Aretha Franklin: Eterna diva

Hablar de soul es hablar del alma y eso es lo que podemos encontrar en este disco, con el que Aretha Franklin conquistó al mundo entero

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Los apodos sirven solo para acercarse al perfil de una persona, un boceto a plumilla que no deja ver lo que realidad esconde; los hay de mofa, los hay que definen ciertas características personales y los hay que presentan una cualidad ante la que no hay otra opción que rendirse; si a Aretha Franklin le pusieron “La reina del soul” no es un mero halago de algún amigo amable, es un hecho histórico que nos sitúa ante, para mí, la mejor voz de la música moderna. Sin ser una gran compositora, supo imprimir a cada nota que ejecutó durante toda su carrera el matiz perfecto, el vibrato adecuado, los silencios debidos; pocos cantantes han interpretado las canciones como lo hizo Aretha.

Photo of Aretha Franklin 4

ITALY - AUGUST 01: Photo of Aretha Franklin 4; live in Palermo (Photo by Jan Persson/Redferns)Jan Persson

Su padre, reverendo en Detroit, llego a ser considerado una eminencia con otro apodo curioso: “la voz del millón de dólares”, ganado a pulso por el estatus del que gozaba gracias sus sermones, a los que acudían grandes personalidades de todos los ámbitos, como Martin Luther King o Sam Cooke; algo que influyó en ella de una forma notable: las largas giras evangélicas en las que ya cantaba sus solos en el coro góspel (él ya sabía que los feligreses rozaban el cielo con su voz) o la dilatada lista de cantantes soul y góspel que se arremolinaban en torno a la figura de Mr. Franklin, incluso alguna de sus novias, como es el caso de la reconocida cantante Clara Ward, perfilaron la progresión vocal y pianística de Aretha, que a los 18 años ya tenía dos hijos, un marido y contrato discográfico con Columbia; imagino que tu cara ahora mismo es un poema, pero más lo será cuando sepas que su primera criatura llegó cuando tenía 12 años y la segunda a los 15, ambas de Edward Jordan, al que dejó para casarse con Ted White, que se convirtió también en su mánager y con el que, como veremos, cosechó éxitos y disgustos.

En la primera mitad de la década de los 60’s justo antes de que el R&B que se fusionara con los sonidos góspel y se llegase a denominar soul, Aretha formaba parte de un grupo de músicos sureños de la orilla este del Mississippi (Sam Cooke, Tina Turner o Jerry Butler), zona en la que el blues había sido todo un estilo de vida; pero un poco más al este del país, era donde más se estilaba el góspel, especialmente en la zona de Georgia, Alabama y Carolina, con Ray Charles a la cabeza de un grupo que contaba con Little Richard, Otis Redding, Wilson Pickett, Ben E. King o James Brown entre otros.

Ya en la segunda mitad de la década de los 60’s y creando un eje entre las protestas contra la guerra de Vietnam, la merma en los derechos civiles de los afroamericanos y el exiguo papel de la mujer en la sociedad norteamericana, Aretha quiso convertirse en referente de todas estas luchas. No lo mostró tanto en sus nueve primeros trabajos, en los que pocos éxitos obtuvo, pero con los que experimentó una evolución notable, hasta que llegó 1967, momento en el que pasa de Columbia a Atlantic para llegar a la cima y no volver a bajar jamás.

El sello sabía el potencial de Aretha y la acomodaron en los estudios FAME de Alabama para trabajar con Rick Hall, un productor que había conseguido su primer número uno un año antes con otro de los grandes: Percy Sledge, algo que ponía de manifiesto que un hombre blanco podía comprender los parámetros de la música afroamericana y elevarla a lo más alto. Lo cierto es que venía recomendada por uno de los capos de Atlantic, el productor y vicepresidente del sello, Jerry Wexler, quien, tras las disputas de su marido con Hall, se hizo cargo de la producción del trabajo que hoy analizamos, a excepción de la canción que da título al disco y parte de “Do Right Woman, Do Right Man”, después veremos el por qué.

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El soul es un estilo que siempre buscaba ambiente muy específico, algo que no se respetó en este trabajo, buscando unas dinámicas que hicieron la música de Aretha más pop, plantándose ante un dominio casi absoluto de grupos masculinos en este estilo musical en aquel momento. Era una de las muchas declaraciones de intención que puso de manifiesto el trabajo, erigiéndose en líder de una lucha por la mujer y los derechos humanos que no cesó hasta su fallecimiento en 2018.

EL DISCO


1. “Respect”. Una canción que se ha ganado el honor de ser una de las mejores de todos los tiempos por tantas cosas que no sé ni por dónde empezar. Aunque Otis Redding la había publicado dos años antes sin demasiada repercusión, Aretha la convirtió en uno de los himnos feministas más aclamados de la historia. El empoderamiento femenino no estaba presente en la letra de Otis, cuyo protagonista ofrece todo lo que pide su mujer a cambio de respecto, los cambios sutiles introducidos por Aretha hacen que sea ella la que exige respeto, no necesita nada de su hombre, que tiene todo lo que pueda necesitar de una mujer. Los cambios musicales son sustanciales y en esta versión se incluye un increíble solo de saxo, destacan la guitarra, el piano que ella misma toca y los coros en los que participan sus hermanas Carolyn y Erma. La interpretación de la diva es, absolutamente, de locos, tanto que le llevó a ganar dos Grammys con este tema.

I'm about to give you all of my money
And all I'm askin' in return, honey
Is to give me my propers when you get home

2. “Drown in My Own Tears”. Sigo sin tener claro si me gusta más esta o la versión que, diez años antes, publicaba Ray Charles; lo cierto es que el tema es tan grande que se pueden escuchar en bucle las dos. Las diferencias se basan, sobre todo, en la interpretación de ambos, mientras que él se muestra coqueto, pero desolado, ella está terriblemente dolida, su lamento es casi agónico. Los coros se vuelven, también, parte crucial a partir de la segunda mitad, donde, además, los vientos cobran un protagonismo muy especial.

It brings big tears into my eyes
When I began, when I began to realize
That I've cried so much, oh since you've been gone
I guess I'll drown in, drown in my own tears

3. “I Never Loved a Man (The Way I Love You)”. Primer gran éxito de Aretha que significó el convertirse en una estrella de fama internacional. La canción de Ronnie Shannon ahonda en la relación tóxica que tiene con su pareja, a quien quiere dejar, pero no tiene fuerza suficiente para hacerlo. Cuenta la leyenda que, mientras grababa la canción, el trompetista Melvin Lastie tiró los trastos a la diva y su marido, que hacía las veces de mánager y llevaba ya unos cuantos tragos de vozka, exigió el despido fulminante del músico, algo a lo que el dueño de los estudios se negó en rotundo, lo que sirvió para una gran bronca entre la pareja; finalmente fue despedido el trompetista y un saxo despistado que pasaba por allí; la pelea seguiría unas horas más tarde, os lo cuento un poco más adelante. Geniales los arreglos de guitarra, especialmente en el puente, con las contestaciones a las frases que canta Aretha. El estribillo es uno de los grandes momentos del disco, con las voces desnudas de las hermanas Franklin brillando con luz propia en este blues descomunal.

The way you treat me is a shame
How could you hurt me so bad?
Baby, you know that I'm the best thing
That you ever had

4. “Soul Serenade”. King Curtis y Luther Dixon concibieron esta canción como un instrumental jazz, pero claro, la voz de Aretha irrumpiendo en el tema lo llena de una magia que nadie creería, presentándose sin coros, pero con grandes arreglos de viento y cuerda.

When you're not around there's a lonely sound
In my soul serenade

5. “Don’t Let Me Lose This Dream”. Escena escrita por Aretha junto a su marido, Ted. El bajo dominante durante toda la canción nos va abriendo el camino hacia los ritmos percusivos de esencia latina. Sin ser una de las canciones que más destaca, nos enseña que no hacen falta virguerías vocales para terminar un buen tema.

If I lose this dream (This dream)
It's goodbye love and happiness, yes
You're the one I need
I don't want a love that's second best

6. “Baby, Baby, Baby”. Junto a su hermana pequeña, Carolyn, construyeron este hermoso tema en el que vuelve a mostrar su interpretación más agónica. Desde el colchón del Hammond, hasta la guitarra, pasando por la sorprendente inclusión de vientos y coros, todo muestra una elegancia extrema.

Those that we love, we foolishly make cry
Then sometimes feel it's best to say goodbye

7. “Dr. Feelgood (Love Is a Serious Business)”. Llega el momento de dar la vuelta al disco y encontrarnos con este blues que compuso, nuevamente, junto a su marido y en el que asegura no necesitar doctores al uso para curar sus males. Enorme su inicio al piano y una demostración de cómo hay que cantar un blues lejos de las estructuras convencionales.

Don't send me no doctor
Fillin' me up with all of those pills
I got me a man named Doctor Feelgood
And oh, yeah, that man takes care of all of my pains and my ills

8. “Good Times”. Primero de los dos homenajes que quiso rendir al “Rey del Soul”, Sam Cooke, un rock and roll abre las puertas del futuro. La voz de Aretha muestra la tranquilidad de saber lo que hace a la perfección, mientras que la guitarra va caminando de forma gloriosa y los vientos rematan la jugada. No puedes dejar de mover la cabeza en todo el tema.

It might be one o'clock and it might be three
Time don't mean that much to me
I ain't had this much fun since I don't know when
And I might not feel this good again

9. “Do Right Woman, Do Right Man”. Un canto a la igualdad, toda una declaración de intenciones que culmina en una de las mejores canciones soul de todos los tiempos, escrita por Chips Moman y Dan Penn y llevada a la gloria por las voces de las hermanas Franklin. La grabación, eso sí, tuvo sus complicaciones, ya que durante la misma (retomando la historia que comencé en la canción que da título al disco), el marido de Aretha y el entonces productor, Hall, tuvieron una fuerte discusión que acabó en casa de los Franklin con ambos liados a puñetazos a raíz de unas palabras malinterpretadas del trompetista Ken Laxton, por lo que decidieron dejar la canción a medias y regrabarla junto a Wexler en otro estudio lejos de Rick Hall, que dejaría, tras el incidente, de trabajar con Atlantic. El resultado de la segunda sesión de grabación es esta maravilla inmortal.

They say that it's a man's world
But you can't prove that by me
And as long as we're together, baby
Show some respect for me

10. “Save Me”. Una progresión de acordes mítica del soul que escribió King Curtis junto a Ray Sharpe un año antes para interpretarla con la orquesta del saxofonista, la canción se llamaba “Help Me”; es curioso que el guitarrista que grabó este tema fue, nada menos, que Jimi Hendrix. Años más tarde, Van Morrison, utilizaría esta misma progresión para elaborar su mítica “Gloria”. Los créditos de “Save Me” se los reparte Curtis, quien también toca el saxo en la pista, con Aretha y Carolyn, que escribieron las armonías vocales y la letra que nos habla de un amor dañino y no correspondido.

Your love said you needed me
You abused my love, set me free
You didn't need, you didn't want me
Somebody help me, this man wants to taunt me

11. “A Change Is Gonna Come”. Se podría construir un mundo alrededor de esta canción para quedarse a vivir para siempre. Sam Cooke vuelve a ocupar parte del trono con un tema que escribió para su último disco ‘Aint That Good News’, publicado meses antes de su asesinato. La versión de Aretha comienza con una intro en la que nos dice que va a contar una historia que escuchó a alguien, a Sam, un relato basado en historias reales que nos dejan una lectura de aquella América profunda, racista y clasista. Prescinde la diva de toda la parafernalia orquestal para darle mayor importancia a la historia y a su voz tocada por los ángeles.

It's been a long, long time coming
But I know my change is got to come

RockFM