RockFM

Rosendo

Nombre real: Rosendo

Edad: 70 años

Lugar de nacimiento: Madrid, España

Premios:
  • Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
  • Medalla de Oro de Madrid.

Web: http://www.rosendo.es/

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Biografía

Con más frecuencia de la debida, en España solemos tener esa fea costumbre de compararnos con lo que llega del extranjero. En el caso de la música, los americanos suelen ganar por goleada como es lógico ya que, al fin y al cabo, ellos fueron los que se sacaron de la manga ese maravilloso invento llamado rock and roll. La cantidad de figuras icónicas de las que presumen en el apartado de cantautores, por mencionar tan solo uno, es envidiable. Bob Dylan representa al trovador del rock por antonomasia, el contador de historias, Johnny Cash le cantaba a los marginados y desfavorecidos desde el otro lado de las rejas y en Bruce Springsteen tienen al perfecto héroe de la clase trabajadora.

Sin embargo, nuestro rock nacional cuenta con un personaje que bien podría condensar esas tres personalidades en una sola, aunque quizás con algo menos de glamour que las superestrellas yankis. Por supuesto, me refiero a Don Rosendo Mercado Ruiz. O Rosendo a secas, para los colegas.

Para contar su historia, hay que coger el metro, adentrarnos en el túnel del tiempo y bajarnos en la estación de Carabanchel. Allí, un 23 de Febrero de 1954, nacerá un hijo de emigrantes de Ciudad Real, cuya máxima aspiración en su juventud no será asemejarse ni a Dylan, ni a Cash, ni a Springsteen. No. El máximo ídolo de aquel chaval espigado será un guitarrista irlandés. Un tal Rory Gallagher. Entre sus estudios en la Escuela de Ingeniería y su pasión por el rock, lo tiene claro; la guitarra le tira más. Animado también al descubrir la música anglosajona de otros gigantes de finales de los 60 y principios de los 70 como Cream, Deep Purple, Led Zeppelin, Black Sabbath o Jimi Hendrix, no tardará en involucrarse en su primera aventura musical: la orquesta Fresa.

Entre los bolos y versiones de temas populares de la época, coincide con José Carlos Molina y de ahí surgirá la semilla de la que brotará otra de las formaciones míticas del rock patrio. El embrión de Ñu, en el que también participarán Chiqui Mariscal al bajo y Ramiro Penas a la batería, apenas durará un par de años (1974-1978), debido a las constantes disputas a nivel creativo y también personal entre los dos principales compositores. Harto de la situación, Rosendo acabará haciendo las maletas junto a Chiqui y Ramiro, no sí antes llevarse un regalo de cosecha propia de Molina que dará nombre a lo que será su siguiente proyecto.

Ni corto ni perezoso y demostrando su sentido del humor, el trío optará por bautizarse como Leño, en honor al "piropo" con el que calificaba el líder de Ñú a las canciones del de Carabanchel. No habrá que esperar mucho para ver quién de los dos lleva razón. En 1978, a los pocos meses de haber echado a andar, incluirán un par de cortes en el recopilatorio Viva ‘El Rollo’, editado por el sello de Vicente 'Mariskal' Romero: el mítico Chapa. El éxito de “Este Madrid”, una carta de amor-odio a la capital, marcará el camino de lo que al año siguiente será su debut.

El primer trabajo homónimo de Leño sorprenderá por su dominio del hard rock setentero de alto octanaje. Canciones como “Castigo” y sus 10 minutos de apertura, “El Tren” o “La Nana”, están repletas de largos pasajes instrumentales en la mejor tradición de los grandes álbumes de guitarras de la década. Incluso con un punto psicodélico en ocasiones. Si Rosendo siempre se ha considerado a sí mismo un guitarrista sencillo de tres acordes, aquí está completamente desatado, sacando fuego de su Fender Stratocaster y respaldado por la sección rítmica de Penas y Mariscal.

Curiosamente este último protagonizará la cubierta del álbum, ya que durante la grabación decidió dejar la banda. En la portada podemos ver como Chiqui abandona la escena a nuestra mano derecha, mientras que por la izquierda aparece Tony Urbano, el hombre que ocupará su puesto a las cuatro cuerdas. Un detalle peculiar dentro una obra esencial para otros grupos que han venido más tarde como Barricada, Extremoduro o Marea. Desde entonces podríamos decir que el llamado rock urbano se escribe con R mayúscula, R de Rosendo, por supuesto.

Su segundo esfuerzo supondrá un cambio de estilo que no terminará de convencer en gran medida ni a los fans, ni a la crítica, ni a los propios Leño. Y es que la mano del productor Teddy Bautista, quien también fue responsable de los controles en su debut, se deja notar en un sonido más limpio y cercano a los nuevos ecos que comienzan a aparecer en la década de los 80. ‘Más Madera’ es una versión más contenida y pop del grupo, a pesar de contener algún que otro clásico imprescindible como “Cucarachas”. Mucha mejor aceptación tendrá su testimonio sobre el escenario que quedará reflejado con ‘En Directo’, que además tendrá una gran acogida a nivel de ventas. Entre el repertorio de temas de sus dos primeros álbumes, se incluye uno inédito que automáticamente se convertirá en uno de los grandes himnos del pop-rock español: “Maneras De Vivir”. Una canción que acompañará eternamente a Rosendo allá por donde pase.

Con ‘Corre, Corre’ no solo consiguen recuperar el sonido de su mítico primer disco, sino también la buena forma en el estudio registrando otro puñado de clásicos: “Sorprendente”, “Entre Las Cejas” y “La Fina”. Aunque Rosendo, Ramiro y Tony ya empiezan a rumiar su separación, la oferta de participar en la gira de Miguel Ríos, “Rock De Una Noche De Verano”, les hará continuar unidos durante una temporada más antes de decir adiós. Sus conciertos como teloneros de Ríos son un éxito a nivel nacional, convirtiendo el tour en todo un hito. Sin embargo no evitará que cambien de parecer y en octubre de 1983 ofrecerán un concierto gratuito de despedida en el madrileño Parque del Oeste, justo en su momento de mayor popularidad. Nacía así una leyenda y comenzaba una de las carreras en solitario más longevas y respetadas de nuestro rock.

Pero no será sencillo arrancar. Los problemas legales con el sello Zafiro, que insistirá en sacar las canciones de Rosendo bajo la marca de Leño, acabarán retrasando más de lo debido el primer álbum bajo su firma, que vemos en la portada con su reconocible autorretrato. Poco importará, porque en 1985 volverá a hacer historia con ‘Loco Por Incordiar’. Con un estilo mucho más directo que el de su banda madre, el debut por cuenta propia del de Carabanchel será desde el mismo momento de su publicación la referencia con la que se medirán sus posteriores lanzamientos. Y es que no todos los días uno es capaz de acertar en un primer intento con semejante tino: “Agradecido”, “Pan De Higo”, “... Y Dale!” o la propia “Loco Por Incordiar” se convertirán en himnos imperecederos de su repertorio.

Pero si el comienzo de su aventura en solitario no puede empezar mejor, sus siguientes trabajos no correrán tan buena suerte. Bajo el paraguas de RCA, ni su revalida ‘Fuera De Lugar’, ni su continuación, ‘...A Las Lombrices’, terminarán de funcionar al mismo nivel que su aclamado primer disco. Es una etapa llena de altibajos que desembocará en su salida del sello para irse a Twins, donde las cosas marcharán bastante mejor, no sin antes forjar un alianza para la eternidad con el bajista Rafael J. Vargas, quien se convertirá en su mano derecha sobre las escenarios durante las próximas tres décadas.

En 1989 con ‘Jaguar Al Gua’ vuelve por su fueros dejando otro clásico de su cancionero, la mítica “Flojos De Pantalón”, y abriéndose al reggae en “Del Pulmón”, iniciando una senda que seguirá explorando con asiduidad en el futuro. Aprovechando la inercia del buen momento que atraviesa, aparecerá ‘Directo’, un nuevo álbum en vivo que servirá de repaso a su carrera hasta el momento junto a algún que otro guiño inevitable a Leño. Canciones, las de Leño, que por otro lado, Rosendo nunca se ha negado a interpretar, siempre considerado y "agradecido" para con su público.

La década de los 90 será un tanto extraña para nuestro protagonista. A pesar de que su estatus como figura respetada del rock patrio no se discute, discográficamente alternará referencias más bien discretas como ‘Deja Que Les Diga Que No!’ o especialmente ‘La Tortuga’, con el que, a pesar del éxito del single “Majete”, no quedará muy satisfecho, con otras más acertadas. En este último grupo encontraremos ‘Para Mal O Para Bien’, donde la inspiración le volverá a acompañar en una colección de cortes de lo más lograda: “¿De Qué Vas?”, “Puedo Ser Más Eficaz”, “A La Sombra De Una Mentira” y muy especialmente la cover del “Lo Que Tú Y Yo Sabemos” de su querido amigo Antonio Vega.

En 1996 se producirá un acontecimiento histórico en nuestro país que no pasará inadvertido para Rosendo: la victoria del Partido Popular de José María Aznar en las elecciones generales le servirá como fuente de inspiración para componer ‘Listos Para La Conversión’. La situación de la clase política será un asunto que abordará en varias ocasiones en los años venideros marcando la temática de varios sus discos. Haciendo un pequeño paréntesis, al año siguiente pondrá música a la película de Héctor Carré, ‘Dame Algo’, tratándose básicamente de piezas instrumentales y otros retales. Una rareza dentro de su vasto catálogo.

‘A Tientas Y Barrancas’ dará pie a un acertado reset en su planteamiento musical. Habiendo sido parte esencial de su banda de acompañamiento desde su primeros pasos, el teclista Gustavo Di Nóbile y el batería Miguel Ángel Jiménez abandonan filas, haciendo que Rosendo replantee su manera de presentarse en los conciertos. Reclutando a Mariano Montero a las baquetas, que de ahí en adelante ya no volverá a moverse del taburete de la batería, apuesta por el formato trío de guitarra-bajo-batería que tantas alegrías le dio con Leño. Esto acabará traduciéndose en un sonido mucho más duro y contundente de lo habitual en él, aunque también con concesiones más amables, caso de “Bailando El Aire”.

Viendo la buena química sobre el escenario, le llegará una oportunidad que acabará resultando en uno de los hechos más relevantes de su dilatada trayectoria: la grabación de un disco en directo en la mismísima Cárcel de Carabanchel. La idea en un primer momento era que se tratase de un concierto gratuito, pero la elevada demanda obligará a poner entradas a la venta con las que controlar el aforo. La cita, además de ser un éxito rotundo, tiene el añadido de que la prisión fue uno de los íconos de la represión franquista. De hecho, durante la actuación se escuchan cánticos como: "No estamos todos, faltan los presos" por parte de los asistentes. La cárcel pasaría a ser derruida meses después y para el recuerdo quedaría ‘Siempre Hay Una Historia... En Directo’, que alcanzaría el disco de oro, siendo el trabajo más vendido de toda su carrera.

El éxito del concierto en la cárcel servirá para que toda una nueva generación de jóvenes seguidores se enganche a las canciones de Rosendo. Junto a su cruda visión de la actualidad, el renovado trío dará pie a una trilogía de álbumes con los que comenzarán el nuevo milenio. Se trata de la formada por ‘Canciones Para Normales Y Mero Dementes’, ‘Veo, Veo Mamoneo’ (con las geniales rimas de 'Masculino Singular' a la cabeza) y ‘Lo Malo Es... Ni Darse Cuenta’.

Aunque siempre huye de los focos y los grandes titulares, aquel chaval que tiempo atrás soñaba con parecerse a Rory Gallagher comenzará a tener el justo reconocimiento que por su importancia merece y a lo largo de los años se irán produciendo varios homenajes. Algunos muy sonados, como la inauguración de una calle con su nombre en Léganes, muy próxima a las que también tienen AC/DC y Scorpions, o la Medalla al Mérito de las Bellas Artes recogida a manos del Rey Juan Carlos I en la Mezquita de Córdoba. En este acto, Rosendo recibirá la insignia sin llevar la corbata de protocolo. Inconformista y rebelde innegociable, está claro que la retirada todavía queda lejos y que está dispuesto a seguir dando mucha guerra.

Aún con todo, su carrera comenzará a encarar la recta final con discos tan recomendables como ‘El Endémico Embustero y El Incauto Pertinaz’ -con una cuidadísima y original presentación que imita los antiguos libros de la época medieval- o ‘A Veces Cuesta Llegar Al Estribillo’, que se verán acompañadas de giras tan sonadas como la que protagonizará junto a Barricada. Entremedias se producirá una fugaz e inesperada reunión de Leño. Esta tendrá lugar el 18 de febrero de 2010 en la sala Caracol de Madrid durante la presentación para los medios del disco tributo ‘Bajo La Corteza’. Tras las actuaciones de algunos de los artistas participantes como Burning o Boikot, se consuma sin previo aviso lo que muchos andábamos esperando: Rosendo, acompañado de sus antiguos colegas Tony Urbano y Ramiro Penas, se sube al escenario para acometer tan solo cinco temas de la banda que les dio la fama, entre ellas una “Maneras De Vivir” en la que les acompaña Miguel Ríos. Hay documentos audiovisuales en Internet que dan fe de lo que ocurrió aquella velada, pero solo los pocos afortunados que estuvieron allí se llevarán el recuerdo en su memoria para siempre. Los milagros son así; inesperados e inexplicables.

Durante la gira de ‘Vergüenza Torera’, Rosendo celebrará sus 4 décadas de actividad con un llenazo por todo lo alto en la Plaza de Toros de Las Ventas el 27 de septiembre de 2014. En una fecha para el recuerdo acudirán grandes amigos como Luz Casal, El Drogas de Barricada, Miguel Ríos, Fito Cabrales y Kutxi Romero de Marea, redondeando un homenaje de lo más sentido al carabanchelero. Tres años más tarde llegará ‘De Escalde Y Trinchera’, con el que aprovechará para ponerse a los mandos de la dirección de Rock.FM por un día. Durante una jornada entera dedicada a repasar toda su su carrera a través de anécdotas y recuerdos, el 16 de julio de 2017 Rosendo dejará su particular e imborrable sello en esta emisora. Nuestra casa y, por supuesto, la suya.

La gira “Mi Tiempo, Señorías…” será anunciada como el adiós definitivo de los escenarios que finalizará en una doble fecha (22 y 23 de diciembre de 2018) en un abarrotado Palau Sant Jordi de Barcelona. Emocionado, Rosendo se despide de su gente, aunque mantiene la puerta abierta a seguir trabajando en el estudio y ofrecer algún que otro concierto puntual. Con él ninguna idea se puede descartar. Sea como sea, nuestro hombre disfruta ahora de un más que merecido retiro junto a su familia en Burgos, mientras sus canciones aún retuercen el eco de los bares de Malasaña o -cómo no- el templo colchonero del Atlético de Madrid en el estadio Metropolitano, del que Rosendo siempre se ha declarado fiel seguidor. Al finalizar cada encuentro, sea cual sea el resultado, por los altavoces del coliseo rojiblanco retumba “Maneras de Vivir”. Y es que el fútbol, al igual que el rock, representa esa otra manera de luchar, de ganar, de perder, de sufrir, de soñar, y en definitiva, de vivir.

Solo nos queda estarle por siempre agradecidos,maestro.

Por Gonzalo Puebla