Macarrismo, ilegalidad y código rocker cuatro décadas después

Todavía recuerdo aquella celebración histórica hace veinte años. Eran los primeros años del siglo XXI y una banda de amigos locos por la ilegalidad, celebrábamos por todo lo alto el veinte aniversario de los Ilegales, los de Asturias, con los que nuestros hermanos mayores y tíos crecieron y con los que nosotros (esa pandilla de adolescentes de comienzo de siglo) tomamos el relevo.

El norte está lleno de frío... Hola mamoncete que haces por aquí... Eres una puta, pero no lo bastante... Tiempos nuevos, tiempos salvajes... Europa ha muerto... y así una y otra vez sonaba aquel 'El día que cumplimos 20 años' de los asturianos en cada coche u ordenador de garito festivo durante años. Tanto como para llegar a convertir aquel disco en la categoría de 'símbolo' (palabra con la que los colegas 'bautizábamos' los discos que nos sabíamos de memoria desde la primera hasta la última nota).

Pues bien, de repente sin comerlo ni beberlo, nos hemos plantado en cuarenta años del debut de Ilegales. LLevo unos días pensando en ello, y siendo sincero, no me hace mucha gracia el sentir el paso del tiempo tan de cerca, pero si te vuelvo a decir la verdad, me ha encantado ver de la manera que esta 'losa' ha caído sobre mi cabeza, durante estos días.

Resulta que tras una semana etido en la cueva (ya te puedes imaginar el por qué), compruebo con una sonrisa de oreja a oreja que el tercer single del nuevo disco de Ilegales junto a Loquillo, es lo más escuchado de nuestra web en estos últimos días. Justo veinte años después, justo en una nueva celebración de aniversario, justo con los Ilegasles.

Los Ilegales están de vuelta en la ciudad, nunca se fueron, pero vuelven con el 'motín de la prisión' bajo el brazo.

Pasen, pasen, que a esta fiesta, están todos inviatdos.

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