Let It Be: 50 años del álbum póstumo de The Beatles

Diego Cardeña recuerda en su columna, Cara B, el disco que supuso el fin de la banda que reinventó la música y la cultura popular

 

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Locutor RockFM

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A estas alturas ya te habrán colocado todos los artículos tipo sobre la efeméride. Algún “pista por pista” (algo que corresponde a los creadores y no a los periodistas), un artículo promocional de algo que se apoya hoy en The Beatles para sumar enteros y claro está, el artículo del periodista random que hoy resulta ser el mayor fan de su música y por eso ya ha tirado de Wikipedia, con fallos incluidos. Bueno, pues deja a un lado todo lo que has leído, porque ahora vamos a ir más allá. Y, sobre todo, contarlo, no leerlo y copiarlo en un documento de Word, rezando para que el jefe y la audiencia no se enteren. 

Vayamos al inicio. The Beatles, es sin ningún género de dudas, la banda más importante de la historia de la música, te guste su obra o no. Su contribución al cuarto arte, la cultura moderna, la sociedad del siglo XX o el marketing, es insuperable en suma por otro icono musical, te pongas como te pongas. ¿Ya has terminado la pataleta? Gracias. Seguimos. Diez años de carrera, ocho discográficos, en los que cambiaron el curso de la historia, cerrando su legado como nadie hubiese imaginado, o al menos, nadie cercano a The Beatles.
 


Lo lógico sería que su última sesión de grabación, fuese su epílogo musical, pero hablando de The Beatles..., no podía ser así. Let It Be fue el último disco que editaron, pero no el último que grabaron. Así que vamos por partes.

Remontémonos a finales de 1968, Paul McCartney necesitaba volver a girar, subirse a un escenario y recuperar la esencia primigenia de la banda. Algo que se iba a tornar complicado, como en toda banda donde no hay un único líder, porque a sus compañeros…, no les motivaba demasiado la idea. Sobre todo, a Harrison, que aún no parecía haber superado los años de la Beatlemania, con sus agotadoras fechas y compromisos de promoción. Por otro lado, las tensiones entre los cuatro miembros durante la grabación de su homónimo (White Album), no auguraban una fácil incorporación de la idea de Paul, a los planes más próximos de una banda que comenzaba a descoser sus alianzas.

Así las cosas, la banda comenzó a ensayar en enero de 1969 en los Twickenham Studios, al suroeste de Londres. Algo que no duró mucho debido a la incesante contienda entre Harrison y Lennon, donde la leyenda cuenta que acabaron a golpes, derivando en la salida de George de la banda, y días después reconciliándose, no sin antes acordar una serie de puntos, como seguir con los ensayos en el sótano de su edificio de Apple en Saville Row y abandonar los fríos Twickenham. ¡Para que un inglés diga eso!

Tras la finalización de aquellos ensayos, The Beatles dieron el ok a la mezcla previa de Glyn Johns y éste comenzó a trabajar en la que sería la mezcla final para la masterización del álbum. Un trabajo que se llamaría ‘Get Back’ por aquel intento de Macca de regresar a las raíces (sí también por el single), y que incluiría el tema “One After 909”, grabado en el recordado concierto del 30 de enero en la azotea del edificio de Apple, así como una jam session que llevaría el nombre de “Rocker”, la reconocida versión de The Drifters y grabaciones mejoradas de las sesiones de ensayo. El lanzamiento del disco estaba programado para julio de ese mismo año, pero Lennon no terminaba de dar un sí definitivo a la mezcla, y convenció al resto para que se pospusiera a septiembre y hacerlo coincidir con la presentación del documental Get Back, que más tarde conoceríamos como Let It Be. Fecha que tampoco lograron alcanzar porque se cruzaba con la salida al mercado de Abbey Road, el cual habían grabado entre febrero y agosto de 1969 con George Martin.
 


Tras la edición de Abbey RoadThe Beatles vuelven a llamar a Glyn Johns en diciembre de 1969 para que retomase su trabajo en el álbum, pero esta vez, con las canciones incluidas en el film Get Back (Let It Be). En esa nueva sesión, Johns sustituyó “Teddy Boy”, que no aparecía en el film, por “Across The Universe” y “I Me Mine” (el del bailecito con Yoko) que grabaron poco antes McCartney, Ringo y Harrison. Y nuevamente, reflejando el estado interno de la banda…, rechazaron el trabajo de Johns.

Todas esas grabaciones fueron enviadas por John Lennon a su amigo y productor Phil Spector, con el fin de rescatarlas y poder ser editadas en un nuevo disco. Inversamente a lo que teóricamente tenían en mente los de Liverpool, Phil Spector editó algunas canciones y añadió orquestaciones en algunos temas del disco, además de aportar su “muro de sonido”, cuyo resultado desquició a Paul McCartney que intentó frenar la edición del álbum. Pero como sabrás…, no lo consiguió. Gota que colmó el vaso y que desembocó en el “no anuncio” de su salida y final de The Beatles.


Con la distancia, parece que Lennon tenía decidido desde un principio, que el disco iba a ser producido por Spector, y por otro lado, McCartney estaba deseoso de tener un pretexto más para abandonar la formación y volcarse en su carrera en solitario, que ya había comenzado a dar sus primeros pasos.

En plena locura sensacionalista de dimes y diretes, John Lennon defendía a capa y espada el sonido del disco, comentando en la revista más famosa de la historia del género, que: “Se le dio una horrible carga de mierda mal grabada a Spector, con un pésimo resentimiento hacia él. Y de eso…, hizo un gran trabajo”. Sin embargo, tampoco George Martin quedó contento con el resultado final, ya sea por el sonido del disco o la liquidación que le esperaba. Y es que cuando EMI le dejó claro que no recibiría ningún royaltie de Let It Be, porque no produjo la versión final, el quinto Beatle les contestó: “Produje el original, y lo que deberíais hacer es poner un crédito que diga ‘Producido por George Martin, sobreproducido por Phil Spector’”.

Hoy se cumplen 50 años de aquel viernes 8 de mayo en el que The Beatles ya no estaban juntos, pero lanzaban el resultado del fracasado proyecto Get Back. Un disco de portada fúnebre, con las fotografías de sus caras separadas, cargado de melancolía y tristeza, extraño en su mezcla de sonidos, pero que nuevamente les llevó al número uno, ganar un Oscar a la mejor banda sonora, vender más de 10 millones de copias con el tiempo, y dejar a Let It Be como un gran álbum póstumo, sin ser brillante, para una banda de leyenda (le pese a quien le pese), cerrando uno de los capítulos más brillantes de la historia de la música.

Y por cierto, si quieres saber cómo quería Macca que sonase Let It Be, escucha plácidamente Let It Be… Naked, el álbum que rescataba las cintas originales, borrando la histórica mácula de Spector en la historia, legado y final de The Beatles.


Diego Cardeña
@DiegoCardenaFM

 

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