Slash, los mejores músicos y una batería de temazos: el disco que resucitó su carrera

En 2009, Slash estaba en un punto muerto de su carrera artística, un año después renació de sus cenizas

 

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En 2009, Slash se encontraba en bastantes apuros. Su salida de Guns N' Roses en 1996 ya se antojaba lejana, pero ninguno de sus proyectos musicales había conseguido la suficiente potencia como para poder decir que el guitarrista había remontado. No en vano, Velvet Revolver y Slash Snakepit habían desaparecido y la idea de hacer una nueva banda resultaba descorazonadora para el guitarrista, harto de ver como todo lo que creaba, pese a tener potencial, acababa convertido en ceniza. 

Slash - Slash (2010)

 

¿Qué podía hacer entonces? ¿Dónde estaba la clave del éxito? La idea le llegó rápidamente, se tenía que rodear de los mejores, pero no para montar un grupo, sino para que le ayudasen a dar forma, desde una distancia prudencial, al que sería uno de los mejores discos de toda su carrera. En aquellos días, Iggy Pop, Lemmy, Ozzy Osbourne y Alice Cooper recibieron llamadas de teléfono. Aquellos tres músicos iban a ser los pilares del nuevo proyecto y, sin embargo, aún quedaba alguien a quien llamar. 

Lo cierto es que, aunque resulte irónico, Slash no tenía confianza con demasiados músicos en aquel moemnto, pero, con inteligencia y aquellos cuatro grandes nombres detrás, el guitarrista estaba seguro de que conseguiría seguir sumando gente al proyecto. La idea era sencilla, él grababa una maqueta y se la mandaba, sin letra, al cantante que tuviera en mente para ayudarle a terminarla. El resultado fue inmejorable. 

Una de las claves del éxito de este álbum fue, sin duda, el hecho de que Slash no estaba en una banda. Sin fronteras musicales, sin un sonido al que ajustarse, sin expectativas y sin presión, todo lo que saliera, pese a ser dispar, sería brillante. El disco, como no podía ser de otra manera, sonaba a rock, pero de una manera tan amplia que, el acto de escucharlo se convierte en un verdadero viaje a través de las influencias y la mente del artista. 

Sin embargo, a un buen álbum le hacía falta un buen productor y ahí es donde entró Eric Valentine, un profesional versatil y, desde que nació la idea, la opción número uno para Slash.  "Me dieron una caja de Cds con cada buen disco que había salido en los 10 últimos años, todo eran diferentes artistas y productores", recuerda. "La única persona que parecía tener la versatilidad para cubrir tanto material diferente era Eric. Así que le hice venir a mi pequeño garaje en el que estaba trabajando y le di las demos. Le gustó, escuchó las canciones sin saber quién las iba a cantar y, aún así, entendió la música. A partir de entoinces comenzamos una gran relación profesional". 

Ahora solo faltaba encontrar al resto del equipo. Chris Cornell, Ian Asbury o Kid Rock fueron algunos de los músicos que Slash consiguió reclutar para que cantaran en aquel brutal álbum. Además, el músico contrató una banda que consistía en Chris Chaney al bajo, Josh Freese a la baterúa y Lenny Castro con más percusiones. Eso no fue todo, porque también aparecieron, a lo largo de las grabaciones, Duff McKagan, Izzy Stradlin y Steven Adler, los tres ex-miembros de Guns N' Roses y, como no podía ser de otra manera, el omnipresente Dave Grohl. Aquí llegó un problema, Slash tendría que presentar el disco en directo y no sabía qué músicos estarían disponibles para acompañarle. En un acto de fé, el músico reservó los locales para sus fechas en directo sin tener una banda de acompañamiento confirmada. 

Los tres singles del disco fueron "By the Sword", con Stockdale (Wolfmother) a la voz, "Back From Cali" con Myles Kennedy (Alter Bridge) y "Beautiful Dangerous", con Fergie (Black Eyed Peas) a la voz. Este era, posiblemente, el disco más ambicioso de toda la década. En el caso del primero, Slash ni siquiera conocía al cantante, pero disfrutó con su voz en "Woman", uno de los mayores singles de Wolfmother. El disco fue un éxito. 

Al final, el elegido para cantar en directo fue Myles Kennedy, cantante de Alter Bridge. No hay duda de que el vocalista siempre ha sido un virtuoso, pero hay que tener en cuenta, para ponerle aún más galones, que venía de ensayar con los miembros de Led Zeppelin para intentar sustituir a Robert Plant en la segunda -y fallida- venida del legendario conjunto. No cabe duda de que era la mejor elección que cualquier gran músico podría haber hecho. 

En aquel momento, sin reunión de Guns N' Roses a la vista, Slash llegó a triunfar con un disco tan grande como su figura y volviendo a la parte alta de los carteles de los festivales. Huelga decir que aquel proyecto, que acabaría mutando en Slash ft. Myles Kennedy & The Conspirators, llegó a lo más alto y se extendió a lo largo de los años. No hay que olvidar, sin embargo, que todo comenzó con unos cuantos músicos que decidieron ayudar a un amigo. 

RockFM