La historia que 'The Dirt' no te cuenta: el curioso caso del falso Nikki Sixx
¿Quién era el verdadero impostor en Mötley Crüe?
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Actualizado 13:59
El mundo del rock siempre ha estado sujeto a las más locas conspiraciones. Hay quien dice que Elvis no estaba muerto, otros afirman que Bob Dylan, cuando sufrió su accidente de moto en 1966, murió y fue cambiado por otro. También se dijo, durante mucho tiempo, que Paul McCartney había muerto y que el que ahora podemos ver es un impostor. Lo cierto es que estas historias, por más que sean mentira, no dejan de ser seductoras e interesantes de leer, aunque solo sea para entreternerse.
Uno de los casos más curiosos fue el de Matthew John Trippe, un individuo que afirmó que había sido el sustituto de Nikki Sixx durante la etapa más creativa de la banda. Sin embargo, la cosa no quedó allí, ya que esta persona llegó a demandar al conjunto para pedirles una compensación por derechos de autor. ¿Cómo llegó tan lejos aquella afirmación?
Su historia comenzó el 12 de marzo de 1988, cuando la revista Kerrang hizo pública su historia. Aunque la manera de contarla ha ido variando a lo largo de los años, la historia siempre comienza de la misma manera. El budista y octultista, Trippe, deja su humilde hogar en el publo de Erie para buscar fortuna en Los Ángeles.
Dejando su pasado atrás, incluyendo su estancia en un hospital psiquiátrico, el joven Trippe comienza a frecuentar el Rainbow, el Whisky a Go Go y el Trobadour llevando una peluca negra e intentado hacerse un nombre en la escena musical. Entonces, llegó el momento de encontrarse con Mötley Crüe.
Mick Mars había estado mirándole durante días. El guitarrista se le acercó y le invitó a tomar algo, solo para preguntarle si tocaba el bajo, a lo cual Trippe contestó afirmativamente. Mars le dijo, entonces, que tocaba en Mötley Crüe y que acababan de firmar por una gran discográfica. Según cuenta Trippe, ambos se reunieron con los mánagers Doc McGee y Doug Thaler, que le hicieron un casting.
“Vamos a darte una oportunidad”, recordó Trippe que le dijeron en una entrevista de tres horas en 2012. Por lo visto, cuando se dispuso a firmar el contrato para entrar en la banda, le dijeron que, a partir de aquel momento, pasaría a hacerse pasar por Nixxi Sixx.
Según sigue contando esta persona, él fue el responsable de escribir temas como “Knock 'Em Dead, Kid” y “Looks That Kill”; algunas de las canciones del 'Shout at the Devil', que vio la luz en 1983. Aunque, siempre según cuenta Trippe, Feranna estuvo involucrado en la composición del álbum durante un breve periodo de tiempo, pero su adicción a la heroína le hizo alejarse de la banda.
Y así, Trippe volvió a su casa, donde comenzó a delinquir, robando tiendas y demás. En aquel punto, McGee le habría dicho que siguiera escribiendo canciones, que acabarían, presuntamente, apareciendo en el disco de 1984 y, además, en el 'Girls, Girls, Girls' de 1987.
Muchas historias fantásticas se contaron en torno a esta situación, pero el único hecho fue que, el 28 de enero de 1988, una demanda fue presentada por Trippe contra McGee Entertainment por los derechos de temas como “Girls, Girls, Girls”, “Knock 'Em Dead, Kid” o “You're All I Need”, entre otros. Esto alteró aún más a una banda que estaba sufriendo toda clase de problemas con las drogas y, en general, con ellos mismos. Obviamente, la demanda no prosperó. Mötley Crüe nunca hizo declaraciones sobre el caso.
¿Has escuchado 'Dr. Feelgod' de principio a fin? Allí no encontrarás una de las canciones que la banda grabó a modo de demo y que, sin embargo, no llegó a pasar el corte para entrar. Se llamaba “Say Yeah” y, aparentemente, hacía referencia a Trippe. “You may have been raised by the skin of your teeth, but you got no originality” y “If you don’t sue us, what’s your use? Everyone else has”, son solo algunas de las frases que reza el tema del que, por cierto, no se puede encontrar la letra en ninguna parte.
Hay quien todavía se cree que la historia de Trippe es real. Sin embargo, él ya no está con nostros para contarla, ya que murió en 2014 por culpa de sus problemas con el alcohol. Lo cierto es que la historia, lo mires por donde lo mires, no tiene ni pies ni cabeza. Puede que él se creyera su propia mentira y que otros quisieran aprovecharse de su situación.