ROCKUMENTALES

Ni Bob Dylan copió a Kiss ni conoció a Sharon Stone de joven

Desmontamos el último documental de Scorsese sobre la histórica gira de la máscara (que no de la mascarilla).
RockFM

Locutor RockFM

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Prósopon (griego antiguo: πρόσωπον, romanización: prósōpon, literalmente: "delante de la cara, máscara"). Término de la teología patrística griega que se traduce como "persona".

Este verano me puse deberes: tenía que ver el documental 'Rolling Thunder Revue' sobre la gira del mismo nombre de Bob Dylan. Todavía recordaba lo mucho que me gustó la otra cinta de Scorsese sobre el Nobel de Literatura: 'No Direction Home'. Eso sí, cuando vi 'No Direction Home' aún no había acabado la carrera y era seguramente mucho más impresionable que ahora, quince años después. Pero dicho lo dicho, y a pesar del metraje de ambos docus (superando las tres y las dos horas de duración respectivamente), te recomiendo los dos, aunque hoy hablaremos sólo del último.

Para los recientemente iniciados en el universo dylaniano, recordamos que “Rolling Thunder Revue” fue el nombre que recibió una gira de pequeños auditorios con Joan Baez, Joni Mitchell, Ronee Blakely, Ramblin' Jack Elliott y Roger McGuinn de los Byrds, junto a musicazos como T-Bone Burnett o Mick Ronson de los Spiders From Mars de David Bowie, el poeta Allen Ginsberg, e invitados como Patti SmithRobbie Robertson y Rick Danko de The BandArlo Guthrie o Richie Havens, entre muchos muchos otros.

Era octubre de 1975, Bob Dylan acababa de terminar la grabación de ‘Desire’ (el disco de “Hurricane”) y se estaba planteando una gira “distinta”, que más tarde acabó hasta en la prisión donde el boxeador Rubin “Hurricane” Carter cumplía su condena... Pero vayamos por partes… Dylan montó una banda sin miembros fijos y sin apenas ensayos recorrieron Estados Unidos en un autobús que muchas veces conducía el propio Dylan. Los conciertos tenían lugar en pequeños aforos y en ciudades donde no solían recalar las grandes giras, justo cuando muchos artistas se lanzaban a los conciertos de estadio. Además, las actuaciones duraban casi cuatro horas y sus entradas eran tan baratas (7,5 dólares de la época) que la gira acabó siendo una ruina –económicamente hablando–.

ALERTA SPOILER 1

El documental que te recomiendo hoy tiene más de ficción que de realidad. Partiendo de esa premisa, y sin afirmar que estamos ante un falso documental, te aviso: cuando la actriz Sharon Stone cuenta que conoció a Bob Dylan a mediados de los setenta, está “actuando”. Igual que cuando Dylan asegura que “era muy guapa y muy joven” cuando se produjo ese supuesto primer encuentro y cuando la actriz acudió con su madre a un concierto de la gira con una camiseta de Kiss... Esta “mentirijilla” de Scorsese hay que tomársela como una licencia poética del director y no como una de las tantas “fake news” con las que nos bombardean todos los días. Ésta es la máscara tras la cual se esconden Martin y Bob. Y esa es realmente la personalidad escurridiza de los dos.

ALERTA SPOILER 2

Y lo mismo pasa con el supuesto origen de la máscara de pintura blanca que Bob Dylan lució durante la gira. En el documental se cuenta que Dylan fue a un concierto de Kiss en Nueva York porque la violinista Scarlet Rivera era “la novia del líder de la banda”: “Tocaban en un club pequeño. Se pintaban la cara y eso me parecía interesante. Aún recuerdo eso”, dice Dylan en el docu. Sin embargo, y aunque fuera verdad que el mismísimo Robert Allen Zimmerman, en el zénit de su carrera, fue a ver a Kiss a una pequeña sala de Queens, realmente la máscara de su gira está inspirada en una antigua película francesa y en el teatro tradicional japonés. De hecho, sobre los Kiss y sobre el kabuki supuestamente hablaron Bob Dylan y Sharon Stone en la entrada de uno de los conciertos de la gira:

Mi madre quería ir a la gira, pero nadie quiere ir a un concierto con su madre, en especial a los 19 años. Para rebelarme me puse una camiseta de Kiss. Así que no sé quién se avergonzó más, si yo o mi madre. Fuimos al concierto y al intentar entrar, los tipos de la puerta miraron mucho nuestras entradas y nos dijeron que no podíamos entrar. Y luego vino un chico que no tenía entrada, pero intentó pasar y el policía de la puerta no lo dejó. Al final, un grupo de personas salió, fue a buscar a Bob, y él se dio vuelta e hizo el gesto de que les dejaran entrar. Yo estaba avergonzada y mi madre dijo: “vamos”. No quería hacerlo, pero mi madre me empujó y al final entramos con Bob. De repente, él se dio vuelta y vio mi camiseta. Entonces, dijo: “¿te gustan?”. Y me di cuenta de que quería hablar de Kiss. Creo que yo intenté sonar inteligente, así que dije: “bueno, creo que pintan sus caras al estilo kabuki”. Él dijo: "seguro que Okuni nunca escupió sangre sobre el público”. Y yo dije: “¿Okuni?” Y él respondió “Izumo No Okuni” (una de las creadoras del teatro kabuki).

LA VERDAD VERDADERA

Al principio del documental, el Bob Dylan de hoy dice con tono burlesco que no recuerda nada de aquella gira: “pasó hace tanto tiempo que ni había nacido”. Evidentemente, el músico se pone la máscara de nuevo para no recordar lo que Scorsese no cuenta sobre la misma: mucha cocaína y muchas mujeres, ya que Bob Dylan le dedicó “Desire” a su mujer Sara, justo cuando su relación llegaba a su fin.

Al final del mismo, suena “Knockin On Heaven’s Door”, un actor se pone una máscara y aparecen todas las fechas de los conciertos de Dylan desde 1975 hasta hoy. Y es que ya lo dijo Robert en su día: “sólo llevo la máscara de Bob Dylan cuando necesito llevarla”.

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