Elvis y el cine; la corona que se le escapó al Rey

El Rey del Rock apartó momentáneamente su carrera musical para probar suerte con su otra gran pasión: el cine

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El próximo domingo celebramos la previa a la gala de los Oscars destacando la labor del rock en el cine con “Luces, Cámara y Rock&Roll”, pero antes hemos querido viajar al origen de esta grandiosa simbiosis.

A finales de los cincuenta y tras el servicio militar, Elvis desapareció del mundo de la música para hacer cine, todo el mundo lo sabe. Durante diez años El Rey vivió entre montañas de guiones, grúas, equipos de producción, caterings, y furgonetas de maquillaje. El “avispado” Coronel Parker se aprovechó como nadie de otro de los grandes sueños de su protegido: la gran pantalla. Según nuestra compañera Marta Vázquez, “él era más rentable en el cine y así el Coronel recibía más dinero, aprovechó su sueño de ser actor para convencerlo y apartarlo de la música durante casi diez años...”. De esta manera el tramposo-feriante-venido-a-manager supo explotar como nadie todas las facetas imaginables durante su periplo en el mundo del celuloide,Elvis se transformó en boxeador, macarra de barrio, preso enrollado, hawaiano alegre, mexicano cantando ”Guadalajara - Guadalajara”, vaquero justiciero, forajido o corredor de coches, entre muchos otros roles...

Algunas de las concesiones que El Rey hizo para agradar a la industria del cine no la habría permitido en otro momento, una de ellas fue cambiar el color de su pelo “consideraron que teñido de negro quedaba mejor en cámara, pero ya nunca más regresó a su look anterior”, apunta nuestra compañera Marta Vázquez, experta en Elvis.

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No nos engañemos, a pesar de su gran y premiada interpretación en 'King Creole' (aquí se llamó ' El barrio contra mí') o en prácticamente convertirse en el pionero de los videoclips con la icónica 'Jailhouse Rock', la carrera cinematográfica de Elvis no pasará a la historia del cine, eso sí, necesitaríamos todo un día para hacer el repasarla en profundidad, ya que en su haber cuenta con más de una treintena de títulos. Entre los más destacados y curiosos encontraríamos 'Piso de Lona' (1962), un remake de 'Kid Kalahad' (1937) donde El Rey interpreta a un duro boxeador y en la que hay un cameo del mismísimo Charles Bronson, también una de las más recordadas y en la que se juntaban amor y coches, llamada 'Cita en Las Vegas' (1964), sobretodo por el descubrimiento que supuso buen feeling que cosiguió con la actriz Ann-Margret, años más tarde intentarían la misma fórmula con 'Speedway' (1968), pero con peores resultados a pesar de compartir pantalla con la mismísma Nancy Sinatra y donde la historia de amor transcurre sin mucha pena ni gloria entre locuras automovilísticas. Por otra parte y a modo de curiosidad encontramos 'Charro' (1969), una de las pocas películas en las que “El Rey” no canta y en la que le arrebató el papel principal al por entonces rey de los westerns, Clint Eastwood.

Después de una frenética y extenuante carrera produciendo películas sin parar, sucedió lo que tenía que suceder, tanto su vida personal como la calidad de sus películas se fue resintiendo "Sólo hay que comparar las primeras con las últimas", apunta Marta. La sobreexposición en la gran pantalla le llevó a tomar una de las mayores (y mejores) decisiones de su carrera: regresar a la música. "Quiso dejarlo porque siempre eran papeles similares, estaba harto, no tenía ni ilusión ni entusiasmo, él haciendo prácticamente de si mismo, chico se enamora de chica, él es como el héroe y canta canciones que no tienen demasiado interés", argumentaba Marta.

Podríamos concluir que lo mejor de la carrera cinematográfica de Elvis es que le sirvió para regresar a la música. Eso sí, tenía que hacerlo por todo lo alto ya que nadie podía durar de que era 'El Rey', de esta manera y para reconquistar su trono concibió el megalómano espectáculo: 'Comeback Especial' (1968).

RockFM