Prince: reinado púrpura

Prince se ganó la admiración de todo el mundo gracias a la banda sonora de una espantosa película titulada ‘Purple Rain’

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Imaginad un niño de 14 años entrando al cine a ver Batman, la de Jack Nicholson y Michael Keaton, la del 89; solo la expectación creada por la publicidad te ponía los pelos de punta, es algo que se ha perdido, ya que hoy en día hacen tráiler hasta del telediario; en fin, que entrabas a esa sala llena de humo, lo que hacían aún más siniestras las imágenes de Tim Burton y provocaba una extraña combinación gótica con la banda sonora de Danny Elfman, y, entre medias, la B.S.O. secundaria, la de Prince, que atormentaba a los espectadores y engrandecía las figuras de la pantalla, especialmente la de Joker. Me dejó con la boca abierta y ganas de más; ya había escuchado algo de Prince, pero quería saber más y, años más tarde, fue cuando vi la película ‘Purple Rain’, un auténtico esperpento cinematográfico pero con una banda sonora que no se me olvidaría jamás.

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La trayectoria de Prince hasta esa fecha había estado enfocada al funk, soul o R&B, pero hubo un antes y un después en uno de los conciertos en los que teloneaba a The Rolling Stones en Los Ángeles (1981), allí el público enfureció por su puesta en escena (buscad la portada de ‘Dirty Mind’) y sus múltiples incitaciones a la masturbación, pero, esencialmente, por el sonido afroamericano que incorporaba en el show; esos días le llovieron vísceras, botellas, bebida… algo que le hizo salir corriendo del escenario y replantearse todo. Esa fue la semilla de ‘Purple Rain’, y, aunque no quería sucumbir a los encantos del mercado, sí consideró que su música necesitaba llegar a más gente, por lo que recurrió al pop para fusionar todos los estilos que le entusiasmaban.

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En torno a él creó una banda The Revolution, que le acompañarían en la grabación del disco, huyendo de lo que hasta entonces había sido un “yo me lo guiso, yo me lo como”, tras haber grabado él solo todos los instrumentos de sus trabajos. La banda participó en la creación del disco, influyendo en el aspecto psicodélico de las canciones, aunque la forma se la dio el propio artista, uno de los músicos más versátiles que nos ha dejado la historia, es una pena que no se le haya reconocido nunca como un guitarrista top, pero lo cierto es que su virtuosidad deja momentos cumbre, aunque no fuera dado a grandes alardes en este sentido, prefería ser reconocido como gran compositor y frontman.
La verdad es que todo lo anterior suena descafeinado en comparación con este pepino, y mira que me gusta lo anterior; no pasa lo mismo con los siguientes discos, en los que trabajó duro para conseguir revalidar el título de pesos pesados, me gustaría destacar uno de sus proyectos más arriesgados ‘The Rainbow Children’ en el que juguetea con el jazz de un modo magistral (abstenerse puristas de este género).

Es, sin duda, ‘Purple Rain’ el momento cumbre en el que Prince consigue completar su personaje para basar en él un modo de vida que vería tambalearse en ciertos momentos de su carrera, especialmente, en lo referente al nombre; durante 7 años, a raíz de la batalla con Warner Bros. por el control artístico y financiero de su producción musical, utilizó como nombre un símbolo impronunciable, posiblemente uno de los hitos de marketing más significativos de su carrera, etapa en la que el mundo lo llamaba The Symbol, The Artist o El artista anteriormente conocido como Prince. A partir de 2000, cuando recuperó su nombre, yo lo llamaba “El artista anteriormente conocido como artista anteriormente conocido como Prince”, llamadme tontuno, que acertaréis.

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Lejos de estas excentricidades del Genio de Minessota, otro de sus apodos, este disco fue el que hizo revolucionar al sector de la “censura”, ya que debido al explícito contenido sexual en la canción “Darling Nikki” se creó la ya mítica etiqueta de “Parental Advisory: Explicit Lyrics” con el fin de advertir a los padres sobre el contenido explícito en las letras. Un logro marca de la casa.

Ya le avisó Apollonia (cantante de la banda y coprotagonista en la película) en su día: “te van a dar el Oscar, pero no por tu actuación, sino por la B.S.O.”; y así fue, Grammys, Oscars, American Music Awards, le llovieron premios de todos los colores, alguno póstumo, como el que le regaló en 2017 Pantone, que creó un color dedicado a Prince, lógicamente es un púrpura y lo llamaron “Love Symbol #2” inspirado en el piano que solía utilizar en sus conciertos.

Tenéis que ver la película, aunque sea solo para echaros unas risas. Por cierto, sí, Prince es su nombre de pila.

EL DISCO

1. “Let’s Go Crazy”. Comienza con un trémolo de teclado que parece algo desafinado, pero que comprendes una vez comienza el sermón de Prince, mezclando la espiritualidad con el carpe diem: la vida es sagrada y el apocalipsis llegará, pero mientras tanto disfruta a tope. Grandes coros y una guitarra que, para mi gusto, está demasiado baja en ciertos momentos, dando más importancia a los sintetizadores que a nada. Batería electrónica ochentera y percusión programada que se complementan a la perfección. Si con esto no empiezas a todo trapo el día, yo ya no sé…

In this life
You're on your own
And if de-elevator tries to bring you down
Go crazy (Punch a higher floor!)

2. “Take Me with U”. Intro de batería y sintetizadores para empezar con el leit motiv de la canción, que protagonizan la sección de cuerdas con cello, violín, viola y guitarra acústica que arreglaron entre Prince y Lisa Coleman. La segunda voz la lleva Apollonia, ya que la canción iba a pertenecer al disco ‘Apollonia 6’, pero vieron potencial para que se incluyera en la película y aprovechar su tirón dentro de este trabajo. Aunque no incluye solo de guitarra, en los conciertos Prince se encargaba de demostrar sus dotes a las seis cuerdas, como se puede ver en el videoclip oficial, que pertenece a un concierto de la gira de presentación.

Come on and touch the place in me
That's calling out your name
We want each other oh so much
Why must we play this game?

3. “The Beatutiful Ones”. De la desesperación a la súplica, Prince nos pinta un relato amoroso que comienza con un falsete y va aumentando el tono con el llanto desesperado hasta implorar el amor de la mujer con la que sueña. En un principio se creía que estaba escrita para Susannah Melvoin, hermana gemela de Wendy, su guitarrista, aunque un año antes de fallecer reconoció que la mujer soñada y amada fue Denise Matthews, a quien había puesto el apodo de Vanity y para la que montó un proyecto llamado Vanity 6, para quien escribía y componía. Es él mismo quien toca todos los instrumentos y produce la canción, que ha resultado ser una de las baladas más conocidas de Prince. Yo quitaría los grititos del final, pero él sabrá.

You were so hard to find
The beautiful ones, they hurt you every time

4. “Computer Blue”. Originalmente la canción iba a durar más de 12 minutos, con pasajes instrumentales de larga duración y una estrofa más, pero en la prórroga decidieron que el tema “Take Me with U” tenía que entrar en la película, por lo que necesitaban acortar esta pista, algo que me parece un acierto a todas luces, ya que los solos de guitarra lucen mucho más, de hecho creo que es uno de los momentos cumbre del disco, y la culpa no es solo suya, sino también de su padre, Prince Rodgers, reconocido músico de jazz, con quien construyó la estructura del tema.

Where is my love life?
Where can it be?
There must be something wrong with the machinery

5. “Darling Nikki”. La gran culpable del Parental Advisory por hablar abiertamente de masturbación, sadomasoquismo e, incluso, una posible relación con el diablo. Se trata de la canción más ofensiva de la historia para Parents Music Resource Center, asociación que creó la esposa de Al Gore, escandalizada por la letra, con el fin de educar a los padres sobre “modas alarmantes”. Al margen de esta maravillosa historia, el tema nos deja una interesante y sensual melodía que concluye con una línea góspel reproducida al revés donde parece arrepentirse e implorar el perdón divino. Es otra de las canciones del disco producida e interpretada íntegramente por Prince.

The castle started spinning
Or maybe it was my brain
I can't tell you what she did to me
But my body will never be the same

6. “When Doves Cry”. Uno de los grandes hits de los 80’s y el sencillo de mayor éxito del disco, consiguió el primer número uno en EE.UU. de su carrera. Le bastó una noche para componerlo después de que el director de la película le pidiera algo que relatara dos relaciones de amor entrecruzadas. Es raro que un tema así no tenga línea de bajo, pero Prince creyó que le quitaba originalidad, por lo que mantuvo su idea hasta el final. Una de mis canciones preferidas, aunque le sobre sonido ochentero y al organillo final le falte la cabra.

Why do we scream at each other?
This is what it sounds like
When doves cry

7. “I Would Die 4 U”. Aunque con el tiempo Prince se convertiría en testigo de Jehová, en esta etapa estaba dudando del cristianismo, pero seguía siendo muy religioso. Este tema es una clara muestra del mensaje que traslada directamente como mesías de la divinidad. Personalmente, me parece el tema más flojo del trabajo, sin embargo, es uno de sus grandes éxitos; de hecho, existe una versión extendida que dura más de diez minutos, pero afortunadamente se decantaron por meter esta.

You're just a sinner, I am told
Be your fire when you're cold
Make you happy when you're sad
Make you good when you are bad

8. “Baby I’m a Star”. Solo con esta canción podía acabar la película, mostrando que no es uno más, que su aura de superstar había venido para quedarse. Enorme tema bailongo que esconde la verdadera esencia funk que Prince sacaba cada vez que la cosa se ponía chunga. Con mensaje oculto al principio y final del tema reproducido al revés que retoma el espíritu de la primera canción del disco “Let’s Go Crazy”. Fue uno de los primeros temas que compuso de este trabajo sin saber que iba a formar parte de esta locura. Vuelven a cobrar protagonismo los sintetizadores a pesar de tener una sección de cuerdas (viola, violín y cello) que apenas se aprecian; no es que esté en contra de ellos, es que sigo sin verlos como un recurso musical que deba estar en tan primer plano, pero así eran los ochenta.

Hey, look me over
Tell me, do you like what you see?
Hey, I ain't got no money
But honey, I'm rich on personality!

9. “Purple Rain”. Una de las grandes canciones de todos los tiempos, la letra fue escrita específicamente para la película y basada en el punto de vista de su protagonista, por lo que hace referencia a los tres ejes en los que basa su personaje: su padre, su amante y sus compañeras de banda; la música llevaba tiempo en su cabeza como canción country y pidió a Stevie Nicks, cantante de Fleetwood Mac, que escribiera la letra, pero se sintió tan abrumada que no pudo acceder al deseo de Prince. De country pasó a power ballad que no para de crecer hasta el final de la pista, con un solo espectacular de guitarra y una parte instrumental que abarca más de la mitad de la canción, pero a la que no le quitaría ni un segundo. Fue grabado en directo, igual que las dos canciones anteriores, durante un concierto benéfico en Minnesota, pero después se incluyeron las cuerdas, cuyos arreglos fueron compuestos por Lisa Coleman y grabados en Los Ángeles. Fue la última canción que tocó Prince en directo, quien desde 1984 cerraba todos los conciertos con ella.

I never wanted to be your weekend lover
I only wanted to be some kind of friend, hey
Baby, I could never steal you from another
It's such a shame our friendship had to end

RockFM