Paul McCartney desvela su mayor vergüenza con The Beatles: “No lo voy a hacer más, no valgo para esto”

El legendario Beatle, como cualquier otra persona, también pasó penurias y vergüenza en sus comienzos

Tiempo de lectura: 2’

Todos sabemos que a Paul McCartney no le asusta prácticamente ningún instrumento -ni siquiera la trompeta- y que, con la guitarra, ha grabado solos emblemático de canciones como “Drive My Car”, “Taxman”, “Helter Skelter” o “Back in the U.S.S.R.”. Sin embargo, aunque parezca mentira, cuando comenzó a tocar, Paul no tenía ningún tipo de confianza en su habilidad a las seis cuerdas.

"Teníamos un concierto, era la primera vez que tocaba, y yo era el guitarrista principal", cuenta McCartney en el podcast Paul McCartney: A Life in Lyrics (vía Ultimate Classic Rock). “John Lennon era el rítmico, yo tenía un solo y me quedé totalmente paralizado. No podía mover los dedos. Fue vergonzoso. Mi carrera como guitarrista solista se derritió en ese momento y me dije: 'No voy a volver a hacer esto. No valgo para esto. No sirvo".

Lo más irónico de todo es que Lennon invitó a McCartney a la banda porque le gustaba cómo tocaba la guitarra. De hecho, McCartney hasta le enseñó algo crucial; a afinar el instrumento: "Eso sí, cuando conocí a John, no tocaba la guitarra. Tuve que enseñarle los acordes porque le había enseñado su madre Julia, y ella sólo sabía acordes de banjo".

El hombre que le hablaba a las guitarras

Pero las cosas han cambiado y, con el paso de las décadas, ahora McCartney no sólo domina el instrumento, sino hasta que le habla... literalmente. Esto ha llegado a un nivel en el que, afirma Paul, le preocupa que sus guitarras le echen de menos cuando está lejos. Con el piano, sin embargo, la cosa es totalmente distinta: "Siempre decíamos que cuando te sientas con la guitarra a componer una canción, le estás contando tus secretos, que luego se convierten en una canción para el mundo", añade McCartney. "Pero en ese momento, cuando estás solo, la guitarra es tu confidente. La acunas. En cambio, cuando te acercas a un piano, es casi como si lo apartaras. Son acciones completamente diferentes".

RockFM