"Another Brick in the Wall", el himno de revolución que se prohibió en Sudáfrica

En 1980, "Another Brick in the Wall" se convirtió en un himno de resistencia contra el apartheid 

 

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En un mundo a todas luces injusto, en momentos críticos de la Historia, cuando los reprimidos se hartan de ser tratados como ciudadanos de segunda, a veces una canción puede llegar a mover el mundo o a la sociedad. Esto es precisamente lo que el gobierno de Sudáfrica temió que sucediera cuando el clásico "Another Brick in the Wall" de Pink Floyd llegó al país y triunfó en plena era del apartheid, llegando a estar siete semanas en lo más alto de las listas del lugar. 

¿Qué era el apartheid? Una serie de leyes impusladas por los herederos de los colonos eruopeos que separaba a la población negra e india de varios países de África y que duró hasta 1992. Durante esta terrible etapa, la gente de color no podía acceder a los mismos servicios ni lugares que la gente blanca, no podían votar, cobraban menos por los mismos trabajos e incluso no podían utilizar los mismos baños públicos, entre muchísimas otras injusticias. En la educación pasaba exactamente lo mismo, los niños de color no podían ir a las mismas escuelas que los blancos y huelga decir que las suyas eran mucho peores. En este contexto, una frase llega a Sudáfrica con la misma contundencia que un martillo se estrella contra un cristal: "We don't need no education"

Un oscuro 2 de mayo de 1980, el gobierno sudafricano decidió que la canción fuera prohibida en el país. La prensa internacional se hizo eco, indignada, de la escandalosa medida. La población del país estaba cada vez más harta de todas las injusticias del apartheid, la ruputra de aquel "muro" se acercaba. "Ese gobierno del apartheid ha impuesto un bloqueo cultural, por decirlo de alguna manera, en ciertas canciones, incluyendo las mías", explicaba Roger Waters en una entrevista con the Guardian. 

Y es que el tema causó revueltas según triunfaba. Las escuelas de Hannover Park, en Cape Town, comenzaron a ver su actividad saboteada en febrero de 1980, justo cuando la canción comenzaba a entrar en la lista de las más escuchadas. La indignación no acabó allí, porque las protestas por toda la nación, con el tema de Pink Floud como banda sonora, eran cada vez ma's frecuentes. Antes de que su gobierno pudiera reaccionar, Sudáfrica ya estaba en pie de guerra contra la discriminación racial gracias a la canción. Sin embargo, la capacidad de censura en aquel país era muy potente, ya que tenía la capacidad de prohibirlo todo, desde música hasta camisetas, pasando por libros, películas y, en realidad, cualquier expresión artística que fuera en contra de su concepto de la moral o del régimen establecido. "Another Brick in the Wall" no duraría mucho más como tema de libre circulación y, rápidamente, pasaría a estar totalmente prohibido. 

"La gente estaba realmente furiosa", dijo Waters más tarde. "Pensaban que cuando decía lo de 'we don't need no education', estaba declarando algún tipo de punto revolucionario, lo cual, si la escuchas en su contexto, no era en absoluto el caso. Por otro lado, recibí algunas reacciones extrañas de gente que no te esperarías. (…) Si a laguien no le gusta, o sea como sea que se sienta sobre la canción, la debería utilizar como punto de partida para crear un debate", explicó. 

Aquellos 20 niños de una escuela de Londres, a los que se les regaló entradas para Pink Floyd y una copia de 'The Wall' como recompensa por su trabajo, se convirtieron, sin darse cuenta, en las inocentes voces del gérmen de una revolución. Eso sí, curiosamente, en 2004, varios de ellos demandaron a la banda porque consideraban que merecían una compensación económica por su trabajo en el legendario tema, aunque eso es una historia para otro día. 

El apartheid acabaría desapareciendo entre 1991 y 1994 y ha quedado para la historia como una de las etapas más oscuras e injustas de la historia de África. No fue hasta esta última fecha cuando volvió a poder escucharse, sin miedo, "Another Brick in the Walll". 

RockFM