Slash, las drogas y una única salida: cómo la música le salvó la vida

Para cuando Slash (Guns N' Roses) dejó las drogas, el cambio en su vida era más necesario que nunca

 

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A excepción de bandas como Kiss, muchos de los grandes grupos de la historia del rock tontearon -y muchos se llegaron a pasar- con las drogas en su juventud. La historia casi siempre era la misma, un grupo de jóvenes poco informados se daban de bruces con una cantidad de dinero y fama ingentes que no eran capaces de manejar y, de ahí, pasaban a los excesos y al consumo de sustancias que, desgraciadamente, se llevaron la vida de una buena parte de los músicos más prometedores de la época. Uno de los que se pasó -y mucho- a lo largo de su vida, fue Slash, guitarrista de Guns N' Roses. Aunque, en un principio, sus anécdotas y sus fiestas eran algo divertido de recordar, cuando llegó a su madurez, alcanzó un punto de ruptura en el que tuvo que elegir entre decir basta o perder su vida. 

En 2005, Slash se encontraba en una situación muy difícil. Lo cierto es que, tras salir de Guns N' Roses en 1996, el guitarrista se había vuelto a meter en una espiral descendente hacia su perdición, sobre todo cuando formó Velvet Revolver, una banda que dejó grandes cosas musicalmente, pero que le devolvió a un estilo de vida en el que todo giraba en torno a las drogas. Desgraciadamente, en 2015, el cantante del conjunto, Scott Weiland, perdería la vida por culpa del abuso de sustancias estupefacientes, pese a que, para entonces, Slash ya había conseguido volver a enderezar su vida. 

"La naturaleza de la banda invitaba a ello -y es mi culpa- pero fuera de contexto era algo fácil de hacer", explicaba, años después, Slash en una entrevista. "Volví a engancharme por completo y, en ese punto, me di cuenta de que estar colgado de las drogas no me recordaba en absoluto, a cuando comencé a tomar drogas. Era completamente miserable". 

La situación se le había ido por completo de las manos. En aquel momento, Slash se dio cuenta de que seguir así le haría perderlo todo, ¿realmente merecía la pena? "Después de aquello, incluso bebiendo, nada me hacía sentir bien y decidí que era el momento de parar. Tenía dos hijos y estaba viviendo en un hotel porque no podía estar cerca de ellos... Tenía que ir a algún tipo de clínica y alejarme de todo el mundo durante un mes". Así fue. 

Durante aquel retiro, en el que comenzó su proceso de rehabilitación, se dio cuenta de que la solución a sus problemas siempre había estado allí. Irónicamente, lo que le hizo comenzar a auto-destruirse, era, también la clave para salvarse: coger una guitarra. Toda aquella energía que estaba invirtiendo en autodestruirse podía redirigirse hasta la música. "Tuve mucha suerte. Cuando estaba creciendo rodeado de músicos que mis padres conocían, había gente que no podían imaginarse estando sobrios porque pensaban q ue las sustancias eran el núcleo de su existencia creativa", narraba. 

"Para mí, las drogas no tenían nada que ver con el proceso creativo. Era una actividad extracurricular con la que mataba el tiempo entre las cosas que hacía. Así que me siento realmente afortunado de no haber caído en una crisis creativa por no estar drogado", reconoció. 
Es una suerte, desde luego, que Slash consiguiera salir de aquel infierno a tiempo. Una vez pasado aquel horrible bache, todo lo que estaba por venir era grandioso y épico. 

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