Las motos chopper en la imaginería del metal y el rock

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Desde los míticos años cincuenta hasta los reality show estilo American Chopper, las motos chopper han sabido dejar su huella en la cultura pop. Bigote herradura, mucho cuero negro y la carretera por horizonte construyen la estampa perfecta del rock and roll sobre ruedas.

Símbolo de libertad y rebeldía, las chopper supieron ser el emblema disruptivo de los baby boomers. Pero ¿cómo llegaron a construir ese emblema tan característico?

No es una moto, nena, es una chopper

Expresión de la contracultura, de fuerte personalidad y mucho metal, sus orígenes un poco difusos pueden rastrearse hasta la segunda posguerra.

Nació con un claro afán: la velocidad y una conducción más liviana. A partir de ahí simplificaron, personalizaron y crearon un estilo propio, donde el pragmatismo iba dejando atrás todos los accesorios innecesarios.

La carretera es mi vida

Tras la Segunda Guerra Mundial, las chopper surgieron como una reacción a lo establecido y una nueva forma de identificación. Los jóvenes, agotados tras volver del conflicto, encontraron en la cultura motera una vía de distinción, de diversión y de escape. No en vano se acabó convirtiendo en un emblema de la cultura norteamericana.

El rock and roll y los rugidos de los motores comparten ese mismo espíritu. Nacieron como una forma de expresar la ruptura con lo establecido. En un mundo que había cambiado para siempre, toda esa adrenalina, pero también la sensación de abandono y marginalidad, necesitaban una vía de expresión. La música y el asfalto fueron el marco perfecto.

Las carreras de motos, famosas en los años treinta, interrumpidas por el conflicto bélico, se reanudaron. Miles de jóvenes comenzaron a reunirse en festivales y asociaciones. Pronto, como sucedió con el rock, se crearía el mito de ‘’los chicos malos’’. Había nacido la contracultura.

Rock y motos: un signo de la libertad

Quienes las aman dicen que las chopper no son motocicletas, sino obras de arte. En la vieja escuela, eran ensambladas a su gusto y reflejaban la personalidad de su dueño.

Con el tiempo y la evolución de la cultura popular, las chopper quedaron ligadas al rock más duro y rompedor: el metal. La adrenalina y ese sonido que hace sacudir frenéticamente la cabeza, unió para siempre estos dos caminos. El rugido del motor se transformó en ese fiel compañero de viaje.

Globalización choppera

Si bien estas motos son casi una ‘marca registrada’ de la cultura estadounidense, tendencias similares han encontrado lugar en muchos países alrededor del globo.

En Gran Bretaña, los Cafe Racer llegaron también en los años cincuenta. Profundamente relacionados con el rock and roll, al igual que sus pares americanos, fueron la expresión del cambio generacional.

Las rutas británicas se parecían muy poco a las de los Estados Unidos, por eso, ellos crearon su propio modelo: las racer. Un estilo diferente, preparado para ir a toda velocidad en distancias cortas y repletas de curvas.

Hoy en día, la cultura chopper se ha extendido a cada rincón del mundo, incluidos países como Japón, donde podemos encontrar reconocidos fabricantes de sus piezas.

Las motos hoy en día

En la actualidad, los amantes de estas espectaculares motos siguen disfrutando del asfalto sobre dos ruedas. Por eso aún perduran los grupos de moteros, los encuentros y todo tipo de festivales que combinan música y pasión por las motos.

Pero los caminos han cambiado, y la prudencia gana terreno a la hora de viajar. Así como la vieja escuela creó sus propias reglas, nosotros formamos parte de la generación donde la seguridad se ha vuelto una prioridad.

Por eso, quienes asisten a estas convenciones o salen a menudo han empezado a buscar mejores formas de preservarse a sí mismos y sus obras de arte. Existen muchas maneras de hacerlo, y es que hasta los rockeros más aguerridos necesitan asegurar su moto para evitar disgustos innecesarios. Porque hoy tenemos que disfrutar de estas reliquias de manera segura sin arriesgarnos a dejarlo todo por el camino.

RockFM