La historia de “Crazy Little Thing Called Love” de Queen: 10 minutos, Elvis y cuatro acordes

Todo comienza con Freddie Mercury teniendo un arrebato de inspiración 

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Actualizado 12:41

No hace falta mucho tiempo para escribir una obra maestra si estás en el momento y en el lugar adecuado. Y si no, que se lo digan a Freddie Mercury. A finales de los '70, Queen venía de publicar su disco 'Jazz' (1978), que se había quedado muy atrás respecto a su espectacular predecesor, 'News of the World' (1977). La banda sabía que, aunque su último lanzamiento no había sido un desastre, necesitaban espabilar para remontar el vuelo. 

¿Cuál fue su idea? Pues, tras descubrir un estudio llamado Musicland que se situaba en Munich, Alemania, la banda pensó que podrían acudir hasta allí sin nada concreto pensado, casi sin ideas, y hacerlo todo allí desde cero. Así fue. 

Queen se presentó en el estudio alemán y comenzó a preparar nuevos temas. El primero marcó el tono del resto del álbum y es que no solo salió rápido, sino que también era bueno. Y así, en tan solo 10 minutos, Freddie compuso “Crazy Little Thing Called Love”. El músico, que no sabía tocar más que cuatro acordes en la guitarra, eligió darle una oportunidad a las seis cuerdas con el mayor de los éxitos. En solo un momento, Mercury ya tenía un tema y se apresuró en llamar a sus compañeros para que entraran al estudio para grabarla con él. 

Reinhold Mack, el ingeniero que trabajó en aquel disco, el octavo de la banda, que acabaría llamándose 'The Game', lo preparó todo rápidamente y se comenzó a reír cuando Freddie le pidió que se diera prisa en grabarles porque, si no lo hacía, Brian May se encargaría de hacer que “las cosas tardaran un poco más”. 

La canción, de hecho, se convirtió en un tributo de Freddie Mercury a Elvis, al menos en cierto modo, tal y como recuerda el mismísimo May. Lo cierto es que el cantante era fan, no solo de Elvis, sino también de Cliff Richard. El tema era puro rock and roll con espíritu de los '50 insuflado en sus pistas. 

Lo cierto es que cualquiera que conozca a Brian May sabrá que su guitarra favorita es la roja que ha tocado toda su vida, hasta en la actualidad. Sin embargo, Mack convenció al guitarrista para que saliera de su zona de confort y tocara el tema con una Fender Telecaster en lugar de con la Red Special. El instrumento, de hecho, pertenecía a Roger Taylor y estaba bastante machacado. May no tenía ninguna gana de hacerlo, la Telecaster no iba con él. Sin embargo, no tuvo otro remedio más que hacerlo. Menos mal, porque sonó realmente bien. 

Sin embargo, May no fue el único que tuvo que esforzarse durante la canción. Freddie Mercury, como ya te hemos dicho, no se sabía más que unos pocos acordes en la guitarra. Pese a esto, se vio obligado a tocar la guitarra rítmica en todas varias canciones del disco y, también, durante sus interpretaciones en directo. “Me llevó tener mucho coraje y valentía”, decía en 1980. “El primer par de noches estaba de los nervios, pero después fue bien. Escribí 'Crazy Little Thing' en una guitarra y tocaba la rítmica en el disco. Lo cierto es que funciona muy bien, porque Brian puede tocar todos esos punteos además de su solo. Yo estoy limitado al número de acordes que conozco”

A los fans no les podría haber importado menos si Freddie tocaba bien o mal la guitarra, ya que el tema consiguió alzarse con el primer single número uno de Queen en Estados Unidos. La banda aún no había terminado el disco cuando esto sucedió. Poco después, otro single del álbum, “Another One Bites the Dust”, llegó a posicionarse en el número uno. Y es que, en solo 10 minutos, Freddie Mercury supo que aquel disco cambiaría aún más su ya exitosa carrera.