Cara B: ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

Diego Cardeña analiza, con su particular acidez, el pasado y presente del sector musical en España
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Locutor RockFM

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Si le preguntas a mi abuela, seguro que la respuesta es un sí mayúsculo. Pero dejándonos de coñas, hoy me gustaría que, juntos, reflexionemos sobre la famosa frase contenida en las reconocidas coplas de Jorge Manrique.

Mucho amigo intenso reconvertido en coach, te dirá que vivimos en el pasado o en el futuro, olvidando saborear y exprimir el presente. Algo que, en cierto modo, es cierto. Pero no me refiero a técnicas para superar que tienes que madurar o dejarte llevar, según el problema, sino a esa ajada frase a la que anteriormente te hacía referencia, poniendo el foco en la música.

Vayamos punto por punto:
 

Creación. Para arrancar un proyecto musical, primero debemos tener nociones musicales. Aprender solfeo sería un buen primer paso, aprender a tocar un instrumento, ensayar, ensayar, ensayar, componer, tirar a la basura, componer, tirar a la basura, componer, enseñar a la familia, tirar a la basura, componer, enseñar a los colegas, generar un conato de banda, componer, ensayar, crear la banda, ensayar, romper la banda, dejar la música, componer, ensayar, retomar la banda, componer, ensayar, grabar, romper la banda…, y así con cientos o miles de variables por persona y proyecto musical, a lo largo de las décadas.

Y en esa visión rápida e irónica de la creación musical, hay mucha verdad. Lo que delimita la progresión de una banda no son la industria o el público, sino la propia banda. Si a tu trabajo le dedicas ocho horas al día, de media, ¿crees que vas a comer de la música dedicándole dos o cuatro horas a la semana? Pero bueno, que me voy por los cerros. Lo que te quería decir es que antaño o al menos, hasta donde me cuentan algunos compañeros de piel gastada, hace cincuenta, cuarenta, treinta años, no había tantos locales de ensayo, ni tanto músico, ni tanta gente con negocios alrededor de un artista o género, ni la posibilidad de aprender a tocar con tutoriales, ni conseguir instrumentos hechos en la otra punta del mundo, o tener un estudio semi decente para grabarte en casa.

Y a la hora de grabar, pues sinceramente…, antiguamente grababan muy pocas bandas, a unos precios desorbitados. Hoy en día grabas un disco muy competitivo en calidad, por 6.000€. Incluso te digo que ya hay discos que han ganado Grammy a la mejor grabación, hechos en casa.

Con lo que digamos que, por ese lado, el pasado no era precisamente ventajoso para aquellos que no tuvieron tiempo para aprender, ni dinero para acceder a buenos instrumentos o calidad para grabar. Punto para el presente.


Difusión. El universo del rock está repleto de entendidos y en España…, ni te cuento. Si según las redes sociales tenemos veinte millones de seleccionadores nacionales de fútbol, diez millones de presidentes del tribunal supremo y en el último mes…, unos cinco millones de epidemiólogos. En la cultura del rock nacional, tu colega es el que más sabe de la industria.

Los que nos ganamos la vida en la industria musical, no me refiero a los que en su tiempo libre hacen algo relacionado con la música, sino a los que llenan su nevera y pagan sus facturas gracias a la música, no dejamos de sonreír, irónicamente, cuando en algún concierto, evento…, etc, nos llega el cuñado de turno a explicarnos cómo hacer nuestro trabajo. Y si el nivel etílico desinhibe al protagonista de venirse arriba, ya se erige como portavoz de las bandas que no interesan ni a sus propios componentes.

Ideas, soflamas y miradas al pasado, que únicamente demuestran la ignorancia hacia una industria que sigue dando de comer a cientos de familias en España. Pero que una serie de iluminados creen muerta (no estamos en los ochenta y noventa, pero hay dinero) y creen saber cómo revivir la misma, con bandas que no tienen ni la decencia de invertir en su sonido.

Una vez dicho esto, al igual que fútbol y fútbol sala no son lo mismo, ni tienen la misma afición, hay que entender que no todos los jugadores de fútbol tienen la posibilidad de fichar por Real Madrid o Juventus. E igualmente, hay medios de comunicación especializados en música, que están encantados de ser un cajón de sastre y acoger todos los deportes y ligas. Hace años, había menos medios especializados y ahora, hay plataformas donde lanzar tu música y poder analizar cómo ha funcionado la campaña, así como redes sociales y otros canales donde poder promocionarte. Así las cosas, parece que el presente se lleva otro punto.

Comercialización. Ya sea a nivel regional, nacional o internacional, más del noventa por ciento de los artistas, componen de cara a comercializar su trabajo. Y para ello, ya no necesitan a un sello discográfico que se fije en ellos, les haga firmar un contrato y luego empiece otro camino que no va con este artículo. Igualmente, la tecnología permite que tu música se escuche por todo el mundo y puedas mercantilizarla sin necesidad de intermediarios o tener un establecimiento. Incluso sabrás que hay diversos proyectos musicales a lo largo y ancho del globo, que sí se editan para su comercialización, pero no ofrecen directos. Así que…, punto para el presente.

Conciertos. Mi experiencia profesional, así como musical, me permite dilucidar que hay una oferta impresionante de directos. Incluso en streaming. Bares, salas, teatros, estadios, al aire libre…, espacios mil (cada uno con sus dramas) para poder disfrutar de una oferta musical que hace veinte años era inimaginable. Lo que pasa es que tal vez, la oferta no se corresponda con la calidad. Alquilar una sala (sin derecho a porcentaje de consumiciones) por 500€ o 2.000€, es una barbaridad en según qué plazas, pero rentable para una banda que mueva gente. Para las promotoras menos, si no pueden negociar la barra. Pero cualquier banda que tenga 500€ (por ejemplo) pueden sentirse importantes por un día. Tal vez, sería mejor que la labor de los programadores fuese real, y no meros comerciales. También decir que hay honrosas excepciones, que sabes que lo que programan es de calidad. Por mi parte…, aquí el pasado sí fue mejor.

Sonido. No deberíamos mezclar churras con merinas y sentenciar que antes todo sonaba mejor. Una cosa es que te encante y tengas un ritual, etc, para escuchar música en casa, siendo tu preferencia el vinilo por muchos factores, y otra cosa, que los registros en vinilo suenen mejor que en CD o mp3. No voy a enrollarme en estos datos, pero te dejo AQUÍ un artículo muy chulo, donde podrás diferenciar entre ser un posturitas por derecho o saber de lo que hablas. Y en cuanto a los directos, sinceramente, no hay color. A día de hoy, suenan a cañón hasta Alazán. La tecnología ha permitido avanzar muchísimo en dicho campo y yo al menos…, me quedo con el presente.

Así las cosas, y a sabiendas de que muchos de vosotros no habéis llegado hasta aquí, pero ya habéis vertido vuestra opinión o descrédito en las redes sociales de la casa, creo que siendo objetivos…, el presente es infinitamente mejor que el pasado (otro debate es qué va a ocurrir tras la pandemia). Hasta los artistas consagrados, cuando miran al pasado en las entrevistas o charlas con ellos, es para recordar anécdotas o coger impulso. No para trabajar con aquellos métodos y sistemas. Además, recuerda que siempre están…, en su mejor momento.

Espero que tú y los tuyos estéis bien. #QuédateEnCasaConRockFM


Diego Cardeña
@DiegoCardenaFM

 

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