Dragon Telecaster: la guitarra "moribunda" con la que se grabó el solo de "Stairway to Heaven"

Jimmy Page no grabó el solo de "Stairway to Heaven" con una SG de doble mástil, sino con una Telecaster

 

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Aunque mucha gente no lo sabe e indentifica el solo de "Stairway to Heaven" con una SG de doble mástil, lo cierto es que no fue así. Jimmy Page, a la hora de realizar aquella grabación, decidió utilizar otra guitarra, un instrumento diferente pero con el que tenía una maravillosa historia. Esa no era otra que su "Dragon Telecaster".

Lo cierto es que aquel instrumento, una Telecaster de 1959 con algunas modificaciones y con pintada con patrones de color verde, naranja, azul y rojo que formaban una especie de dragón japonés psicodélico. Aquella bestia imponente adornaba, casi como si de una espada se tratase, aquel instrumento con el que se acabaría grabando el mejor solo de guitarra de la historia. Sin embargo, aquella guitarra no estaba fabircada ni comprada por Page, sino que había sido un regalo de otro músico histórico.

Su primer dueño, fue John Owen, compañero de Jeff Beck en su juventud y parte de Deltones, que la comrpó por 107 libras en el año 1961. En un principio, la guitarra era dorada, estaba construída con un mástil de arce, un diapasón de palisandro y un punte de carga superior, una construcción propia de las Telecasters que se fabricaron entre 1959 y 1960. Aunque era un buen instrumento, no permanecería mucho en las manos de su dueño original. 

Beck era el guitarrista principal de los Deltones y tocaba una Burns "Tri-Sonic" que le costaba bastante controlar durante los solos de guitarra, asi que, un buen día, decidió que lo mejor era que ambos se cambiaran los instrumentos. Aquel cambio no duraría mucho tiempo, porque Owen se dio cuenta de que era mucho más fácil tocar con la Telecaster. 

Beck, sin embargo, se acabó quedando con la guitarra con el tiempo, una vez los Deltones se disolvieron. Cuando el musico entró a los Yardbirds entre el '65 y el '66, aquel instrumento se convertiría en su segunda opición durante los conciertos. Hubo, sin embargo, un problema tanto el golpeador de la guitarra como el interruptor que permitía cambiar entre pastillas se rompieron y el músico tuvo que reponerlos con sus propios materiales. 

Ahora sí, en 1966 Beck le dio la guitarra a Jimmy Page como un regalo por ayudarle en los comienzos de su carrera. Y es que el que sería el guitarrista de Led Zeppelin recomendó a Beck como músico de estudio a varios productores de Londres y, además, le ayudó entrar a los Yardbirds cuando Eric Clapton dejó la banda. Aunque el mismo Clapton había recomendado que entrase Page, el guitarrista le echó un cable a su amigo. Cabe destacar que, en aquel momento, Jimmy se encontraba triunfando como músico de sesión y no tenía tiempo para más proyectos. 

Al quedarse con la guitarra, Page decidió quitarle todos los decorados hasta febrero de 1967, cuando le añadió ocho espejos circulares al cuerpo del instrumento, al igual que Syd Barrett lo había hecho con su guitarra en Pink Floyd. Aquel decorado no duro mucho y, al poco tiempo, el guitarrista le quitó la pintura al instrumento y volvió a pintarlo por completo, además de cambiar el golpeador. La guitarra era única, como ninguna otra que se hubiera visto. 

En 1968, cuando se formó Led Zeppelin, aquel instrumento, ya con el dragón, se convirtió en uno de los imprescindibles del arsenal de Page, que lo tocaba en directo y en el estudio de grabación. Fue entonces cuando, a la hora de grabar el mejor solo de guitarra de la historia, el de "Stairway to Heaven", aquella bestia de seis cuerdas culminó su existencia cuando, de hecho, estaba cerca de desaparecer. 

Page comenzó a tener problemas con ella, el instrumento se estaba comenzando a estropear. Aunque en 1969 el guitarrista ya se había comprado una Les Paul, a la hora de grabar "Stairway to Heaven", la Telecaster casi le llamó para un último viaje. Poco después, el instrumento quedó estropeado para siempre, sobre todo cuando, para rematar la faena, un amigo del guitarrista decidió pintarlo sin pedirle permiso, llegando a destrozar hasta una de las pastillas.

Hasta ahí llegó la leyenda de una guitarra histórica de la que, a día de hoy, existen muchas répicas, aunque, por degracia, ninguna tiene tanta historia como la original. 

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