AC/DC: Energía en vena

AC/DC, como la corriente eléctrica, ha tenido altos y bajos, pero antes de la muerte de Bon Scott grabaron su gran obra: ‘Highway to Hell’

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Soy bonescottista declarado de toda la vida, lo que no significa que Brian Johnson no me guste, pero la época de Bon Scott, para mi es top; por eso no he dudado un segundo a la hora de elegir un disco de AC/DC. Sí, ‘Back In Black’ es tremendo, pero ‘Highway to Hell’ significa mucho para todos los amantes del Hard Rock. Pongámonos en situación.

Angus Young se ganaba la vida como impresor de revistas pornográficas, pero su vida cambió al recibir la llamada de su hermano mayor, Malcolm, que quería montar una banda y necesitaba un guitarra solista. Con la semilla plantada, comenzaron a reclutar a músicos, que nada tendrían que ver con los miembros que formarían definitivamente AC/DC, nombre tomado de la máquina de coser de su hermana Margaret, de quien surgió también la idea de que Angus luciera su uniforme escolar en los shows; una familia creativa, no cabe duda.

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Por si fuera poco, otro de los hermanos, George, fue el productor, junto a Harry Vanda, de sus anteriores trabajos, pero al fichar por Atlantic Records, les obligaron a trabajar con alguien que pudiera hacer que su sonido se pudiese colar en las radios. Es cierto que los primeros discos con George son más crudos, con un sonido sucio y una producción más lineal. Por mucho que se cabrearan con esta decisión, no podían negarse; eso sí, despidieron al que llegó como primera propuesta, Eddie Krammer, cuando les propuso grabar “Gimme some lovin’” de Spencer Davis. Decidieron, en ese momento, enviar una propuesta a Mutt Lange y de ahí surgió el nuevo sonido que no se separaría ya jamás de la banda. Una de las novedades que incorporó fueron los coros, muy presentes en todo el trabajo.

Otra de las bondades de Lange fue aprovechar las cualidades vocales de Bon Scott, el contratenor fallaba en la respiración a la hora de cantar y Mutt le enseñó a aprovechar su potencial al máximo. Una pena que después de este disco solo quedaran homenajes en su honor. Para los que no conozcáis su historia, Bon aterrizó en la banda de pura casualidad; con Dave Evans como vocalista, él era el encargado de conducir la furgoneta a los conciertos; los hermanos Young no estaban muy contentos con Dave, buscaban algo de instinto animal, y cuando escucharon a Bon Scott tuvieron que volver a meter los ojos en sus cuencas. 

La adicción al alcohol no era problema para nadie, Bon se llegó a beber una botella de loción de afeitado al confundirla con una botella de whisky, así iba el amigo. Hasta que una noche se le atragantó, salió de fiesta con su amigo Alistair Kinnear y, varias botellas después, su compañero de andanzas lo metió en su coche con la intención de que durmiera en su casa, pero la borrachera no le dejó acarrear con él hasta su apartamento, por lo que prefirió bajar unas mantas y dejar que durmiera en el coche. Cuando bajó a la mañana siguiente, Bon había fallecido por intoxicación alcohólica (según el parte médico) a los 33 años. Siempre habrá un halo de misterio en torno a su muerte debido a las contradicciones de los protagonistas. Al parecer una pitonisa ya predijo su muerte para 1980, por lo que Bon decidió exprimir la vida hasta el último aliento. 

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Este disco se vio envuelto más tarde en una gran polémica; el asesino en serie Richard Ramirez dejó en el escenario de uno de sus crímenes una gorra de AC/DC y cuando fue detenido llevaba una camiseta de la banda; él mismo aseguraba que sus siglas significaban Anti Christ/Devil’s Children (Anti Cristo/Hijos del diablo) y que solía tararear “Night Prowler”, la última canción de este álbum, mientras cometía sus asesinatos. La noticia corrió como la pólvora y afectó a la venta de entradas de sus conciertos, hasta que la banda negó, horrorizada, que ni eran satánicos, ni sus canciones contenían mensajes ocultos. Afortunadamente, la cordura hizo su trabajo, ya que ni AC/DC son culpables de la locura de Ramirez, ni The Beatles lo son de la de Charles Manson.

Por mi parte, seguiré incumpliendo la promesa que me hago cada vez que voy a un concierto de AC/DC. Dada su edad, siempre me repito que no pienso volver; mi argumento es que me cuesta creer que lo vaya a pasar tan bien como en anteriores conciertos, pero debo haber roto este juramento cinco o seis veces, he perdido la cuenta. Seguiré haciéndolo. 

EL DISCO

1. “Highway To Hell”. Posiblemente el himno del hard rock, con un riff y un solo que todo guitarrista ha tocado al menos una vez en su vida. La vida loca de Bon Scott transcurría entre las giras y un pub llamado The Raffles, un auténtico antro que, hoy en día, sigue haciendo honor a su reputación. Allí era donde acababa la autopista Canning Highway, que por aquel entonces era una de las más peligrosas por los numerosos accidentes, lo que le valió el título de Highway to Hell, algo en lo que se inspiró Bon para hacer una de las canciones más memorables de la historia del rock. No cansa.

"Hey Satan, paid my dues
Playing in a rocking band
Hey mama, look at me
I'm on my way to the promised land"

2. “Girls Got Rhythm”. Homenaje de Bon a alguna de sus novias, aquí puedes encontrar todas las maneras posibles de mostrar su admiración. Un riff casi inalterable durante toda la canción que no cambia ni en estribillo, ni estrofas, pero que te lleva de un lado a otro gracias a la estructura de las diferentes melodías de voz. 

"She's like a lethal brand
Too much for any man
She gives me first degree
She really satisfies me"

3. “Walk All Over You”. Rock made in AC/DC. Medios tiempos que dan paso a un tema épico con solo electrizante. Letra de las que le gustan a Bon, dejando claro que es sexo, pero sin detalles. A pesar de no ser de las más populares de la banda, en su momento tuvo gran repercusión. Buena entrada de la batería, que puede ser el único momento de todo el disco en el que se deje querer.

"Reflections on the bedroom wall
I'm glad you got to see it all"


 

4. “Touch Too Much”. Sexo puro, aunque en un principio la canción estaba enfocada al abuso del alcohol, tal y como se puede comprobar en la versión que sacaron en el disco ‘Volts’ en 1997. Gran tema.

"I was so satisfied
Deep down inside
Like a hand in a velvet glove"

5. “Beating Around the Bush”. Uno de esos temas que me despierta más que un café de gasolinera. Las dos guitarras marcando el enorme riff de inicio, que, por cierto, es sospechosamente parecido al de “Oh Well” de Fleetwood Mac, y la voz registrando sus mejores cualidades. Sucia y garajera; de las que pondría en el Top 10 de la banda.

"I was talking birds and you was talking bees
And was he down on his knees
Beatin' 'round the bush"

6. “Shot Down in Flames”. Es curioso que una rockstar escriba sobre debilidades románticas, pero a Bon Scott no le importaba la fachada, sino hablar del triunfo y el fracaso; en esta ocasión, un tipo que sale a buscar lío por la ciudad, pero todas le rechazan. Sonidazo con letras mayúsculas. 

"Said, baby, you're driving me crazy
Laid it out on the line
When a guy with a chip on his shoulder said
Toss off buddy she's mine"

7. “Get It Hot”. Se olvidan aquí de los riffs que les han hecho enormes para lanzarse con un rock and roll clásico.

"Gonna have ourselves a party
Just like we use to do"

8. “If You Want Blood (You’ve Got It)”. Más rock animal. Destaca el enorme solo de Angus. Muestran tanto en el título como en la ejecución todo lo que pueden mostrar en el directo; así se llamaba, precisamente, el primer disco en vivo que grabó la banda en 1978 y que es considerado por muchos (no por mí) uno de los mejores álbumes en directo de la historia.

"You get nothing for nothing
Tell me who can you trust
We got what you want
And you got the lust"

 

9. “Love Hungry Man”. Estoy convencido de que esta canción se concebía en su forma original mucho más enérgica de lo que aparece, al menos tiene potencial para ello. Por fin el bajo tiene una presencia destacada en un tema. Adoro el solo de guitarra, puede ser de lo mejor del trabajo, pero la canción no le hace justicia.

"Animal appetite
'Cause I'm a love
Hungry man"

10. “Night Prowler”. Un slow blues fantástico para concluir. Fue la última canción que Scott grabó con la banda y acaba con una curiosa referencia: la frase <<Shazbot! Nanu nanu!>> era la despedida que el personaje Mork, un extraterrestre interpretado por Robin Williams, hacía en el programa de radio que tenía dentro de la serie ‘Mork & Mindy’. 

"Too scared to turn your light out
'Cause there's somethin' on your mind
Was that a noise outside the window
What's that shadow on the blind"

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