Mark Hoppus (Blink-182) tuvo que “volver a aprender a tocar el bajo” tras pasar por quimioterapia

El camino para reformar a los Blink-182 fue largo y estuvo lleno de dificultades

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Mark Hoppus ha desvelado los problemas que tuvo que afrontar después de superar con éxito un tratamiento de quimioterapia para curar un cáncer. El artista acabó pudiendo volver al escenario con Blink-182 en el mismísimo festival de Coachella.

En una entrevista con Apple Music (vía NME), en la que se promocionó el próximo disco de la banda, 'One More Time', Hoppus explicó que, en cierto momento, su relación con Tom DeLonge llegó a ser tan mala que vio “imposible” que ambos se volvieran a subir juntos a un escenario.

"No sabía que Blink volverían a juntarse o que yo volvería a compartir escenario con Tom. Y se lo dije a la dirección, se lo dije a Travis Barker, se lo dije a todo el mundo: 'No vuelvo a pisar un escenario con ese tío. De ninguna manera'. Esa es la verdad. Pero siempre he pensado que Tom era uno de los mejores compositores del mundo y, además, uno de mis favoritos, pero había mucha mala sangre, muchas cosas en la prensa, sentimientos y todas estas cosas".

Hoppus fue diagnosticado de linfoma difuso de células B grandes en estadio 4-A en 2021, pero seis meses después, gracias al tratamiento y a mucho esfuerzo, logró librarse de la enfermedad. Cuando Hoppus supo que había sido diagnosticado de cáncer, se dio cuenta de que DeLonge estaba a su lado apoyándole: "Me puse enfermo... Pero Tom siempre estaba en plan: 'Vamos a sacarte de esta'".

Hoppus y De Longe, pues, acabaron volviendo a ser amigos, o al menos aprendieron a tolerarse, y volvieron a juntar la formación clásica de la banda. Sin embargo, Mark todavía tenía que superar un montón de dificultades físicas antes de estar listo para volver a pisar un escenario. De hecho, tuvo que volver a aprender a tocar el bajo y a cantar de nuevo.

"Es importante la curación a través de la banda, porque una vez me libré del cáncer y me dieron el visto bueno, yo seguía estando vacío, sólo era una cáscara. Mierda, tenía el cerebro débil comido por la quimioterapia, el dolor y todo lo demás. Y luego volver al estudio para hacer este disco fue como aprender a tocar el bajo de nuevo, aprender a... La quimioterapia destrozó mis cuerdas vocales. Tuve que trabajar con un profesor de canto. Tuve que reconstruir mi garganta. Tuve que reconstruir todo esto para llegar al punto en el que pudiéramos subir al escenario de Coachella y dar uno de los mayores conciertos de nuestra carrera además de tener este álbum que, toquemos madera, es uno de los mejores álbumes que hemos compuesto nunca".

RockFM