo que él, pero nunca será igual porque él tan único como lo es una huella dactilar".

La obsesión de Grohl fue creciendo cada día más. Casi como un ermitaño, el batería comenzó a memorizar, aislado, todas y cada una de las canciones del batería de Led Zeppelin. Tal fue su "locura" por John Bonham que llegó a marcarse para toda la vida: "Estaba tan obsesionado que cogí una aguja de coser y algo de tinta y me tatué a mí mismo los tres círculos entrelazados de Led Zeppelin. Me quedé marcado de por vida".

Sobre su madre, Grohl lo tiene claro: "Se pasó toda su carrera lidiando con imbéciles rebeldes como yo, pero ella sabía que era conocida por ser la profe guay. Entendía que cada niño aprendía de forma distinta y que pasar un mal momento no significa, necesariamente, que un niño no pueda aprender. Creo que yo fui su estudiante más difícil, pero ella vio pasión en mi obsesión musical".

"Pasé por una fase rebelde", reconoce Grohl. "Mi madre me apoyó siempre y, además, se sentía motivada por la independencia y la creatividad de la escena del punk underground, porque todo el mundo se las arreglaba por su cuenta. No había compañías de discos ayudando a nadie: Simplemente empezabas con tu banda, dabas un concierto, te pagaban 50 dólares, ibas al estudio, grababas algo, imprimías tus vinilos y sacabas tu disco. Ver a tu hijo tan apasionado por algo a esa edad tiene que ser muy inspirador".

"Las cosas que más quieres siempre son las que haces mejor. Y yo, a esa edad, no dejaba de escuchar música", finaliza.

RockFM