El Francotirarock y la aventura de llevar a los niños al parque

Álex Clavero nos guía a través de la jungla de columpios y travesuras infantiles

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Llevar a los niños al parque puede parecer una tarea sencilla, pero según Álex Clavero, esta experiencia está llena de desafíos y situaciones inesperadas. Clavero pinta un cuadro hilarante y crítico de lo que significa llevar a un niño a los columpios. Para muchos padres es un relato que puede resonar con su realidad cotidiaana. A través de su sección, Clavero destaca la frustración de los padres y la energía inagotable de los niños, creando un escenario que combina humor y verdad.

Al llegar al parque, los niños parecen desatarse, literalmente. Clavero describe cómo los padres llevan a sus hijos "atado como un perro de caza hasta el parque", y una vez allí, los niños se transforman en pequeñas bolas de energía descontrolada. "A los diez minutos se ha subido en todos columpios. Y se aburre. Y ¿cómo te lo demuestra? Pues metiendo de hostias a Alfonsito. El hijo de tu vecina". Este comportamiento, aunque exagerado para el efecto cómico, refleja una verdad: los niños necesitan constante estimulación, y cuando se aburren, su comportamiento puede volverse impredecible y problemático.

El conflicto entre niños en el parque no es raro, y Clavero lo ilustra con una serie de travesuras que involucran al infeliz Alfonsito. "Le da cabezazos a Alfonsito, le mete el dedo en el ojo a Alfonsito, le enseña el pito a Alfonsito y al final acaba levantándole la falda a la madre de Alfonsito… Y diciéndole señora: ¡Se le han metido las bragas por el culete!". Estas anécdotas, aunque absurdas, resaltan las peleas infantiles y los momentos incómodos que los padres deben manejar.

Las discusiones entre los padres en el parque también son un punto focal en el monólogo de Clavero. Recuerda haber oído a una madre quejándose: "Que su hijo le ha sacado la lengua al mío. –Ya, pero eso son cosas de niños. –Sí, ya, cosas de niños pero se la ha arrancado". Aquí nuestro genio de las risas está subrayando la tensión y las confrontaciones que pueden surgir por los comportamientos infantiles. Los padres a menudo se encuentran en situaciones donde deben defender a sus hijos o disculparse por ellos, y estas interacciones pueden escalar rápidamente.

Clavero también se burla de la cantidad de cosas que los padres llevan al parque para mantener entretenidos a sus hijos. "Es normal que se aburra porque tú solo le has llevado al parque… ¡una docena de juguetes! Y la dentadura postiza del abuelo porque le hace mucha gracia al crío... ¡Hijo diviértete que ha estado tu abuelo toda la tarde cascando pipas con la frente, diviértete!". Esto resalta el esfuerzo que los padres ponen para asegurar que sus hijos no se aburran, aunque a veces estos esfuerzos pueden parecer ridículos.

El humorista también reflexiona sobre cómo han cambiado los columpios a lo largo de los años. "Antes nos divertíamos y eso que los columpios tampoco… Estaba el tobogán, que había sitios donde lo llamaban resbalina… Término erróneo porque a veces te tirabas y de la mierda que tenía no resbalinaba nada… Te tirabas (gggg ruido) y te quedabas pegao… Lo tenían que haber llamado velcro!".

Los cambios en los columpios también incluyen variaciones en el diseño y la seguridad. Clavero recuerda el clásico columpio de madera, que "se llevaron por delante más dientes que la heroína" y el peligroso neumático: "Que cogían una velocidad que te cagabas… Era montarte en un neumático y te ibas a casa con un derrape!!". Estos recuerdos muestran cómo, a pesar de los riesgos, estos columpios proporcionaban una diversión sin igual.

Finalmente, Clavero menciona los modernos arneses en los columpios, diseñados para la seguridad de los niños. "Y ahora han puesto unos arneses que metes al niño y te puedes ir para casa a hacer las lentejas y volver a los tres días que ahí sigue el niño… Es para que no se caiga, ¡es para que no te lo roben!".



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