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The Clash

Historia

The Clash fue una de las bandas británicas más importantes, singulares e influyentes de Reino Unido. Nacieron de esa primera ola primigenia punk que inundó Londres a mediados de los setenta, pero rápidamente se diferenciaron del resto, nadando a contracorriente en la propia contracorriente reinante.

Huyeron de la sencillez del género, incorporando a su música sin complejos, un largo abanico de estilos, del rock al funk, pasando por el reggae, el jazz, el rockabilly, el ska o el dub.

Además, no sólo eran diferentes en lo musical, si no que rompieron con el vacío ideológico punk, esa tela de araña tejida y abanderada por la simplicidad de Los Ramones en Nueva York (1974) y el nihilismo de los Sex Pistols (1975) en Reino Unido. La carga política y el idealismo desbordante en las letras de Joe Strummer y Mick Jones (almas y motores de la banda), sumado a que el grupo nunca se vendió, manteniendo su esencia soñadora y luchadora hasta el final, hicieron que el apodo atribuido por su discográfica (CBS Records), "the only band that matters", cobrara realidad y se extendiera como la pólvora.

La sombra de The Clash es tan ecléctica y alargada, que su sonido ha influenciado a innumerables músicos de diferentes estilos y generaciones, de U2 a Green Day, pasando por No Doubt, Nirvana, The Pixies, Pearl Jam, Blur, Rage Against The Machine, Public Enemy, The Strokes o Artic Monkeys.

El otro grupo inglés y coetáneo, que también introdujo y mezcló el reggae de una forma significativa y singular en su música, fue The Police.

John Mellor (Joe Strummer), futuro frontman que haría latir a The Clash como ninguna otra banda, vivió durante su juventud en distintos continentes, debido a que su padre era diplomático.

Pronto se sintió atraído por la música rock, especialmente por las melodías que iban de The Beatles a The Beach Boys, y por el folk comprometido de Woody Guthrie. En honor al cantautor de Oklahoma, escogió temporalmente el nombre artístico de "Woody Mellor". Siendo zurdo, aprendió a tocar la guitarra con la mano derecha.

Se muda a Londres para estudiar en la escuela de Arte, Arquitectura y Diseño de la Ciudad, donde compartió piso con Tymon Dogg, con el que se embarcaría en más de un proyecto musical posteriormente.

En 1973 llega a Newport (Gales) para seguir estudiando, pero abandona ese camino y forma el grupo The Vultures, con el rol de cantante y segundo guitarra. Al año siguiente se separa la banda y vuelve a Londres, donde se reencuentra con Tymon Dogg y juntos, le toman el pulso a la ciudad, actuando como músicos callejeros. Poco después, con otros compañeros de apartamento, forman The 101'ers. (dirección de la casa okupa en la que vivían, Walterton Road 101, Maida Hill). Mellor decide cambiarse el nombre de nuevo y se hace llamar Joe "Strummer" ("rasgueador").

Todo está a punto para que se produzca la conexión y el 3 de abril de 1976, tras un festival en el que actúa la banda de Strummer, The 101'ers. y otros grupos, como los aún poco conocidos Sex Pistols, Mick Jones, Paul Simonon y Terry Chimes, que formaban parte del grupo London SS, fascinados por la energía y potencial que Joe Strummer desprende sobre el escenario, se acercan a él y le proponen (aconsejados por su manager Bernie Rhodes) que se una a ellos en un nuevo proyecto.

Strummer acepta y hace equipo con Mick Jones a la guitarra, Paul Simonon al bajo, Keith Levene como segunda guitarra y Terry Chimes a la batería. El combo se llama "The Clash" ("El conflicto", nombre propuesto por Simonon, tras haber leído esa palabra reiteradamente en un periódico) y la puesta de largo de la banda fue el 4 de julio de 1976, abriendo en Sheffield para unos Sex Pistols que comenzaban a extender su anárquico y dulce veneno.

Se marcha Keith Levene y el 25 de enero 1977 firman contrato con CBS Records, seguida de la sustitución de Terry Chimes (tras la grabación del disco homónimo) por Topper Headon a las baquetas, sellando la formación clásica de la banda.

En marzo de 1977 lanzan el primer sencillo de la banda, 'White Riot' y un mes después, "The Clash" (CBS Records, 1977), su álbum debut, que rezuma crudeza y rabia combativa en cada uno de sus catorce temas. Letras político-sociales marca de la casa (dupla Jones/Strummer casi en su totalidad) en medio de una balacera punk-rock con pinceladas pop, dub y reggae, géneros que irían creciendo como enredaderas en su música, remarcando un sello muy personal a lo largo de su trayectoria. En mayo de ese mismo año, la banda inicia White Riot Tour, su primera gira internacional, junto a Buzzcocks y The Jam. 

The Clash comienzan a forjarse una imagen conflictiva, con arrestos por actos vandálicos, incluyendo disparos con rifles de aire comprimido a los gorriones que se posaban en su sala de ensayo, episodio inmortalizado en la letra de 'Guns on the Roof', canción que aparece en su siguiente largo "Give 'Em Enough Rope" (CBS Records, 1978). Este segundo LP, recibió buenas críticas y fue un éxito entre el público británico. La producción estuvo a cargo del escritor y productor estadounidense Sandy Pearlman (colaborador de Blue Öyster Cult).

'Tommy Gun' y 'English Civil War', fueron los sencillos elegidos para incendiar las emisoras de radio. Además, fue el primer trabajo oficial de The Clash en ver la luz en Estados Unidos, pasaporte directo para estrenarse en una gira norteamericana en 1979, en la que estuvieron acompañados por mitos del blues y el soul del país (de Bob Diddley a Sam & Dave). Ese mismo año, su álbum debut se lanzó también por tierras americanas, en una versión retocada para la ocasión, "The Clash US".

Tras la grabación de "Give 'Em Enough Rope", la banda deja a su mánager Bernie Rhodes y lo sustituye por Johnny Green.

La cima y el éxito internacional la alcanza The Clash con el imprescindible "London Calling" (CBS Records, 1979), producido por Guy Stevens. La banda rompe todos los moldes establecidos con este tercer trabajo, lanzado como disco doble (algo totalmente impensable para un grupo punk), pero vendido, por petición expresa de la banda a la discográfica, a precio de un solo álbum. Mostraron esa libertad inabarcable que definía su imaginario sónico, ofreciendo una gama de estilos que iban del rockabilly al reggae, del pop al soul, pasando por el dub y el ska, sonidos efervescentes en la Gran Bretaña de la época.

La tipografía y colores de las letras de la portada son un claro homenaje al debut discográfico de Elvis Presley, acompañado de la foto icónica que muestra a Paul Simonon en un concierto (Nueva York), a punto de hacer pedazos su bajo contra el suelo.

El título hace referencia a la frase usada por la BBC durante la Segunda Guerra Mundial, "This is London calling" ("Aquí Londres emitiendo").

"London Calling" es la obra cumbre de The Clash. Una genialidad desde la canción titular que abre el disco, hasta el exitoso "Train in vain" que lo cierra y que, curiosamente, entró a formar parte del álbum en el último momento y como pista oculta. De himnos como 'Death or Glory', a la sorprendente, luminosa y vital 'Spanish Bombs', donde Strummer muestra su idilio con España y nuestra historia, con Lorca y Granada por bandera.

Aunque el equipo Strummer & Jones sigue siendo caballo ganador, destaca también la primera pieza compuesta y cantada por Paul Simonon, ‘The guns of Brixton’, un magnético y enigmático reggae que narra la crisis y el descontento social de los habitantes de Brixton, los disturbios crecientes y la brutalidad policial.

Hay unanimidad total en prensa especializada y público, "London Calling" es uno de los mejores discos de todos los tiempos.

Tras tocar el cielo en una gira triunfal dentro y fuera de Reino Unido, la banda, no solo no baja el pie del acelerador, si no que pisa a fondo y contrataca con "Sandinista!" (CBS Records, 1980). Título que subraya una vez más, su activismo político y sus ideales de izquierda, haciendo referencia al Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua. Un triple álbum que, de nuevo, insistieron que se vendiera a precio de uno, pagando ellos mismo la diferencia, al no cobrar parte de las ganancias. Si en "London Calling" abrieron nuevas puertas en su sonido, en esta cuarta entrega, rompen las paredes, sumando a todo lo anterior toques hip-hop y funk ('The magnificent seven'), góspel ('Hitsville UK' y 'The sound of the sinners') y hasta música de cámara en clave de vals ('Rebel waltz').

Las ventas y críticas son muy positivas, los vientos soplan a favor y llevan a The Clash, en una gira mundial, a Asia y Australia. Pero no todo es un camino de rosas… Las tensiones y los conflictos internos, comienzan a erosionar la banda y corren rumores de separación.

Esquivan la crisis y logran su álbum con mayor número de ventas internacional, "Combat rock" (Epic Records, 1982), que contiene hits instantáneos como 'Should I Stay or Should I Go' y 'Rock the Casbah'. La gira echa a andar y la banda acompaña a The Who, pero las turbulencias en el cuarteto siguen relampagueando. Comienzan a distanciarse y la sombra del principio del fin sobrevuela la banda.

Topper, cansado de tantas giras, necesita un descanso y, el resto del grupo, influenciado por Bernie Rhodes (que vuelve a ser el mánager en 1981), decide expulsar al batería, justificando el despido por su adicción a la cocaína.

Terry Chimes, el batería original de la banda, reemplaza a Topper hasta que finaliza la gira "Combat rock" en 1983, sustituyéndolo Pete Howard. Pero estos no son obstáculos inabarcables para la continuidad de la banda, el mayor problema es, la grieta que se abre entre Strummer y Jones, abismo alimentado (según los rumores) por James Rhodes.

En el Festival de San Bernardino (California), The Clash toca como uno de los reclamos principales en el cartel, junto a pesos pesados como David Bowie y Van Halen, ante medio millón de personas. Último concierto de Mick Jones con la banda.

En septiembre de 1983, Strummer y Simonon (con Rhodes en la sombra), expulsan a Jones, alegando “diferentes aspiraciones musicales” y su “comportamiento problemático”. Mick Jones no tarda en formar su propia formación, Big Audio Dynamite.

Contratan como guitarristas a Nick Sheppard y Vince White, y a primeros de 1984, los nuevos The Clash (con una herida abierta que pierde sangre por momentos), vuelven a la carretera.

Comienzan las caóticas sesiones de grabación de lo que sería "Cut the crap" (CBS Records International, 1985), con Strummer trabajando codo con codo con Rhodes en Alemania, junto al que produciría el disco y compondría todas las canciones. El resto de la banda sólo se une a ellos cuando son requeridos, grabando incluso partes del álbum con músicos de sesión. A Strummer le cuesta mantener el control del proyecto y termina por desistir y volver a Londres.

Tras una pequeña gira de The Clash en formato acústico, Strummer viaja a España para descansar y aclarar ideas. Al poco, la decisión está tomada: Disuelve la banda para siempre.

La intromisión del mánager Bernie Rhodes en "Cut the crap" y la maraña de sintetizadores y cajas de ritmos final que agregó, dio como resultado un disco fallido, seguido de una lluvia de críticas negativas y su consiguiente fracaso comercial. Strummer y el resto de la banda, repudiaron el álbum desde el primer minuto.

Todo esto nos hace pensar que, el genial “Combat Rock”, habría sido la triste, pero digna despedida perfecta para The Clash.

A pesar de todo, los nubarrones de ese adiós final, se fueron disipando con la carrera artística que emprendió Strummer, firmando primero la paz y colaborando con Mick Jones en “No. 10 Upping St.” (CBS, 1986), segundo disco de Big Audio Dynamite, coproduciendo y compartiendo autoría en cinco temas.

Strummer siguió abriendo campos y se enamoró del cine, actuando en películas de directores de culto como “Mystery Train” (1989) de Jim Jarmusch o “I Hired a Contract Killer” (1990) de Aki Kaurismäki, además de componer la banda sonora completa para el film “Walker” (1987) de Alex Cox, y aportar varias canciones para las películas “Sid and Nancy” (1986), también de Alex Cox, y “Grosse Pointe Blank” (1997) de George Armitage, entre otras.

Antes de que terminara la década de los ochenta, Strummer lanzó su primer trabajo en solitario, “Earthquake Weather” (Epic Records, 1989), con Latino Rockabilly War como banda de apoyo, sin mucho éxito comercial ni crítico, y en 1991 se embarco en una gira europea junto a The Pogues, como vocalista.

A finales de los noventa, Strummer formó una nueva banda, The Mescaleros, y fue entonces cuando volvió a despegar con más fuerza, lanzando dos buenos discos, “Rock Art and the X-Ray Style” (Hellcat Records, 1999) y “Global a Go-Go” (Hellcat Records, 2001).

Rodeado de músicos de primer nivel, Strummer volvió a avivar su genuina llama y comenzó a rescatar temas de The Clash en los directos. El 16 de noviembre de 2002, en un concierto benéfico en el que participaba Joe Strummer & the Mescaleros, Mick Jones, que se encontraba entre el público, volvió a compartir escenario con Strummer casi 20 años después, interpretando tres clásicos de “la única banda que importa”, ‘Bankrobber’, ‘White Riot’ y ‘London's Burning’.

Justo cuando la carrera de Strummer estaba en un nuevo ascenso y se atisbaba en el aire, la esperanzadora posibilidad de una reunión de The Clash, pasó lo peor. A sus 50 años, Strummer murió por un fallo cardíaco, mientras se encontraba grabando con The Mescaleros su tercer álbum, el muy notable “Streetcore” (Hellcat Records, editado póstumo el 30 de octubre de 2003).

Un sinfín de homenajes en forma de documentales, discos y conciertos le siguieron, hasta una plaza con su nombre en su querida Granada, donde pasó largas temporadas e hizo grandes amigos, como el periodista y músico de TNT, Jesús Arias, o los componentes de 091, a los que incluso produjo su segundo disco “Más de cien lobos” (Zafiro, 1986).

Si Mick Jones fue el miembro fundador más activo al disolverse The Clash, sobre todo con Big Audio Dynamite y Carbon/Silicon, aparte de su carrera como productor (The Libertines y Babyshambles entre otros), el bajista Paul Simonon es el ex miembro fundador más activo en la actualidad. Simonon forma parte desde 2006 de la super banda The Good, the Bad & the Queen, combo liderado por el cantante de Blur y Gorillaz, Damon Albarn, junto a Tony Allen y Simon Tong. Su debut homónimo fue en 2007 y su segundo y último disco es “Merrie Land” (Studio 13/Warner, 2018).

En 2018 aparece “Joe Strummer 001” (Ignition), 32 canciones grabadas, antes, durante y después de The Clash, repasando la carrera del carismáticos, rebelde y poliédrico frontman. Un tesoro que guarda 12 temas nunca antes lanzados, entre los que encontramos una nueva versión (grabada con The Mescaleros) del mítico ‘London is Burning’ de "the only band that matters".

Se fue Joe Strummer, pero Londres y la música de sus Clash siempre seguirán ardiendo.

Por David Pérez Marín