Little Richard era divertido, Elvis molaba... Pero Jerry Lee Lewis daba miedo

El 8 de octubre de 1957, Lewis grabó "Great Balls of Fire". Aunque estuvo a punto de no hacerlo por las dudas morales que le creaba la letra
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Locutor RockFM

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Criado en un entorno religioso, Jerry Lee Lewis se vio en una encrucijada moral a la hora de grabar, o no, la que terminaría siendo su canción más emblemática: "Great Balls of Fire". Sin embargo, hubo un hombre que, no solo apostó por él, sino que también le animó a grabar la canción (de hecho, un 8 de octubre de 1957). Nos referimos a Sam Phillips, de Sun Records.

Un año antes, Jerry Lee Lewis ya se había convertido en toda una estrella cuando grabó con Phillips "Whola Lotta Shakin' Goin' On" (1956). Con aquella canción, Lewis alcanzó esa mágica cifra del millón de copias vendidas y se postuló, además, como un candidato firme para destronar a Elvis. Ahora tocaba demostrar que aquello no se debía a la casualidad, sino que detrás de esa canción había realmente un talento arrollador. El mismo talento que, por cierto, vieron sus padres en Jerry y que les llevó a hipotecar su casa para comprarle un piano.

La canción que Jerry se traía entre manos era "Great Balls of Fire", una pieza compuesta por Ottis Blackwell y Jack Hammer. Pero con ella también le vinieron las dudas morales. Según Lewis, la letra de la canción resultaba ser demasiado pecaminosa; lo cual derivó en una acalorada discusión con Sam Phillips, quien le dijo que podía salvar almas con esta canción. A lo que Lewis respondió, "¡Cómo puede ser que el diablo salve almas! Llevo al diablo en mi interior".

Según parece la conversación entre ambos continuó, y en el transcurso de una hora Lewis se había calmado y se encontró más cómodo con la canción. Finalmente accedió a grabarla, y terminaría por convertirse en la pieza que definiría toda su figura. De hecho, tal fue el éxito de "Great Balls of Fire" que formó parte de la película 'Jamboree', en la que aparecen algunas de las estrellas del rock and roll de la época como Fats Domino o Carl Perkins. También fue la canción que dio título al biopic de Lewis, y que protagonizó Dennis Quaid.




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