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Para que Jimi Hendrix triunfara en la música (y pusiera todo patas arriba), era necesario que dejara Estados Unidos y se presentara en Londres. El artífice de todo ello fue Chas Chandler, quien fuera bajista de The Animals, y ahora emprendiera una nueva carrera como mánager. ¿Y quién mejor que Jimi Hendrix para lanzarse a ello? Visto a toro pasado es fácil pensar en Hendrix como una estrella, pero en su momento fue Chandler quien vio el potencial del artista, cuando otros no lo vieron. En su plan estaba presentarle ante la flor y nata del rock and roll británico. En ese sentido, imagínate que el primer concierto de Hendrix en Londres fue subiéndose al escenario con Cream, improvisar con ellos y, además, dejar a Eric Clapton con la boca abierta.
Hechas las presentaciones, ahora tocaba encontrar una banda que acompañara a Hendrix. El primero en llegar fue Noel Redding, pero fue rebote. Y es que según cuanta la historia (vía Cheat Sheet), Chas Chandler estaba buscando músicos para la nueva formación de The Animals. En este punto entra Noel Redding, quien auditó para el puesto de guitarristas, pero el puesto en el grupo lo había ocupado otro músico justo un día antes. Sin embargo, Chandler vio algo en Redding que le llamó la atención, y le preguntó si estaría dispuesto a tocar el bajo en otro grupo. Sin pensarlo, Redding aceptó la oferta; entre otras cosas, porque no estaba en bancarrota.
Cuando Hendrix y Redding se conocieron, la química surgió enseguida. De hecho, al día siguiente de ensayar juntos por priera vez, Hendrix quedó impresionado porque Redding había memorizado lo que tocaron el día anterior. Pero fíjate si la situación de Redding era complicada, que cuando aceptó la propuesta de Hendrix, lo hizo con una condición: dinero para pagarse el billete de tren de vuelta. A lo que Hendrix sumó una chocolatina.
Cuando se sumó el batería Mitch Mitchell, el grupo ya estaba completo y listo para revolucionar el rock and roll. Aunque también es cierto que la banda duraría poco: tres discos de estudio entre 1967 y 1969. Pero fue más que suciente.
Fue un 11 de mayo de 2003 cuando falleció Mitch Mitchell y, tristemente, lo hizo aún estando en pleitos por los derechos de autor de las canciones de la banda. Parece que Redding vendió esos derechos, pero que el trato no fue justo (según Redding); por lo que años después anduvo en pleitos por ellos, aunque sin éxito.