Cara B: El 75 cumpleaños de John Fogerty

Recordamos a una de las figuras más importantes e influyentes de la historia del rock, con Diego Cardeña
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Locutor RockFM

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Para liderar un equipo, un proyecto o una banda, hay que estar dispuesto a tirarse al barro y ser el primero en remar. Partiendo de esa premisa, ningún líder natural suele tener un carácter realmente amigable. Uno/a no puede dejarse la piel en un proyecto y tener una sonrisa preparada para soportar tus tonterías.

Si lo tenemos claro, la historia de John Fogerty resulta más accesible, menos densa e intimidante. Porque desde la distancia y la necesidad endémica del español, de opinar y juzgar todo aquello que pase por delante de él, es muy sencillo ver a John Fogerty como un tirano, que robó a su hermano la capacidad de cumplir su último sueño, así como ofender a Stu y Doug en la gala del Salón de la Fama del Rock and Roll de 1993, sustituyéndolos por Robbie Robertson (The Band) y Bruce Springsteen. Así que antes de empezar a crisparnos todos, vayamos por partes.



Resulta complicado defender, si te conoces su vida, a un tipo como John Fogerty. Un hombre hecho a sí mismo, con una peculiar forma de ser, cerril en muchos momentos y con el sereno convencimiento de que el honor es más importante que lo material, que lo que uno ha conseguido no tiene por qué compartirse con los vagos. Además de tener claro que la venganza, es un plato que se sirve frío.

Si miramos al inicio de su historia musical, no de Creedence Clearwater Revival, John era junto a sus amigos del colegio (Stu Cook y Doug Clifford), uno de los músicos de su hermano Tom. Diferentes nombres (Blue Velvets, Golliwogs…) para un mismo liderazgo que no consiguió más que un pobre contrato discográfico, conciertos cutres en bases militares o pequeñas giras por el centro y norte del estado de California. Todo ello perfumado de un sonido que buscaba colarse entre las marcas de rueda de la British Invasion y con el que no terminaban por identificarse ninguno de los miembros de la banda.

El punto de inflexión llegaría cuando fueron cambiando sus roles, abandonando Stu el piano por el bajo y, sobre todo, cuando Tom dejó a su hermano tomar las riendas vocales y compositivas del cuarteto. Así las cosas y con el susto en el cuerpo tras librarse de ir a Vietnam en pleno servicio militar, John comenzó a escribir nuevo material mirando a las raíces del rock and roll americano, del blues, del country y el rhythm and blues de Nueva Orleans, dando forma a lo que conocemos como swamp rock. Una nueva etiqueta, por entonces, para definir el rock de raíz de la banda y su pasión por arquitectos sonoros como Dale Hawkins, que, a su vez, les valdría su primer éxito. Todo ello cambiando su nombre al que hoy conocemos, en homenaje al mejor amigo de Tom, una cerveza, además de su apuesta en reiniciar su ambición y los valores del rock.

A partir de aquí, el esfuerzo y trabajo de John fueron cruciales para que la banda despegase de una forma casi inimaginable, publicando siete discos en cuatro años, consiguiendo 10 discos de platino, ocho sencillos en lo más alto de las listas y fama mundial, aprovechando que The Beatles se iban a quedar fuera de juego. En 1970, Creedence Clearwater Revival vendían más discos que The Rolling Stones, actuaban en Europa ante miles de personas y lanzaban doble Cara A en sus singles, ocupando en aquellos momentos, el trono de la banda más grande del mundo. Mucha presión para un proyecto en el que una persona tenía que tomar las riendas y tirar de otros tres tipos, que, si bien es cierto tuvieron su mérito, no hubiesen llegado a nada en la música sin John.



Tras capturar el corazón de los Estados Unidos, acabaron generando el divorcio más largo y duro de la historia del rock norteamericano. Un retorcido plan de suicidio musical de John Fogerty, que, junto a sus compañeros, ya sin Tom, editaron uno de los peores discos de despedida de la historia de la música (Mardi Gras) y así poder arrancar su pobre carrera en solitario, no sin antes haber perdido millones de dólares de Creedence Clearwater Revival en una estafa financiera.

Más de cincuenta años después de arrancar su carrera y a dos del medio siglo de su final, la banda que, liderada por John Fogerty, paró la invasión británica, recordó a los estadounidenses de dónde venían y creó un sonido identitario junto a Bobbie Gentry o Tony Joe White, que sigue marcando a diferentes generaciones de músicos y seguidores a lo largo y ancho del globo. Un legado único para una banda que consiguió todo igual de rápido que lo perdió. Y que, por desgracia, dan más que hablar por sus insolencias y problemas personales, que por su riqueza cultural.

Hoy, 28 de mayo de 2020, celebramos el 75º Cumpleaños de John Cameron Fogerty. Una verdadera estrella del rock, que en cuatro años construyó su leyenda a base de esfuerzo, raíz y amor propio, para poder vivir eternamente de ello.

Diego Cardeña
@DiegoCardenaFM


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