The Rolling Stones: un exilio que agradecer

El exilio a Francia de The Rolling Stones acabó con el trabajo más completo de su carrera: ‘Exile On Main St.’

 

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Para mí siempre serán Los Rolling, es una manía muy española, como decir “ace decé” o “u dos”, ¿está mal? Sí y no. Sí, porque técnicamente se dice “los Stones”; no, porque la comunicación con tus semejantes está marcada por una cultura que nos ha llevado a desvirtuar todo lo relacionado con lo anglosajón, al menos en mi generación. Pero no es menos cierto que me estoy acostumbrando a decir Los Stones, que, independientemente del nombre y la pronunciación (eso es harina de otro costal), son la banda que más me ha influido en mi vida.

El contexto de este disco lo marcan los impuestos abusivos que existían a finales de los 60’s en Inglaterra; después de que su mánager se gastara todo y de haberlos engañado con su aportación a las arcas británicas, vieron como no les quedaba una libra más y, además, podían perder su patrimonio y activos si permanecían en Gran Bretaña. Lo que comenzó como una amenaza de exilio para medirse en pulso con las autoridades, se convirtió en realidad en la primavera de 1971 y todos los miembros, junto a sus parejas, se trasladaron a vivir al sur de Francia; estableciendo como centro de operaciones la mansión que Keith Richards alquiló en Nellcôte, cuyo sótano fue el que acogió el epicentro del trabajo para la construcción del trabajo, que recibió el nombre de ‘Exile On Main St.’ por diversos motivos; el evidente de lo que significaba un exilio forzado, y después estaba la calle, Main St., que significa Calle Principal, en Reino Unido no se estilaba este nombre, pero sí en EE.UU., que solía coincidir con las calles que habitaban las clases medias y bajas; pero hay otra historia, que involucra a Richards directamente, ya que su mansión contaba con un pequeño embarcadero, por lo que decidió comprar una lancha, con la que viajaban a por la droga a Marsella y recogía al resto de miembros de la banda para llevarlos a Nellcôte, trayecto que acabó con el nombre de Main St. La lancha, por cierto, la llamó Mandrax, en honor a una droga muy popular en aquella época.

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La mala reputación de la banda crecía por la zona, estaban tan drogados y se concentraban tantas malas influencias en la mansión que, un día, mientras veían la televisión, les robaron ocho guitarras de Keith, el saxo de Bobby Keys y el bajo de Bill Wyman; después descubrieron que lo habían hecho traficantes de Marsella a quienes Richards debía dinero.

Pocos discos hay que expresen dos cosas con tanta fuerza: la locura salvaje del rock and roll y la concentración en los momentos precisos. La época era turbia: mientras que las drogas, el alcohol y el sexo correteaban alegremente por la mansión de Keith, nadie luchaba por parar esta vida a la que no hacían más que acostumbrarse; durante las mañanas dormían, en las tardes desfasaban y por las noches trabajaban, eso sí, con un “extra” en el cuerpo. La idea era: trabajamos en canciones, las grabamos y ya las arreglaremos cuando llegue el momento. Claro que era el dueño del sótano quien marcaba los ritmos, todo se realizó con el ‘método Richards’, si había que tocar una canción 20 veces, se hacía, si se le ocurría algo cuando todos dormían, él cogía a los que estaban despiertos y grababan cada uno los instrumentos que sabían o que podían tocar.

Todo ocurría muy deprisa, e, igual que llegó el exilio, apareció la vuelta forzosa, ya que acusaron a Keith de tráfico y pertenencia de drogas, lo que podría acabar con una detención de él y Anita, por lo que decidieron que había llegado el momento de ir a Los Angeles a rematar el trabajo. Con posterioridad le prohibieron la entrada durante dos años en Francia, por lo que tampoco podían hacer conciertos allí durante esa temporada, otro exilio más.

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‘Exile On Main St.’ es un disco largo y crudo que necesita más de una escucha para entender su complejidad y brillantez. Es cierto que no abre caminos nuevos, pero tiene algo que no se había escuchado hasta entonces, un alma de hierro y terciopelo que se abre paso hacia un sinfín de estilos entre los que destacan el country blues, R&B, Góspel, Blues y, por supuesto, el rock and roll. El sonido en general es bastante regular, pero suena sexy y sucio, con un descaro que no se encuentra ya en el mundo del rock.

Otra de las joyas es el arte del disco, podían haber puesto una foto de la banda, pero se decantaron por un maravilloso y tétrico collage de fotografías de Robert Frank que reflejaba la américa de los años 50, algo con lo que los Stones se sentían muy identificados y que habían intentado plasmar, de algún modo, en el trabajo.

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A pesar de las diferencias el dúo Jagger-Richards se complementan a la perfección, una vez afirmó Keith que Mick “necesita saber lo que va a hacer mañana, yo me levanto y soy feliz de ver qué me va ofreciendo el día, Mick es la piedra (Stone/Rock), yo estoy rodando (Rolling/Roll)”. Esto se demuestra también en los conciertos, no he visto tanta fuerza nunca sobre las tablas, aunque la escenografía ayude bastante. Como recuerdo tormentoso, no se me quita la cara de tonto que puse cuando suspendieron el, para mí, concierto del año, por la caída de Keith Richards de un cocotero, pero reconozco que no me sorprendió del todo.

EL DISCO

1. “Rocks Off”. Un orgasmo, así es la canción y así es la traducción del título, a pesar de que la letra viene a decir justo lo contrario, que el protagonista no es capaz de llegar al climax al haberlo vivido todo ya. El caos está presente durante toda la canción, tanto por la mezcla, como por una extraña sensación en la voz, que no acaba de entenderse en ciertas partes y con efectos que hoy en día serían una aberración. Sin embargo, para mi es una de las grandes obras del disco. Es curioso ver cómo dejan de lado las guitarras, a pesar de lo que aportan, para dar protagonismo al piano de Nicky Hopkins y las trompetas de Bobby Keys y Jim Price; puede que se deba, en gran parte a la dificultad de mantener las guitarras afinadas por las características del sótano donde lo grabaron.

"I was making love last night
To a dancer friend of mine
I can't seem to stay in step
Come every time that she pirouettes over me"

2. “Rip This Joint”. Un boggie woogie al más puro estilo de Chuck Berry con ritmo brutal que se convirtió en un clásico de sus directos. Nuevamente las guitarras pasan a un segundo plano y el piano nos deja ese sabor a Jerry Lee Lewis; destaca también el solo de saxofón. La letra nos hace saborear la Route 66 y las locuras y desfases de las rockstars, tales como sus escarceos con Barbara “The Butter Queen”, quien solía rondar a las estrellas para practicar sexo usando mantequilla, no he investigado los métodos, así que no seré más explícito.

"Mama says yes,
Papa says no
Make up your mind 'cause
I gotta go"

3. “Shake Your Hips”. La idea era grabar este tema como si estuvieran en la época en la que Slim Harpo la compuso, modificando mínimamente el fabuloso riff pero dejando la esencia del llamado blues de pantano (swamp blues) intacta.

"Didn't move her head
Didn't move her hands
Didn't move her lips
Just shook her hip"

4. “Casino Boogie”. Surrealismo puro buscado a conciencia; parece que Mick estaba falto de ideas y quiso basarse en una técnica que aplicaba el escritor William Burroughs, que consistía en hacer un collage con diferentes frases, que mezcladas al azar se convierten en un poema. Así lo hizo Jagger, escribió un gran número de frases en muchos papeles y pidió al resto de la banda que fuera eligiendo una, así surgió el orden de este sinsentido. En cuanto a la música, un blues hecho al estilo boogie, casi la mitad del tema la ocupa un solo de guitarra de Mick Taylor, mientras que Richards se encarga del bajo y de hacer los extravagantes coros. Maravilloso el momento del saxo.

"Grotesque music, million dollar sad
Got no tactics, got no time on hand"

5. “Tumbling Dice”. Este tema es capaz de absorberme plenamente, su groove tranquilo y despreocupado deja que todo fluya, los arreglos de guitarra son espectaculares, los coros te transportan, tanto en estrofas como en la coda, en la que tienen un curioso juego con Mick, y los feels de batería precisos y directos. A pesar de una estructura irregular en la composición de frases, no da esa impresión al escucharla. Está basada en un tema antiguo que habían probado para el ‘Sticky Fingers’ pero que no tenían bien hilado, sin embargo, éste lo perfeccionaron hasta tal punto que necesitaron casi 150 tomas. En la grabación es Mick Taylor quien se encarga de tocar el bajo, ya que Wyman no había llegado cuando empezaron a grabar. La letra habla de esos jugadores que empeñan toda su vida a los dados.

"Honey, got no money I'm all sixes and sevens and nines
Say now baby, I'm the rank outsider
You can be my partner in crime"

 

6. “Sweet Virginia”. La segunda cara del doble disco la convierten en un set más acústico. Con “Sweet Virginia” nos vamos al oeste, en concreto a California, tierra de vino y color. Ese country tranquilote que nos regala solos de armónica de Jagger y de saxo de Bobby Keys. Guitarras acústicas y grandes coros atraviesan una de las mejores baladas del disco. El narcotráfico es la piedra angular de la letra, en la que le pide a la dulce Virginia que saque ya esa mierda de sus zapatos.

"Yes I got the desert in my toenail
And I hid the speed inside my shoe"

 

7. “Torn And Frayed”. Se desmarcan ahora con un folk influenciados por Gram Parsons, que estuvo en las sesiones de grabación del disco en la villa francesa. De hecho, uno de sus colaboradores habituales, Al Perkins, es quien nos regala un fabuloso solo con la slide guitar. A pesar de la amistad que les unía con Parsons, parece que se comportaba de una manera inusual, tanto es así, que Jagger, cansado de tenerlo pegado ya lo había echado, años antes, de las sesiones de grabación del ‘Let It Bleed’, y, en esta ocasión, cuando llevaba ya un mes en la villa con su mujer, también tuvieron que intervenir diplomáticamente para que se marchara de allí. Los versos de Jagger y Richards presentan a una banda cansada de la carretera.

"Well the ballrooms and smelly bordellos
And dressing rooms filled with parasites
On stage the band has got problems
 They're a bag of nerves on first nights"

8. “Sweet Black Angel”. Única canción con la política como trasfondo, a favor de la activista Angela Davis, a quien juzgaban por cargos de asesinato, después de su arresto y una larga temporada en la cárcel, Davis fue absuelta gracias al trabajo de más de 200 comités locales de EE.UU. y la ayuda de 67 países. Una preciosa balada country rock escrita y grabada en 1970, dos años antes de su liberación. Marimbas, percusión, armónica se entrelazan para construir un sonido de los mejores del disco.

"She's a sweet black angel, whoa
Not a sweet black slave"

9. “Loving Cup”. Muy pocas veces han interpretado este tema en directo por la dificultad que le suponía a Jagger cantarla; sin embargo, como el buen vino, ha madurado de una manera increíble. Espectacular la sección de vientos y la interpretación de Mick.

"I'm the man who walks the hillside in the sweet summer sun
I'm the man that brings you roses when you ain't got none"

10. “Happy”. Un día de exilio, Keith se levantó y reclutó a todos los que estaban despiertos para grabar este tema, entre ellos se encontraba Keys que se puso al saxo, y como Charlie Watts no estaba por allí, fue el productor, Jimmy Miller, quien cogió las riendas de la batería. Así, Richards se puso a cantar acompañado de su guitarra y en cuatro horas tenían la canción grabada, en una sola toma; el resto de arreglos se añadieron más tarde. La felicidad suprema, conozco pocos chutes de adrenalina parecidos a este.

I need a love to keep me happy

11. “Turd On The Run”. Una de las pocas canciones que nunca han interpretado en directo, bien es cierto que no se complicaron mucho en la composición, pero tiene un punto especial. Quizás el contrabajo de Plummer o el trabajo al piano de Hopkins son los que le dan personalidad al tema.

"Fell down to my knees and I hung onto your pants
 But you just kept on runnin' while they ripped off in my hands"

12. “Ventilator Blues”. El ambiente pegajoso que recrean con este blues es descomunal. Admitieron en muchas ocasiones que nunca la han tocado tan bien como en la grabación en aquel sótano que, a excepción de una pequeña ventana, carecía de ventilación. Los vientos y el piano recrean una atmósfera de las más logradas del disco y la voz de Jagger llega al culmen de la interpretación.

"When you're trapped and circled with no second chances
Code of living is your gun in hand"

13. “I Just Want To See His Face”. Mick renegando de la fe y el coro devolviéndosela. Un ejercicio góspel que nos lleva de viaje por los campos de algodón y las iglesias del Mississippi. Fue Jagger quien pidió a Bobby Whitlock que tocara con sentimiento evangélico su teclado, ya que su padre había sido predicador, ¿quién mejor que él? Aunque se encargó de grabar su parte, no lo incluyeron en créditos por problemas de exclusividad con su sello.

"Sometimes you ain't got nobody and you want somebody to love
Then you don't want to walk and talk about Jesus"

14. “Let It Loose”. No logran encontrarle sentido ni siquiera ellos, es más, no se ponen de acuerdo y no recuerdan si la escribió Richards o Jagger. Lo que sí es cierto es que podemos notar el sentimiento religioso que envuelve con algo de gospel este maravilloso soul. No sé si atribuir al melotrón que toca Hopkins ese sabor tan especial que tiene el tema. Nuevamente Mick nos ofrece una interpretación sublime. Los coros dirigidos por Dr. John te remueven.

"Who's that woman on your arm
All dressed up to do you harm
And I'm hip to what she'll do
Give her just about a month or two"

15. “All Down The Line”. ¡Temazo! En un principio habían pensado en esta canción para la promoción del disco, ya que fue la primera que terminaron y estaban entusiasmados con el resultado, pero según iban construyendo el resto del trabajo se dieron cuenta de que había otros temas que podían tener más tirón. Sigue siendo uno de los clásicos de sus giras. Kathi McDonald es la invitada estelar para hacer los coros a esta canción, pero lo que me enamora, realmente, son los arreglos de slide guitar de Taylor.

Just be right there when the whistle blows
I need a sanctified mind to help me out right now

16. “Stop Breaking Down”. No podía faltar un homenaje a uno de sus ídolos, Robert Johnson, a quien brindan este increíble delta blues en una interpretación admirable. Vuelve de nuevo el slide de Taylor a dejar claro por qué es uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos. Hay que recordar que Taylor abandonó a los Stones porque no le incluían en los créditos y pensaba, como todos, que su aportación es enorme. Como un tren a toda máquina viene arrasando también la armónica de Jagger bajo el colchón fabuloso de Ian Stewart al piano.

"I love my baby ninety nine degrees
That mama got a pistol, laid it down on me
Stop breaking down"

17. “Shine A Light”. Aún estaba Brian Jones dando guerra cuando Jagger comenzó a escribir, junto a Leon Russell, este himno en el que habla sin tapujos de la adición a las drogas de Jones. Fue Taylor quien se encargó de dar a la canción lo que le faltaba, con unos solos de maestro y llevando el bajo a otra dimensión. Miller volvió a sustituir a Waits a la batería y Billy Preston se sentó al órgano hammond. Estremecedora.

"Saw you stretched out in
Room ten oh nine
With a smile on your face and a tear right in your eye
Whoa, come see to get a line on you, my sweet honey love"

18. “Soul Survivor”. Para concluir el trabajo tenemos este superviviente del amor a punto de naufragar. Aquí también hay cambio de roles, ya que Richards, además de la rítmica y los coros, se atrevió a coger el bajo. Gran final.

"I'd rather drink sea water, whoa
I wish I'd never had brought you
It's gonna be the death of me"

RockFM