El verdadero motivo por el que Black Sabbath le dio “un toque de atención” a Van Halen: “Comportaos”
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En 1978, Black Sabbath y Van Halen salieron juntos en una gira que, años después, nos hubiera parecido de ensueño. Sin embargo, los ingleses no estuvieron cómodos en absoluto. ¿Por qué? Parece que los jóvenes y flamantes californianos les admiraban demasiado. Tan fans eran, de hecho, que llegaron a “copiarles” sobre el escenario, lo cuál les costó un serio toque de atención por parte de Tony Iommi. (vía Louder Sound)
Tras publicar su primer disco en 1978, Van Halen se encaminó a su primera gira europea en mayo de aquel año junto a sus compañeros de sello discográfico, los legendarios Black Sabbath, que celebraban el tour “Never Say Die!”.
Las cosas, sin embargo, no iban tan bien como todo el mundo pensaba, puesto que Ozzy Osbourne y compañía se comenzaban a ver afectados por distintos problemas en su foro interno, incluyendo el abuso de las drogas y el alcohol, que no hacían sino echar más leña al fuego. Esto, si le das una vuelta, solo podía provocar una cosa: los jóvenes y frescos Van Halen, pese a ser los teloneros, se los estaban comiendo con patatas sobre el escenario y eso a Black Sabbath no le hacía ninguna gracia.
Ahora, Tony Iommi y Geezer Butler recuerdan aquel momento en la próxima biografía de Eddie Van Halen, 'Eruption'.
“Van Halen lo hizo increíblemente bien”, recuerda Butler. “Lo único que me enfadaba era que, al principio de la gira parecían una banda realmente cruda, pero según fue avanzando la gira, empezaron a copiarnos un poco. Los solos de Eddie eran más largos, David Lee Roth copiaba todo lo que hacía Ozzy y el bajista, Michael Anthony, comenzó a usar un pedal de wah, cuando yo era el único bajista que nunca lo había utilizado en aquel momento. Para cuando salíamos al escenario, la gente se quedaba como: 'Oh, pero ya he visto todo esto'. Era como tener de teloneros a nuestra propia banda tributo”.
“Eran buenos chavales”, recuerda el bajista. “Así que tampoco es que estuviéramos muy enfadados, pero Tony tuvo que tener unas palabras con Eddie para decirle 'compórtate'”.
“No sabía casi nada sobre Van Halen”, recuerda Iommi. “Sin embargo, cuando les escuché por primera vez fue como: '¡Madre mía!'. Tenían mucha energía, tocaban genial y tenían buenas canciones. Nosotros nos quedamos como: '¡Pero mírales, si son realmente buenos!'”.
“Casi todas las noches, veían nuestro show desde el lateral del escenario y, obviamente, cogían cosas de nosotros, veían lo que funcionaba y lo que hacía que la gente reaccionase. Sin embargo, era un poco incómodo salir al escenario y sentir que íbamos a hacer lo que ellos ya habían hecho. Una noche le dije a Eddie: 'Oye, ¿vas a tocar un par de temas de nuestro nuevo disco mañana?'”.
Esto dejó verdaderamente helado a Eddie Van Halen, que no solo era fan de Black Sabbath, sino que había llegado a tocar versiones de los ingleses en sus dos bandas previas a Van Halen: Genesis (no confundir con el conjunto inglés de rock progresivo) y Mammoth. Por suerte, sin embargo, este incidente no fue a más y, de hecho, ambos guitarristas acabaron siendo íntimos amigos.
“Eddie, obviamente, había escuchado a otros guitarristas mientras crecía, pero acabó desarrollando su propio estilo y era un guitarrista fabuloso”, recuerda Tony. “Casi todas las noches, se acercaba a mi cuarto o yo iba al suyo, nos metíamos un poco de coca y hablábamos hasta el amanecer. Se convirtió en un gran amigo y siempre le respeté como guitarrista. Estoy realmente feliz de que les tuviéramos con nosotros, porque me reportó una amistad para toda la vida”.