El adiós de un genio

Hablamos del 'L.A. Woman' de The Doors 

Tiempo de lectura: 5’

Por: Rodrigo Garcinuño (@ZedLyon)

Por encima de mi amor a The Doors está mi amor a este disco. Posiblemente sea más visceral y enérgico su álbum debut, pero mi humilde punto de vista tiene a 'L.A. Woman' como un trabajo sublime y con momentos insuperables: ese solo de L.A. Woman, 17 segundos espasmódicos en los que Robbie Krieger hace constar que un solo de guitarra no necesita un minuto para su desarrollo. Lo que no quita que los casi dos minutos de solo de Ray Manzarek en "Riders on the Storm" se puedan llevar a analizar a todas las escuelas de música.
Puede ser cierto que Morrison no despliega todo su potencial en cuanto a la voz, de hecho es curioso ver cómo su voz se quiebra en muchos pasajes. Pues no quisieron repetirlos para darle una credibilidad que hoy en día se ha perdido con autotunes y mierdas de esas. Eso sí, las letras dejan siempre ese halo de misterio y análisis poético de la historia, pasado y presente, mirando de reojo a la muerte, futuro inminente de Jim. Mucho blues y un adiós desde las alturas, como le gustaba al Rey Lagarto. 

Aún recuerdo mi primer año de universidad, por aquel entonces ya me gustaban, pero no me había detenido a analizarlos, fue una noche loca, en la que acabé en la habitación de unos amigos escuchando "The End" con un cigarrillo aliñado -claro, así cualquiera-… volé por la estancia y disfruté cada segundo de este tema como si nunca hubiera escuchado nada igual. Cabalgué la serpiente.

El lunes siguiente yo recibía la asignación semanal de mis benefactores eternos, esos padres que piensan que su hijo se gasta todo el dinero en fotocopias, no puedo estarles más agradecido. No podía malgastar ni una peseta de aquellas si quería llegar al domingo, pero tampoco me podía resistir a los encantos de Mr. Mojo Risin, por lo que decidí gastar las primeras mil pesetas de cada semana en un nuevo disco de The Doors, fui por orden cronológico, y cada lunes me acostaba con una obra de arte diferente. 

Tuvo que pasar un mes y medio hasta que completé mi colección con 'L.A. Woman', un disco que nunca había escuchado al completo y en orden. Ojalá los LPs de hoy en día fueran conceptuales, los hay, pero cada vez más se tiende a tener la canción en un pedestal y no darse cuenta de la maravilla de hacer rodar un disco sin pasar de canción. Soy disquista, qué le vamos a hacer. Es mi religión.

No es que este disco sea del todo conceptual, ya que parece más bien algo desordenado, ahora un blues, ahora un poco de psicodelia, ahora pop… que para los tiempos que vivía Jim parece un poco lógico, además, hay que tener en cuenta que, por aquel entonces, ya pasaba un poco de su familia musical y se quería centrar en la poesía y en morir como la religión rockera requiere (malditas drogas). Muchas veces pienso que si Kerouac y Morrison se hubieran encontrado en algún punto, el libro On The Road hubiera mejorado, si es que eso es posible.

El Disco:

1. The Changeling. La psicodelia concebida a través de la música que tenía como estandarte la bandera de Morrison, y que acariciaban bandas como Grateful Dead o Jefferson Airplane. Un comienzo singular en el que trata la metáfora de que todos somos uno, algo tan hippie como su vida personal.

"I live uptown
I live downtown
I live all around"

2. Love Her Madly. Entrada brutal de un bajo que no deja de tener protagonismo durante toda la canción, era Jerry Scheff, un tipo que ya tocó con estrellas de la talla de Elvis Presley o Bob Dylan y que recoge el testigo que dejaban los bajos de Manzarek al teclado. Muy psicopop, si es que esto existe. 

"All your love is gone
So sing a lonely song
Of a deep blue dream
Seven horses seem to be on the mark"

3. Been Down So Long. Comienza el camino blusero del disco, un riff de esos que tanto le gustan a Krieger. Ayudando a las acústicas Marc Benno, otro clásico de estudio que ya tocó a las órdenes de Clapton o Stevie Ray Vaughan. 

"I said, warden, warden, warden
Won’t ya break your lock and key
Yeah, come along here, mister
C’mon and let the poor boy be"

4. Cars Hiss By My Window. Precioso blues clásico con un solo muy curioso, lo hace Jim con su voz, algo distorsionada para darle calidez y fuerza. Guitarra vocera.

"Windows started trembli’
With a Sonic boom, boom
A cold girl’ll kill you
In a darkned room"

5. L.A. Woman. Para mí, una de las obras cumbre de The Doors, una canción que parece empezar en todo lo alto y sin embargo no para de crecer. La letra habla de su eterno amor a una ciudad que lo vio crecer como artista y a la que nunca más volvería. Una despedida en la que anticipaba su futuro apodo (Mr. Mojo) una vez desapareciera del ruido mundano, tenía previsto ir a África, quién sabe si ahora hace rutas de safari con turistas enfundados en pantalones del Coronel Tapioca y niños berreando regetones infernales.

"I see your hair is burning
Hills are filled with fire
If they say I never loved you
You know they are a liar"

6. L’America. Hoy en día ya no se puede hacer lo que se hacía con un vinilo o un cassette, y me refiero a la incomodidad de darle la vuelta. Ojo, esto tenía un encanto especial, precisamente porque significa que se ha terminado una parte del viaje y comienza otra. Y como chiquillos, queríamos ver su inicio, por eso L’America tiene para mi tanta importancia, porque comienza la segunda parte y lo hace de una manera increíble, con la guitarra de Robbie amenazante y en crescendo, con un leitmotiv que repiten todos los instrumentos sobre el ritmo de militar que nos deja Densmore. Precioso poema al desarraigo patriótico y una genial bienvenida a la inmigración. Una de las mejores letras del disco junto a The WASP.

"Friendly strangers came to town
All the people put them down
But the women loved their ways
Come again some other day
Like the gentle rain"

7. Hyacinth House. ¡¡Uf!! A medida que van incorporándose los instrumentos los pelos se van poniendo más y más de punta. Los toques de psicodelia que aporta el Rhodes, respetando los silencios y los dibujos de bajo y guitarra, dan a la canción todo lo que necesita. Una conexión con The End ("my only friend, the end" – "I say it again, I need a brand new friend"). La línea de la guitarra acústica se grabó en el baño de Krieger, quizás de ahí la referencia también en la letra que Jim escribió, precisamente, en la casa del guitarrista.

"Why did you throw the Jack of Hearts away?
It was the only card in the deck that I had left to play"

8. Crawling King Snake. De vuelta al blues con la tan querida serpiente de Morrison, aunque esta vez la letra es de John Lee Hooker. Increíble arreglo de teclado con una fuerza sobrecogedora.

"Well, I’m the crawlin’ king snake
And I rule my den
Yeah, don’t mess ‘round with my mate
Gonna use her for myself"

9. The WASP (Texas Radio and the Big Beat). La musicalidad de los poemas recitados por Jim tienen en esta obra su momento álgido, después se demostraría de nuevo en el disco An American Prayer que editaron The Doors siete años después de la muerte de Morrison, poniendo música a varios poemas grabados en 1970. Letraza.

"Out here on the perimeter there are no stars
Out here we is stoned-immaculate
Now, listen to this an I’ll tell you ‘bout the heartache
I’ll tell you ‘bout the heartache and the loss of God"

10. Riders On The Storm. Punto y final a una historia con una letanía que se repite a lo largo de su vida, el chamán indio internándose en su ser, una canción que se preparó como jam session sobre un tema de Stan Jones titulado "Ghost Riders In The Sky". Un final inmejorable con Jim susurrando la misma letra que canta y que le da un sorprendente aire fantasmagórico.

"There’s a killer on the road
His brain is squirming like a toad
Take a long holiday
Let your children play"

RockFM