El momento más absurdo de la carrera de Black Sabbath comenzó con Stonehenge: “Era una idea ridícula”
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En 1983, Black Sabbath se encontraba en un punto un tanto complicado. No sólo no estaban viviendo su mejor momento, sino que sus dos cantantes estaban gozando de un meteórico ascenso con sus carreras en solitario.
Por un lado, Ozzy Osbourne ya se había consolidado como una estrella, si bien había perdido, en un trágico accidente de avión, a su compañero y amigo Randy Rhoads. Con Jake E Lee en su formación, el inglés lanzaba su tercer disco en solitario, 'Bark at the Moon'.
Por otro lado, su segundo vocalista, Ronnie James Dio, había salido también de Black Sabbath y lanzaba uno de los mejores discos de toda la historia del rock, 'Holy Diver'.
El mánager de la banda, Don Arden, cuya hija, Sharon, encima había comenzado a gestionar la carrera de Osbourne, necesitaba hacer algo para darle la vuelta a esta desfavorable situación. Fue entonces cuando Black Sabbath contrató al entonces ex-vocalista (ahora componente) de Deep Purple, Ian Gillan, para crear una nueva y estelar formación y sacar el disco 'Born Again'. Sin embargo, hacía falta dar un golpe de efecto para que el grupo volviera al estatus de titanes del rock al que estaba acostumbrado: tocar delante de unas rocas gigantes, a la postre, no fue la mejor opción.
Geezer Butler, bajista de la banda, lo cuenta ahora en su biografía, “Into The Void” (vía Louder Sound): "Presumiblemente porque teníamos un instrumental llamado 'Stonehenge' en el álbum, Don quería montar un escenario inspirado en Stonehenge, con un sol enorme saliendo detrás de las piedras a medida que avanzaba el espectáculo", escribe Butler. "Pensé que era una idea totalmente ridícula".
¿Lo peor de todo? El proyecto salió adelante, pero los diseñadores de este nuevo escenario interpretaron mal los planos que les dieron, midiendo los planos en metros y no en pies. Como consecuencia, toda la decoración llegó siendo tres veces más grande de lo que se había planeado.
"Cuando ensayamos en el National Exhibition Centre de Birmingham, las piedras estaban colocadas en el suelo y la verdad es que resultaban muy expresivas", recuerda Butler, señalando que la idea del "sol naciente" se abandonó debido a los costes que suponía. "Pero cuando dimos nuestro primer concierto de la gira en Noruega, y sacamos las piedras al escenario, casi tocaban el techo”.
"Fue entonces cuando Don tuvo otra ocurrencia: 'Pondremos a un enano trepando por encima de ellas, vestido como el bebé demonio de la portada del disco'... En nuestro concierto en Canadá, un tipo pequeño, vestido con un leotardo rojo, con largas uñas amarillas y cuernos pegados a la cabeza, se arrastraba por la parte superior de la piedra más alta y se cayó. En realidad tenía que haber sido así, pero alguien había quitado el colchón y el pobre se hizo bastante daño. Ese fue el fin del bebé diabólico".
Esto, por supuesto, se parece a algo sacado de la película 'This Is Spinal Tap'. En el film, la banda inglesa de hard rock intenta, también, crear un escenario basado en Stonehenge, pero las medidas se interpretan en pulgadas y no en pies, por lo que las rocas que piden les llegan en miniatura.
Geezer está seguro de que esto no es casualidad: "Años después hicimos una sesión de fotos con Spinal Tap y les preguntamos si se habían basado en nosotros para esas escenas, pero dijeron que era pura coincidencia", escribe. "Me cuesta creerlo”.
"La gente me pregunta a menudo si he visto la película... Siempre respondo: '¿Verla? La he vivido'. Sé que Iron Maiden odiaba esa cinta, pensaba que era una afrenta, pero es una de las películas más divertidas que he visto, porque es muy exacta".