¿Se siguen poniendo nerviosos los músicos profesionales antes de tocar? Esto dice Richard Williams (Kansas)

El guitarrista de Kansas admite que sigue sufriendo ansiedad antes de salir al escenario

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El guitarrista de Kansas, Richard Williams, ha hablado sobre las principales diferencias que existen entre tocar en directo y hacerlo en el estudio de grabación. En una nueva charla con Radio Artifact (vía Ultimate Guitar) el hacha ha reconocido que, pese a que ambas experiencias implican tocar, se viven de forma tremendamente distintas.

Kansas, con décadas de experiencia sobre las tablas, tienen un directo de lo más especial, haciendo de cada noche una experiencia única. En la entrevista, Williams dice lo siguiente sobre las actuaciones de la banda: "Puede que añadamos algunos giros en algunos de los arreglos y todo eso. Personalmente, siempre he preferido el enfoque de tocar en directo. Trabajar en el estudio a veces es divertido, pero la mayoría de las veces es muy clínico y aburrido. Es una especie de cadena de montaje para grabar todo esto. Mientras que un álbum en directo, es 1, 2, 3, ya".

"Hay mucha más adrenalina. A falta de una palabra mejor, hay miedo. Es como: 'No la cagues, no la cagues, no la cagues'. Eso aporta cierta tensión, pero creo que es fundamental. Eso lo hace un poco más emocionante que un corte de álbum”.

"Tocar en directo siempre ha sido nuestra alegría y nuestro pan de cada día. Creo que ahí es donde damos lo mejor de nosotros mismos, tocando. Veo nuestros vídeos y pienso: 'Lo hacen parecer fácil'. Pero si supieras lo que me pasa entre las orejas, no es nada fácil".

Y es que, pese a todos los años que lleva en la industria, Williams sigue pasándolo mal antes de salir a tocar: "Intento seguir el ritmo, miro a mi alrededor y las luces cambian, trabajo con mis pedales, esto y lo otro. Y el material es difícil de tocar, hay muchos cálculos con los que tienes lidiar cada segundo, te estás preparando para el siguiente. Ya sabes: 'Tengo que estar listo para pasar por aquí en la acústica y silenciar esto'”.

"Así que... son dos horas de pánico. [Risas] Pero cuando me veo, parece fácil. Es una sensación extraña”.

Ese miedo siempre está ahí. En ocasiones, puede llegar a durar hasta varios días: "Hasta el día de hoy, tengo mariposas en el estómago antes de cada concierto, como casi todo el mundo. A veces empiezo a hiperventilar".

Y, por supuesto, a veces las peores pesadillas de Williams se han hecho realidad y se ha visto habiendo metido la pata en el escenario: "Ha habido algunos momentos, como en medio de 'Song for America', que tiene un compás muy raro, en los que hemos descarrilado. Y recuerdo que la primera vez que la tocamos, metimos la pata por completo. Teníamos una vía de escape, en la que alguien interpretaría una parte predefinida y simplemente salíamos de ella y seguíamos adelante...”.



"Pero creo que es un miedo bastante común entre los músicos, equivocarte y quedarte bloqueado. Ese es el miedo que tienes en el estómago cada noche durante mil conciertos, y sin embargo nunca pasa nada. Es difícil de explicar, pero es real".

Eso sí, al final, todo merece la pena: "Así que todos estas cosas están pasando por mi cabeza. Estoy haciendo que suene como si fuera miserable, y en realidad, es muy divertido ... [Risas] A veces hay que luchar un poco. Pero una vez te has hecho, cuando te das cuenta de que todo suena bien, te quedas tranquilo y te relajas, miras a tu alrededor y sonríes a todo el mundo porque todo encaja. Y así es la mayoría de las veces".

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