Black Sabbath: la transición de Ozzy Osbourne a Dio, del "infierno" al "cielo"

En 1979, Ozzy Osbourne era despedido de Black Sabbath y, un año después, Ronnie James Dio entraba en la banda

 

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Fue en abril de 1980 cuando Black Sabbath comenzó la segunda gran fase de su historia, la liderada por Ronnie James Dio. Con un concierto en Alemania, la banda comenzó a girar con su nuevo cantante tras despedir a un Ozzy Osbourne demasiado dañado por las drogas como para seguir cantando en una banda de ese calibre. Nadie se esperaba el tremendo milagro que iba a suponer la aparición del vocalista y, sobre todo, su manera de escribir.

"Llevábamos años trabajando con Ozzy y estaba claro que necesitaba marcharse y volver a poner en orden su vida. Ya nos había dejado por un par de años de todas formas. La banda se estaba muriendo", explicaba, en su momento, Geezer Butler.

Aunque nadie se esperaba todo lo bueno que estaba a punto de suceder, había un elemento en común en todas las bandas por las que había pasado Dio, su manera de cantar y de escribir habían dejado huella. No en vano, para bien o para mal, sus letras suponían un viaje mágico por universos desconocidos, por un mundo de fantasía tan íntimo y, al mismo tiempo, tan colectivo, al que solo se podía acceder a través de sus letras. No en vano, ya en Rainbow, el vocalista había dejado grandes temas como el emblemático "Man on the Silver Mountain", una canción que, sin duda, llevaba la seña de identidad de Ronnie por todas partes.

"Cuando, finalmente, tomamos la decisión con Ozzy, Tony nos dijo que había hablado con un gran cantante. Ronnie llegó y tocamos 'Children Of The Sea', esta canción algo bluesera que estábamos componiendo. Nos quedamos impresionados. Llevábamos seis meses sin conseguir hacer nada y llega Ronnie y lo clava a la primera", recuerda Butler.

"'Children Of The Sea' fue el primer tema con el que fui presentado. Yo no hago audiciones, tengo la suficiente confianza en mi mismo. Fue una especie de prueba, sí, pero para todos nosotros, yo les hice la audición y ellos me la hicieron a mí. Sabía que podríamos trabajar muy bien juntos. Soy un animal diferente a Ozzy, por supuesto, en lo que se refiere a términos musicales, así que mi entrada nos llevó en una nueva dirección. Estabamos creando un album juntos y era importante que fuera así. No quería ser el reemplazo de Ozzy haciendo lo que el haría. Por suerte, él no había estado haciendo nada, así que eso no fue un problema", declaraba Ronnie James Dio, quien nunca tuvo una buena relacción con el Madman.

La canción fue la primera aportación de uno de los discos más brutales de la historia del rock, 'Heaven & Hell', una obra maestra que combinó la tremenda potencia de Sabbath con la anteriormente mencionada capacidad de escritura de Dio, así como también, por supuesto, su increíble talento, presencia y voz. Sin embargo, lo primero era lo primero, la banda tenía varios conciertos que encarar.

Unos nuevos Black Sabbath, con muchas más ganas y energía que antes, comenzaron a dar shows en los que se mezclaban clásicos del conjunto como "Paranoid", "War Pigs" o "N.I.B." con lo que serían futuros himnos de la banda: "Heaven and Hell", "Children of the Sea" o la maravillosamente eneregética "Neon Knights". Junto a ellos también viajaban los franceses Shakin' Street y bandas como Girlschool o Angel Witch. Durante aquellos conciertos, un 25 de abril, salía al mercado su nuevo álbum, uno que revolucionaría el género para siempre.

Uno de los mejores detalles que dejó aquel tour fue el histórico precio de las entradas. ¿Te imaginas pagar solo 4,50 libras (poco más de 5 euros) por ver a los mejores Black Sabbath? Así fue. La banda fue del Reino Unido a Europa y recorrieron todo el continente hasta finales de junio de aquel año. Después, siguieron presentando el disco con un tour que les acabaría llevando hasta Japón y Australia. Era un momento de lo más dulce.

"El disco fue un éxito basado en lo que hicimos más que en el apoyo de la compañía discográfica. La gente hablaba de él, fue un fenómeno del boca a boca. Después, por supuesto, cuando el álbum comenzó a vender, ¡la compañía discográfica nos descubrió! El trabajo duro lo hicimos nosotros", recordaba Dio.

Black Sabbath disfrutó de un breve periodo de calma hasta 1983, cuando, a mitad de un tour, Bill Ward les abandonó sin previo aviso.

"A mitad del tour, Bill salió de la banda. Estábamos en Denver comiendo. Había un show en un estadio al día siguiente, era un tour enrome en aquel momento. Recibimos una llamada y no sé por qué pidió hablar conmigo pero era Bill. 'Me voy. Me marcho a casa. No puedo soportarlo más. No quiero seguir de gira', me dijo. 'Pero no puedes, Bill, ¡tenemos un concierto mañana!', le contesté. Él simplemente respondió: 'Me voy a casa, estoy en camino ahora mismo' y se marchó".

Ese fue el comienzo de los muchos problemas que le acontencerían a los nuevos Sabbath. Esa, sin embargo, es una historia para otro día.

RockFM